“ES EL SEÑOR”
Una pregunta, que no va con el
tema de hoy, sino con el blog: HE PUESTO un enlace para poder ver el BOLETÍN.
Me interesa saber si llega a poder abrirse en vuestros ordenadores. Porque si
sirve, lo sigo poniendo. Si no, me evito esa operación.
Seguimos
en esos pasos de una Iglesia naciente que ya produce sus frutos –lisiado curado
y que sigue a Juan y Pedro; las gentes que se van convirtiendo en cantidades
llamativas-, y que, lógicamente, levanta también recelos y hasta persecuciones.
Pedro (Hech 4, 1-12) tiene que cuestionar a los propios sacerdotes que le
preguntan, si el haber hecho andar a un tullido de nacimiento tiene mucha
cuenta que dar a ellos. Ahora bien: si es que ellos quieren saber qué poder han
utilizado esos apóstoles, “sabed que sólo
el NOMBRE DE JESUCRISTO NAZARENO –a quien
vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos,
es quien tiene el poder de presentar hoy son al que estaba lisiado. Y como no
tienen razones para otra reacción, acaban metiéndolos en la cárcel hasta el día
siguiente. Los dos apóstoles insisten en la profecía: La piedra que desecharon los arquitectos, ha venido a ser la piedra
angular. Ellos rechazaron a Cristo; pues Cristo es ahora el centro de todo
este “edificio” nuevo de la nueva manera de vivir la fe.
Lo
sabían ellos por propia experiencia. Cuando aquel período solitario de espera –Cristo
ya ha resucitado pero ellos aún no están dirigidos a una actuación concreta-,
Pedro decide pescar y ningunos de otros 6 le discute ni se molesta. [Dos de
esos, no tienen nombre. No hago esta observación en vano, porque no es fácil
que al evangelista –siempre tan detallista-, es muy raro que no recuerde esos
otros dos nombres… Luego va a surgir allí como de improviso “el otro discípulo, discípulo amado”, y
a mí me hace pensar que está “oculto” bajo esos “dos” no nominados)]. No hay pesca
y no por eso abandonan ni se separan. Echar la red a la derecha y a la
izquierda de la barca es casi un juego que ellos van haciendo, pero los duchos
de la pesca (Pedro, Andrés, Juan y Santiago) no logran sacar un solo pez. Y tampoco
pasa nada. No se descomponen los ánimos, no hay discusiones, se vive
tranquilamente en compañía en ese pequeño espacio de una barca de pescadores.
Las
primeras luces del alma traen una novedad: alguien pasea por la orilla y tiene
la pregunta que podría humillarles…: ¿Tenéis
pescado? Un “no” escueto pretendía resolver lo engorroso del momento. Pero el
individuo les dice cómo tienen que pescar… Y ya es llamativo que hacen caso. Y
aquel “discípulo amado” (quizás “alguien”
que ha añadido el capítulo 21 cuando ya estaba puesto el epílogo final cuando
acabó el cp. 20), tiene esa palabra de luz que despierta a todos del letargo
adormecido de la noche: ES EL SEÑOR.
Y yo digo: ¿sólo esa pesca inesperada? ¿O todo lo que supone el cambio de
actitudes de aquella noche? ¿No podremos pensar que los ojos de ese “tal
discípulo” están mucho más anchos y abarcan más toda una situación tan nueva?
¿No está pretendiendo el narrador que abramos nuestra fe hacia LA IGLESIA, la
primera Comunidad, que es la que muestra a las claras que ES EL SEÑOR…,
HA SIDO UN MILAGRO PATENTE que siga adelante esa incipiente Iglesia, pese a la
oposición, la lucha y aun la persecución de los influyentes jefes religiosos?
Han
pasado los siglos… Con las mil fallas que aportamos cada uno de nosotros, ¿no
seguimos descubriendo que –en medio de nuestra misma realidad…, aun en medio de
esa lucha que hay establecida contra la Iglesia-, es EL SEÑOR, como milagro patente, que sigue estando ahí al cabo de 20
siglos…? Sigue clamando : ES EL SEÑOR, un discípulo
amado”, que “recuesta su cabeza a diario sobre el pecho del Señor”, y que se
siente “el discípulo a quien amaba Jesús”?
Sufrimos
mil dudas…, y nos sentamos cada mañana ( o cada tarde) a “almorzar bajo su mirada”… ¿Alguien no se atreve a preguntar: Tú,
quien eres, porque más allá del VER, hay una fe que HACE SABER que ES EL SEÑOR? ¿No encontramos un
paralelismo entre aquella frase tan extraña que nos da el evangelista y nuestra fe actual,
cuando “no nos atrevemos a cuestionarnos ante la Eucaristía, porque de hecho SABEMOS que es EL SEÑOR?”.
Y si lo sabemos, esa es la fe, aunque nuestros ojos nos lleven por otra visión.
Pero ahí está lo grande. AHÍ ESTÁ LA FE. Ahí está la visión del “amado”, que
sabe descubrir al Amado, por el don supremo de la fe, que SABE MÁS de lo que ve…,
y sabe que esa fe da más seguridad que la misma “evidencia” de los ojos.
Por
eso me subyuga el evangelio, porque me invita a volar más allá de la materialidad
de las palabras. Y no me escandaliza dar esos saltos hacia pensamientos distintos
de los “clásicos”. Lo que me escandalizaría es leer el evangelio como puedo
leer el Quijote. Y tiene mucho el Quijote para leer entre líneas. Pero el EVANGELIO es que habla hoy con la misma vida que surge de la luz del Espíritu Santo,
que lo hace siempre nuevo.
Boletín Abril
Boletín Abril
Se puede descargar y visualizar el Boletín perfectamente. Muchas gracias
ResponderEliminarSí se puede descargar el boletín .Siguiendo sus indicaciones,no creo que nadie tenga problema .Gracias ,padre..
ResponderEliminarEl invento funciona. Se puede ver perfectamente. Muchas gracias.
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