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Corazón de Jesús, en quien están los
tesoros de la sabiduría y de la ciencia. Maestro bueno, que nos abres los más
dilatados horizontes de santidad. Luz del mundo, que iluminas a todos los
hombres con tus palabras de vida eterna.
Nosotros,
sedientos de tus divinas enseñanzas, venimos a Ti, como el ciervo va a la
fuente de las aguas, para que nos concedas conocer las verdades que encierras
en ese Sagrado Corazón.
Haz
que nuestra vida sea como luz que ilumine el camino que conduce a Ti, para
sacar a nuestros hermanos, los hombres, de las tinieblas de este mundo de
hipocresía y confusionismo.
Ayúdanos a trabajar incansablemente por
adquirir la ciencia de tu doctrina. Líbranos del egoísmo de ojos cerrados que
sólo piensa en sí mismo y otórganos la sencillez evangélica de la caridad, con
sus ojos abiertos para atender a las necesidades de todos.
Queremos ser consecuentes con las palabras
de tu Evangelio. Que tu verdad nos haga libres del error y de la cobardía y que
de tal manera brille nuestra luz ante los hombres, que viendo nuestras buenas
obras, glorifiquen al Padre que está en los Cielos.
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