martes, 5 de julio de 2011

PARÁBOLA DEL SEMBRADOR

EL SEMBRADOR es Jesús. LA SEMILLA es la Palabra de Dios. EL TERRENO, nosotros.

El Sembrador esparce al voleo (esa bella imagen de nuestros campos). O sea: va en todas direcciones para que llegue a todos los rincones.

La semilla cae, pues, en diversos "terrenos".

Una parte, en la vereda, apisonada por el paso de tantas personas. No puede entrar en la tierra. Y esa Palabra de Dios se pierde: se la comen los pájaros... ¿Y cuál es esa vereda dura? Toda tierra que se hace impermeable a la palabra de Dios o a determinados aspectos de la Palabra de Dios. Puedo ser yo mismo. Aunque sea de Comunión diaria. Y sin embargo haya creado callos en aspectos concretos de mi conciencia, donde he cerrado el paso a una enseñanza o llamada de Dios. [¿Por qué no busco ahí en mi interior esa "zona" en la que -por decirlo así- aún no ha podido entrar el agua de mi Bautismo?. Cierto que hay "esas zonas"].

Terreno de más piedras que tierra. Llega esa Palabra, se escucha con gozo, se acepta. Lo que pasa es que la tierra que hay entre las piedras es tan poca, que al crecer y darle el sol, se quema. Hay muchas personas así. Oyen una Palabra de Dios y dicen: ¡Qué bonita!, ¡qué bien explicó esto el catequista! Pero ni meditan, ni adentran lo oído, ni tienen silencio en el alma... Pronto se queman esas buenas emociones recibidas. Tampoco germina tal semilla, aun siendo buena. O sea: yo, cuando justifico mi "no tener tiempo", mi "no entender"; yo cuando me he quedado en la superficie de "lo bonito" pero ni me cuestiono "qué debo hacer", "qué tierra buena tengo que echar o qué piedras que quitar". No es, pues, que hay "personas superficiales" y a veces poco sinceras. Es una "zona mía" que se escabulle.

Matorrales, espinas..., en un buen terreno para crecer la semilla... Pero la semilla se ahoga entre tantas hierbas bravías: TV o Internet eróticos, egoísmos y egocentrismos, preocupaciones de "cosas", dinero, goces, disfrutes por encima de todo..., siempre "algo" por delante de la Palabra de Dios y -por tanto- del mismo Dios. ¿Lo veo muy distante ese panorama? ¿No me toca a mí? A lo mejor esa "zona" es muy fácil de identificar en medio de mi buena tierra... Lo que pasa es que es también "buena" para las hierbas silvestres, el heno que hoy es y mañana se echa al horno (decía Jesús).

TIERRA BUENA DEL 30, DEL 60 O DEL CIENTO. Es decir: que ya es buena tierra la que recibe la Palabra y esa palabra influye en la vida y fructifica. Que si da 30, bien está. Que si da 60 está mejor... Por eso nadie puede decir -yo tampoco- que "me conformo con ser bueno" porque "ser bueno es antesala del perverso" (decía un autor profundo; Dios está harto de los buenos; lo que necesita son santos). El que da 30 ha de poner su ideal en 60. Y el que da 60, en llegar al ciento. Porque "no puede quedarse satisfecho el que se queda en candil cuando por vocación es estrella", decía ese mismo autor.


Explicado en parábolas, en cuentecillos, decía Jesús, para el que está medio ciego o medio sordo (o "a medias"...), salga del sopor y se convierta. El que quiera escuchar, escuche, fue el final de la parábola que contó Jesús.

6 comentarios:

  1. Anónimo12:12 a. m.

    Que revelador y con que luz explica la parábola , me identifico plenamente con todo lo
    dicho,es una radiografía sicológica completa .
    ! que triste es mi realidad !para aquellos que nos sentimos identificados ,¿Cómo puede uno cambiar ?la conciencia sin examinar tantos años .... sin un sincero proposito de enmienda.

