LA PLEGARIA EUCARÍSTICA
La PLEGARIA EUCARÍSTICA constituye el
corazón de la SANTA MISA. Hoy contamos con una variada riqueza de Plegarias,
¡trece!, aunque desgraciadamente ni se conozcan muchas…, aunque más
desgraciadamente haya sacerdotes que no sólo no las conocen sino que se atreven
a hacer el juicio de inventar a
quienes usan esa riqueza que la Iglesia nos ha puesto en las manos.
La antigua, tradicional, y primera es el
llamado CANON ROMANO, con aspectos de lenguaje más antiguos pero de una riqueza
magnifica. El Concilio Vaticano II nos
enriqueció con su traducción a lenguas vernáculas, y enriqueció la estupenda
variedad de las otras Plegarias.
La SEGUNDA es la más breve, y la que
suele rezarse más: “Santo eres, Señor, fuente
de toda santidad”. ¡Cuánto agradecen
muchos esa brevedad! ¡Cuántos sienten la
pobreza de quienes sólo saben usar esa Plegaria!
La TERCERA es un poco más larga, y
comienza igual, pero varía al segundo renglón, y se extiende algo más: ”Santo eres, Señor, y con razón te alaban
todas tus criaturas…” Naturalmente
tiene más contenido expresivo.
La CUARTA es una bellísima síntesis de la
Historia de la Salvación. Lastimosamente
no está oficialmente permitida en las fiestas más especiales de la Iglesia, por
tener un PRFACIO propio, que suplantaría al que corresponde a la fiesta. Ojalá se usara más, porque es una muy buena
catequesis del misterio de Dios, realizado en Cristo por el amor del Espíritu
Santo.
Sigue la PLEGARIA QUINTA, que se
desdobla en cuatro, llamadas A, B, C y D.
Tienen Prefacios propios y tema propio:
A: Dios quía a su Iglesia.
B: Jesús, nuestro Camino, con una bellísima y concreta referencia a la actitud
de misericordia ante la necesidad humana.
C: Jesús, modelo
de caridad, otra riquísima concreción a la necesidad de responder la fe en el momento y circunstancias
actuales.
D: La Iglesia, en camino hacia la unidad. Del gusto de los fieles, que escuchan
expresamente el nombre de su pueblo o ciudad o nación, dentro del cuerpo mismo
de la Plegaria.
Dos nuevas plegarias DE LA
RECONCILIACIÓN, la primera con un acento mayor en la propia actitud de
reconciliación, y la segunda en la necesidad de la reconciliación más
universal.
Y TRES bellísimas PLEGARIAS para MISAS
CON NIÑOS, que en realidad son las que mejor entienden los mayores. ¿Reducidas a misas DE niños? ¿Con una
mentalidad más catequética para nuestros fieles adultos, que escuchan más su
lenguaje normal? ¿No tenemos todos un
poco o mucho de niños…, sobre todo en nuestra misma formación? A lo mejor agradecería nuestro pueblo fiel
que esa liturgia se usara más para mejor meterse en lo que está viviendo, no
sólo en el momento de la Misa sino en su vida diaria.
Del PREFACIO, del que he hablado, nos
detendremos luego.
LITURGIA
EL DÍA
San Pablo, ya prisionero, escribe a su
discípulo Timoteo, y se reivindica a sí mismo aunque en cadenas- como apóstol por designio de Dios para anunciar a
Jesucristo. A Jesucristo sirvo en pura conciencia, con su nombre siempre en
mis labios. Por tanto, tú, Timoteo, vive esa misma gracia y aviva su fuego con
valentía, y no tengas miedo de dar la cara.
Por supuesto, te llevarás las bofetadas que lleva en sí mismo EL
EVANGELIO… (“los duros trabajos del
Evangelio”…, que expresan la misma muerte de Cristo…, y la del cristiano
fiel). Pero Él nos salvó y nos llama a
una vida santa. De este Evangelio he sido nombrado heraldo y es la razón de mi
penosa situación actual. Pero sé que tiene
poder para fortalecerme hasta llevar a
cabo hasta la muerte el encargo que me dio.
Evangelio de nuevas trampas a Jesús,
ridículas y fuera de lugar, ahora por parte de los materialistas saduceos, que
no admiten nada que no se toca y palpa.
Su burda hipótesis de los 7 maridos consecutivos de una esposa, la
deshace Cristo de un plumazo: no entendéis nada. El Cielo no es volver a las realidades de la
tierra. Es otra realidad, porque Dios es otra cosa de la que imagináis
ridículamente.
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