COMUNIÓN
Lo
que puede decirse más al hablar de la Comunión, no es mucho, si vamos a la
exigencia y realidad que debe marchar el hecho de COMULGAR. La PAZ ha sido ya una Comunión anticipada, en el sentido profundo y básico de lo que
es COMÚN-UNIÓN. Y mucho hemos de pensar
–y temer- que no nos hemos penetrado de esa inmensa realidad. Andamos, generalmente, mucho más ceñidos a “recibir al Señor”, pedirle por los difuntos
(o los vivos), los problemas que nos acucian más encima… Pero conciencia que se adentre en lo que
supone que Jesús está realmente presente
en mí, y que eso no es para pura “devoción” ni ventanilla de intenciones
privadas…, sino la concreción del MANDATO
NUEVO…, que como Yo he hecho ASÍ
HAGÁIS VOSOTROS UNOS CON OTROS…; os he
dado ejemplo, Yo, el MAESTRO Y EL SEÑOR…
Y que eso tiene que tener una traducción exigente en mi vida personal,
familiar, social, con mayores y con iguales y con menores… Y que cuando acaba la Comunión no se ha
acabado ya “la cosa” sino que está ahí horadando en el alma, y no puede
quedarse igual…
Que
sale uno del templo y tiene que ir transido…, con conciencia de algo que ha
transformado… Que ahí no hay ni lugar a
una crítica, a un comentario negativo de algo, a “un defecto” que creo haber
visto…
Si
los que comulgan y –cuanto antes se van a la calle- cayeran en la cuenta de que
tendrían que ir acompañándoles con una vela encendida, porque aún va allí,
realmente presente, EL SEÑOR JESÚS QUE HE RECIBIDO… Si supiéramos que hiere esa maldita costumbre de salir hablando en voz alta desde el
mismo templo, como si nada hubiera ocurrido o estuviera ocurriendo en mí,
que hace unos minutos que comulgué… ¿Tan
se ha perdido ya el sentido de que mientras duran las especies sacramentales en
nosotros, Jesucristo sigue realmente
presente dentro de mí?
Debiéramos llorar quienes
hemos recibido tan infinito don, y no lo valoramos y VIVIMOS como una realidad
inefable que debiera dejarnos aturdidamente admirados…
COMUNIÓN EN
LA MANO
Ha
venido a constituirse en dardo arrojadizo el hecho de recibir la Comunión en la
mano. Autorizado y plenamente aceptado tras la
reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, que tanto ha acercado la MISA al
pueblo, han surgido luego los detractores de tal práctica que se usa muy
legítimamente y con un sentido higiénico recomendable.
Es
cierto que aun hay muchísimas personas que no saben hacerlo debidamente. Acompaño un croquis muy bien dibujado para
explicar el modo correcto, y los pasos exactos.
Por
tanto:
Lo no correcto es poner una mano o las manos en forma
de cuenco.
O
poner la derecha tapando casi la palma izquierda.
O hacer la
pinza para “coger al vuelo” la
Sagrada Forma.
O llevarla
a la boca con la misma mano que ha recibido (lo que –aparte de feo- implica un
riesgo de caída).
Hay
una antiquísima tradición de Santos Padres de la Iglesia primitiva explicando
que la mano derecha bajo la izquierda,
haciendo un trono donde se deposita al Rey de reyes. Y con la derecha se toma reverentemente y se
lleva a la boca.
¿Debe comulgarse en la mano? No hay obligación ni mandato de lo uno o de
lo otro. En la mano es recomendable para no llevar el sacerdote la salida de un
comulgante a otro, ni el carmín pegado a los dedos. Elo que lo hace de una forma o de la otra,
está en su derecho. Y ni unos ni otros
deben hacer crítica de la forma distinta que otro usa. ¡Estaría bueno desunirse a propósito de la Comunión…
¡Que rastreros somos, verdaderamente!
LITURGIA DEL DÍA
Jesús
declara abiertamente que Él no viene a quitar la enseñanza de Dios y los
mandatos de Dios, que Dios mismo dio a su pueblo. Sí vendrá a anular tanta minucia ridícula que
empequeñece lo divino…, la actuación misma de Dios. Ahora bien: que Jesús no se salte ni un punto
de lo mandado por Dios, no significa que todo quedará igual. Ha venido Jesús a que lo que en un pueblo
primitivo tenía que quedar en leyes de mínimos, ahora –en la plenitud del
tiempo- ha de llegar a una interioridad que suponga una RELIGIÓN más adulta,
madura y perfecta…, más interior…, que abarca más a la persona… Que deja escapatorias falsas con tema de
“leyes”, sino que la persona se encuentra cara a cara con su verdad , que es
precisamente la VERDAD inagotable de Dios.
Y ahí tendrá Jesús terreno nuevo en el que –por ejemplo- pasará del amor a los amigos al amar a todos como a uno mismo, y al amar como Yo os he amado (que ya
rompe todos los esquemas). Es un
caso. Como ese, se podrán aducir muchos.
La
primera lectura es toda una forma primitiva para mostrar Elías que él es el
Profeta que va en nombre de Dios. Es una
relato curioso.
La 1ª Lectura me suscita un paralelismo fuerte con los tiempos actuales. Un Elías perseguido por ser Profeta de Dios, y 450 profetas de un dios Baal... La adoración a los "baales" es múltiple, llámense "revistas del corazón", deportistas, cantantes, erotismo de mil clases, cómoda tranquilidad, abuso del débil, política..., falsos movimientos liberadores que van alentados por partidismos ateos, belicosos, irrespetuosos con los valores de otros..., y hasta los "amigos" que tienden sus trampas de muy mala índole para ridiculizar... Valen mil etcéteras, para abarcar ¡CUATROCIENTOS CINCUENTA FALSOS PROFETAS..., CUATROCIENTOS CINCUENTA "BAALES".
ResponderEliminarElías está solo. Simplemente que..., apoyado por la verdad innegable de su honradez religiosa y su fidelidad al Dios de Israel. Y propone aquel "auto de fe"... El que sea verdadero Dios, actuará. Los baales están dormidos, o de viaje, o sordos o distraídos en sus hojarascas... Dios, el Dios del Cielo, está ahí. Y es el verdadero Dios. Y es el que realiza el prodigio.
Allí se dio siquiera la honradez de un pueblo que acabó reconociéndolo. No es lo mismo que los FALSOS PROFETAS DE HOY que cada vez sacan más patrañas y las plantan en Internet o en suaves venenos televisivos..., y las gentes, amorfas, sin capacidad de reacción, sin criterios..., no reaccionan, y -pese a ver- prefieren seguir dromidos o de viaje con su "baal" de turno.