sábado, 8 de junio de 2019

8 junio: Seguimiento y misterio


LITURGIA
                      Tras anunciarle el género de muerte con que iba a dar gloria a Dios, Jesús le dice a Pedro: Sígueme. (Jn.21,20.25)
          ¿Qué sentido nuevo encierra ahora esa llamada, siendo así que Pedro ya le seguía desde hacía tres años? Interpreto que ahora Pedro sabe de qué va la cosa. El primer seguimiento fue muy meritorio porque fue un lanzarse a fondo perdido pero sin saber propiamente a lo que se entregaba. Ahora ha transcurrido toda una vida de Jesús, con una muerte y un triunfo insospechado de resurrección. Ahora Pedro ha tenido que ser corregido varias veces…, ha negado y ha llorado. Ahora ya ve con otra luz lo que supone aceptar el reto de una nueva llamada.
          De hecho todavía le queda algo nuevo que aprender. Porque Pedro se ve solo para emprender aquella andadura, y se queda mirando al “otro discípulo” (el que se había apoyado en el pecho de Jesús en la última Cena), al que Jesús no le ha dicho nada, siendo así que generalmente siempre iban juntos. Y Pedro pregunta a Jesús: Señor, y éste ¿qué? Jesús no le da explicaciones. Corta por medio y responde una enigmática respuesta: Si yo quiero que éste quede aquí hasta que yo vuelva, ¿a ti, qué? Tú sígueme. Es toparse con el misterio. Pedro ahora ha de afrontar en solitario la etapa que le queda. No puede pensar que va cogido a una seguridad. Sencillamente ha de seguir a Jesús por el camino del misterio.
          Es una lección muy interesante. Nos gusta recorrer nuestro camino de seguimiento de Jesús con nuestros apoyos. Y ciertamente los tenemos por un tiempo. Pero hay un momento en que nos hemos de enfrentar al misterio de caminar sin muletas. Si yo quiero que éste se quede hasta que yo vuelva, ¿a ti, qué? Tú sígueme. Éste es el por qué del segundo “sígueme” de Jesús a Pedro.
          Quedó la impresión de que “ese discípulo no moriría”. Pero el evangelista recalca el misterio sin meterse en explicaciones: No dijo Jesús que no moriría sino: “si yo  quiero que este se quede hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Es la lección que tenemos que aprender. Deseamos siempre tener las respuestas a la mano y las seguridades cogidas en nuestro camino cristiano. Y Jesús se hace misterio y nos va llevando por sus caminos, y por sus misterios, sin darnos explicaciones, que desearíamos.
          Y todo esto no se queda en que yo lo reflexione en el blog. Hay algo muy concreto en el texto de Juan, que nos hace caer en la cuenta de la respuesta personal que se nos está pidiendo a cada uno de nosotros. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran todas, una por una, pienso que los libros no cabrían ni en todo el mundo. Lo que yo “traduzco” pensando que cada uno de nosotros constituimos –en nuestra realidad de vida- una historia peculiar de acción de Jesús en la vida humana. Tantos “sígueme” como personas en el mundo, y tantos misterios (¿a ti, qué?) como personas. Todos somos llamados y en cada uno ha de darse un seguimiento particular y escribir una historia particular, que va llenando las estanterías del mundo.

          La primera lectura (Hech.28,16-20. 30-31) es el final del libro de los hechos y los últimos datos de Pablo. Copio el texto para que no falte el conocimiento del relato de Pablo en Roma:
          Cuando llegamos a Roma, le permitieron a Pablo vivir por su cuenta en una casa, con el soldado que lo vigilaba. Tres días después, convocó a los judíos principales y, cuando se reunieron, les dijo:
«Yo, hermanos, sin haber hecho nada contra el pueblo ni contra las tradiciones de nuestros padres, fui entregado en Jerusalén como prisionero en manos de los romanos. Me interrogaron y querían ponerme en libertad, porque no encontraban nada que mereciera la muerte; pero, como los judíos se oponían, me vi obligado a apelar al César; aunque no es que tenga intención de acusar a mi pueblo. Por este motivo, pues, os he llamado para veros y hablar con vosotros; pues por causa de la esperanza de Israel llevo encima estas cadenas».
          Permaneció allí un bienio completo en una casa alquilada, recibiendo a todos los que acudían a verlo, predicándoles el reino de Dios y enseñando lo que se refiere al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbos.

1 comentario:

  1. Ana Ciuda5:41 p. m.

    La Virgen Maria es la Criatura mas amada de Dios.Prepara la venida del Espiritu Santo como preparo la venida de Jesús, con oracion, recogimiento ,fe en la promesa, el deseo ardiente de que esta se realice.
    Para estar bien dispuestos a una mayor intimidad con el Paraclito, para ser mas dociles a sus inspiracion el camino es Nuestra Señora. Los Apostoles lo entendieron
    asi; por eso los vemos junto a Maria en el.Cenaculo .

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