viernes, 21 de junio de 2019

21 junio: La mirada limpia


MES del CORAZÓN  de JESÚS
             VOSOTROS SERÉIS MIS TESTIGOS
             Jesus se iba ya de este mundo. Pero no quería irse sin –a la vez- quedarse. Inventó varias formas de hacerlo. Una, sublime y grandiosa, como la Eucaristía, en la que queda realmente presente en medio de nosotros, todos los días hasta el fin del mundo.  OTRA fue mucho más sencilla o humilde… Fue la de quedarse en cada hombre o mujer fiel que le quisiera seguir.  Y como una síntesis de testamento, Jesús dijo a sus muchos discípulos: Vosotros sois mis testigos.
             Hay término esencial que aclarar: el “testigo” evangélico no es el que vio algo y lo cuenta tal como lo vio…, así como los testigos que van ante un juez o asisten a una boda, cuyo papel es solamente testificar que aquello fue “así”.  El TESTIGO evangélico es el que se convierte en aquello mismo que testifica. Y como lo que Jesús dice a los suyos es: vosotros sois mis testigos, el encargo que les está haciendo es impensable: vosotros sois presencia mía ante los demás.  Aplicando aquello que veíamos el 2º día: vosotros sois Yo-mismo que paso por el mundo haciendo el bien.  Ese “mundo” es para cada uno “su mundo”, en el que se desenvuelve, el que puede abarcar, ante el que desarrolla su vida, o donde es visto, aunque él no se dé cuenta que lo están mirando. “Vosotros sois mis testigos” es esa entrega que hace Jesús “de sus trastos” (hablando en lenguaje taurino) para dar “la alternativa” y constituir al discípulo novel en “maestro”.
Me quedo corto; ¡es mucho más!  Lo que Jesús hace es transfundir su propia realidad para que esa personalidad –que es la suya- pase a su TESTIGO y lo transforme.  Es aquello que antes se empleaba mucho en las estampas de la Virgen: que quien me mire, te vea.  Nos vamos acercando a lo que es SER TESTIGO DE JESÚS.  De lo que se trata es de esa metamorfosis por la que de mi pobre y casi repugnante larva, surja la belleza ágil de la mariposa de colores…  Se trata de que –como en una película- el rostro de una persona se vaya cambiando en las facciones de la otra… Se trata –y sigo con una expresión cinematográfica- que yo sea “el doble” de Jesús… Que hay un momento en la historia en que Jesús se va al Cielo, pero tiene que continuar la película con el mismo protagonista. Y como Él se ha marchado, yo soy el “doble”…, ese que el espectador no llega a advertir que no es el Cristo histórico en persona, porque yo, SU TESTIGO, hago “su doble” con tal perfección, tan identificado con Él, que el Personaje sigue allí tan vivo como cuando estaba Jesús en Persona.

LITURGIA
                      2Co.11,18.21-30: Pablo está muy disgustado con aquellos “superapóstoles” que han desviado la atención de los fieles de Corinto. Son tantos que presumen de títulos humanos… Ese era el problema: que los corintios se habían deslumbrado con las apariencias de aquellos. Por eso, muy a su pesar, pero contrarrestando aquellos “títulos humanos”, él va a presumir de los suyos, que también los tiene, y amplios y sonoros. Toda la lectura de hoy es una descripción de “méritos” de Pablo, a ver si aquella comunidad sabe calibrar los verdaderos valores. Lo que aquellos intrusos puedan presumir, más yo, dice contundentemente. Para acabar con una afirmación humilde que echa abajo todas las presunciones anteriores: Si hay que presumir, presumiré de lo que muestra mi debilidad.

          El evangelio (Mt.6,19-23) vendría a encajar mucho con ese planteamiento que ha quedado en la lectura anterior. Jesús enseña a no amontonar tesoros en la tierra…, ni méritos humanos… En la tierra la polilla y la carcoma roen…, y los ladrones abren boquetes y roban. Los valores de la tierra son efímeros, se pierden, carecen de densidad. Por eso, a la hora de atesorar, amontonad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que los roan, ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque donde está tu tesoro, está tu corazón. Los valores del espíritu son los que permanecen, y además son los que se viven en el corazón.
          La cara es el espejo del alma, dice el dicho popular. Jesús lo expresa a su forma: La lámpara del cuerpo es tu ojo, tu manera de ver las cosas, tus modos de enjuiciar. Por eso si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz. Si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Según se mira, así se tiene el alma. ¿No es un signo de nuestro tiempo esa suspicacia con la que cada persona ve con malos ojos lo que hace la otra? ¿No es eso lo que nos tiene acostumbrados el mundo político, y en definitiva la constante protesta de la sociedad, por cualquier “reivindicación”? Se ha creado una piel tan fina, que ya no queda mucho margen para ver las cosas sin malicia. Razón llevaba Jesús al decir: Y  si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!

2 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo con la reflexión. Es más, como no creo en la casualidad, justo ayer le decía a mi mujer algo que a lo mejor va a picar si lo cuento aquí, pero allá voy, no es mi intención ofender a nadie sino marcar una REALIDAD. Ciertamente es una visión exagerada la mía, pero no carente de VERDAD en mi percepción.
    Decía esto: "Llevo años buscando a cristianos y no los veo". Lo decía francamente enfadado y molesto tras vivir una situación (otra más), a través de internet. Es posible que aquella persona con la que me sentí molesto (párroco en una parroquia para más señas,pero podría haber sido un seglar, da igual), tenga virtudes y haga obras buenas, pero el caso es que yo en mi conversación NO LE VÍ. Es decir, no vi en ningún sitio al TESTIGO DE JESÚS. Además, su modo de hablar en otras situaciones en la red, hace que parezca muy gracioso y saca las sonrisas de sus amigos, pero no me parece apropiado que un sacerdote o un seglar diga expresiones como "eso es una caca" o "me importa un mojon". ¿Me van comprendiendo? A mi mismo me trató de una forma que de no haber sabido yo previamente que era sacerdote, hubiera pensado que era alguien más del mundo. No hay diferencia porque a CRISTO NO SE LE VE. A lo mejor les gusta mucho a algunos, pero a mi no me parece ese un ejemplo. En eso no.

    ¿Y que sentido tiene reflexionar y "revelar" aquí todo esto? Pues, aspiro a que mi reflexión pueda ser compartida con otros cristianos, y si es que creen que hay VERDAD en lo que digo, pues ayudar así a nuestra Iglesia que está muy maltrecha.

    Predicar el Evangelio y la Doctrina de la Iglesia es una cosa, y ser TESTIGO DE JESÚS otra. Si lo segundo no está adecuado a lo primero, malos testigos seremos.

    En cuanto a mi, efectivamente, también creo que debo mejorar en ese testimonio VERDADERO, pero tengo la certeza que estoy en ello y con eso me basta.


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  2. TRANQUILIZAR A LOS LECTORES DEL BLOG QUE PUEDAN ESTAR PREOCUPADOS POR EL PADRE CANTERO. ESTÁ BIEN, PERO NO PODRÁ ACUDIR A LA CITA DEL BLOG ESTE FIN DE SEMANA SEGURAMENTE.

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