"MADRID SIN PAPA"

Así reza el slogan, mientras que se fuerza la situación a base de huelgas "casuales" de personal de tierra de aeropuertos, y "metro" de Madrid. Eso es "respetar derechos" desde la imposición de situaciones preparadas y preconcebidas.
El llamado "Movimiento 15-M" -por unas horas popular-, de indignados con la injusticia, el paro, el abuso de los políticos que se blindan en sus pingües sueldos simultáneos..., pasa en ese leve espacio de horas a ser "patrocinado" por Izquierda Unida, que no se esconde de hacer aparecer su pancarta. Y con ello su técnica depurada de manipulación de masas. Y hasta muchos "indignados" cobran por indignarse.
En nuestra Málaga, Plaza de la Constitucion, aparecen dos cartelitos en fila señalando los responsables de la crisis. El primer cartelito, indica a Botín. El segundo, a menos de dos metros, a "los curas".
Y evidentemente ya empiezas a pensar si son indignados o -como ha escrito un gran comentarista nacional- "indignos". Ni todos ni solo alguno. Aquí hay mucha más tela que la que aparece.
¡Qué casualidad que dan la nota el día de reflexión de las elecciones...!, desobedeciendo toda actitud cívica de respeto a ese día [que no son ellos solos, ni la primera vez]. Y reaparecen "casualmente" ahora ante la visita del Papa. ¿De verdad que son "los indignados"? ¿O están siendo manipulados el puñado inicial de buena fe, por los que nada les importa la indignación social, pero sí les indigna que los católicos manifestemos nuestra fe? Los "donnadie" sin rostro que están detrás, son los que están indignados porque no quieren ni Dios, ni Patria, ni Rey, ni convivencia, ni paz. Lo único que buscan es alterar, crear tensión, clima de enfrentamiento y malestar. "A río revuelto...", creen ellos.
Y como para eso tienen sus incondicionales mariachis, ahora las huelgas "casuales" de esta inmensa oportunidad que tenemos los que ni quemamos sedes, ni rompemos mobiliario urbano, ni desparramamos contenedores (debe ser para hacer ellos más visible la basura de su pensamiento).
Luego dirán que defienden la libertad de expresión. ¡La suya! Porque la otra no. Bien se ve.
¡Cuánto bien harían los nobles indignados del 15-M en poner distancia y barrera con esos otros "indignos", de vocación reventadores! Se dignificarían los auténticos indignados, y empezarían por un claro manifiesto de indignación por la manipulación a la que están siendo sometidos como corderos mansos.
Y hay ocasiones -como la que tenemos presente- en la que debieran dar un mentís rotundo al slogan que OTROS, TOTALMENTE OTROS, están pretendiendo imponer.