LECTURAS DEL DÍA
Los “Libros de los Reyes” en la
Biblia han tenido varias denominaciones; 2 de “los Reyes” y 2 de “los
Paralipómenos” (o también “de las Crónicas”).
O sencillamente 4 “de los Reyes.
Lo más general es el fracaso sobre
fracaso de esos Reyes. Lo cual no es sólo historia sino lo que pudiéramos llamar:
“teología bíblica”, o pedagogía. Porque Dios no quiso que se nombraran reyes
en su Pueblo escogido, porque sólo Dios podía ser su Rey. Pero los israelitas veían que los pueblos
limítrofes y más cultos tenían reyes y se empeñaros –contra el anuncio de los
enviados de Dios- en que se les nombraran reyes. Nada puede extrañar que los autores sagrados
[“hagiógrafos”], pongan de relieve
todo el fracaso humano del Pueblo de Dios que se ha vuelto contra Dios. Y como, por otra parte, es una visión absolutamente teocéntrica [Dios
tiene que estar puesto en el centro de todo, para los sucesos buenos y para los
malos], acaban viendo que cuantos males recaen sobre el pueblo, vienen de Dios
que así corrige, e incluso castiga, a su Pueblo.
Esa es la Lectura primera de hoy. Y todo esto nos explicará por qué la llegada
de Jesús a la historia, es la HISTORIA DEL REINO
[o reinado]
de Dios. Dios ha vuelto a ser quien
gobierna a SU PUEBLO.
El
Evangelio sería para pensárselo muy a fondo porque Jesús está poniendo el dedo
en una llaga muy seria: lo fáciles que
somos para emitir juicios hacia afuera, mientras carecemos de la ecuanimidad
necesaria para empezar por mirar la “viga” que llevamos en nuestro ojo. Pero
pretendemos sacar la paja que el otro tiene en el suyo. Jesús es un gran pedagogo. Con sus exageraciones andaluzas –sus parábolas
expresivas orientales- nos lleva al absurdo de quienes emitimos juicios sobre
terceros, sin mirarnos primero al espejo.
Luego resulta –advierte Jesús- que nos llega “la viceversa”, y es que
los demás nos juzgan como nosotros hemos juzgado. Hay una reciprocidad en los
juicios. Y más de una vez nos quejamos
de cómo nos han juzgado…, y resulta que nosotros estamos haciendo exactamente
igual. El aviso de Jesús de quitar primero la viga del propio ojo es
esa insistencia mía a que entremos primero en el autoanálisis de nosotros mismos,
antes de juzgar actitudes ajenas. Porque
además, la realidad es tan justa, que lo más habitual es que nos pegamos el
porrazo en lo mismísimo que hemos juzgado del vecino. No olvidemos el cuentecillo de la joven que
veía siempre percudidas las ropas tendidas de la vecina, cuando en realidad es
que ella tenía sucios sus propios cristales.
Leo tus comentarios a las lecturas del día, a mi el Antiguo Testamento no me dice demasiado, en este caso tenemos delante la miseria humana de los reyes de Israel, todos incluido Salomón.
ResponderEliminarSin embargo el texto evangélico es el que debería estar con letra el doble de grande, ese es el gran pecado de los cristianos, creernos mejores que los demás y actuar de esa manera.
En tu oración al Corazón de Jesús, apuntas lo dificil que es el equilibrio de la justicia social y posiblemente mas en España donde las personas carecemos o tenemos muy baja la conciencia de nuestras obligaciones laborales.