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  2. Hoy enfilé la homilía desde una meditación clásica y esencial de los Ejercicios de San Ignacio: la que analiza la actitud de decisión del ejercitante.
    EL QUE ES FIEL AL EVANGELIO. QUIERE y por eso da fruto. EL 30%... es ya "tierra buena" en palabra de Jesús. Planteo sin embargo: ¿es que no se tiene capacidad para más o que no se ha intentado el 60, porque bastante hay con "ser bueno"?... No sería "bueno" si no quiso plantearse más.
    "QUERRÍA..., QUISIERA", que no es igual que el QUIERO. También hay tierra BUENA capaz de lograr éxitos en otras cosas puesto que se desarrollan las hierbas y matorrales. Pero ¿por qué la Semilla no crece igualmente que la mala hierba? Porque lo fácil y cómodo tira de más "jugo". Gustos, dinero, comodidades, placeres de la vida, "no me compliques", "yo estoy bien como estoy". [No es verdad: aquel joven fracasado se fue triste porque no pudo hacer su doble juego, porque Jesús no se deja manipular con mentiras, justificaciones, posturas a medias. Porque el mismo joven sabe que se está mintiendo, y eso no llena a nadie].
    [Suelo preguntar: ¿qué diferencia hay entre esta confesión y la anterior? ¿Qué hace el penitente en concreto para que no sea tan igual? ¿Simplemente nos "contentamos" a nosotros mismos, o buscamos agradar a Dios un poco mejor?]. La Semilla debe sobresalir sobre los cardos... ¿Por qué no es así? Para San Ignacio el tal ejercitante ha acabado aquí los ejercicios, porque no quiere buscar y hacer la voluntad den Dios. El “querría” es un engaño.
    NO DIGAMOS de quien ni se lo plantea..., aunque le gusta la Palabra, "lo bien que habla el Padre"..., y ahí se queda siempre. Burdas justificaciones para ocultar la propia mentira. Da lo mismo que no haya mucha tierra como que caiga la semilla en la dureza del camino. En los dos casos, estamos ante la inutilidad o la voluntad tan voluble que no es voluntad.
    De ahí el toque de atención de Jesús: EL QUE QUIERA ESCUCHAR, QUE ESCUCHE.

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  3. Y pregunto yo: ¿Cuando nos quejamos de lo mal que está todo...no deberíamos tener presente esta clara enseñanza del Evangelio, y tratar de poner más leña en el asador cada uno de nosotros? Me respondo a mi mismo, que si. Que efectivamente. Que eso quiere Dios, y si yo quiero agradarle más perfectamente, que de eso se trata el ser cristiano, más allá del concepto de buenos y malos, para el que da lo mismo la fe.

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  4. Anónimo3:40 p. m.

    El agobio de la vida, los quehaceres , lo que el mundo te exige y al que yo me someto y su mas fiel esclava , me quitan de rendir culto al Señor.

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  5. Paco Mel8:19 a. m.

    Párate un poco, , querida "Anónima".
    Parate en tu cuarto... O en un campo tranquilo, sin ruidos. O en el silencio de un Sagrario, mirando de hito en hito a Jesús, que está allí silencioso, callado, esperando y juantamente hablando al alma. Y dile eso mismo que has dicho. Dilo y haz silencio. Dilo y escucha qué te dice. Dile, si puedes, que le restarás culto porque tienes "otras cosas" más importantes, más distraídas, o más agobiantes. Dilo a Jesús, cara a cara, sin rubor, sin temor, con confianza. Y escúchele su palabra... A lo mejor te dice cosas que llenan mucho más que ese mundo de sierenas que "exige"... Jesús más que exigir, susurra, ESPARCE LA SEMILLA, no agobia... Alivia a quien se llega a Él con los propios agobios...

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  6. Anónimo11:53 p. m.

    Muchas Gracias Paco , me encanta el consejo .... eso haré , en fin de semana, en visperas ,,, delante del señor .... Gracias

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