Popurrí
Hoy
se montan varias efemérides de niveles de Iglesia universal, de Compañía de
Jesus y personales (por dos aspectos
diferentes), voy a empezar por todo esto. A nivel universal, católico, seguimos en plena Pascua de
Resurrección, en pleno domingo de Resurrección.
En ese nivel, la 1ª lectura nos ha
puesto ante una actitud. Pedro sintetiza en dis palabras: Cristo, al que
vosotros crucificasteis, HA RESUCITADO. Y la reacción d ellos: ¿Qué tenemos que hacer, hermanos? Porque no hay otra respuesta. Y como el
término se estrenaba, no estaba tan devaluado como ahora, que se escucha con
cierto soniquete de “tópico conocido”. Allí se decantaba por algo tan serio
como Bautizarse…, entrar a formar
parte de una situación tan nueva como “nacer
de nuevo”, nacer en el seno de Dios, consagrarse.
Y si consagrados (al Padre y al Hijo y al Espíritu), aquello eran palabras
mayores que suponían entrar en el ámbito de los sagrado y divino. Un Bautismo
no es un hecho trivial, y menos aún, social, y ni siquiera una “costumbre
cristiana”. Era todo un compromiso, y tan sagrado, que –fallar a ese compromiso
de vida equivalía a una profanación de lo
sagrado.
María
Magdalena se convierte en “segunda conversión” –aun más
importante que la primera- porque ahora tendrá que salir de su “pena personal”,
de la pérdida de “su” Maestro, de su búsqueda de un cadáver para devolverlo a
un sepulcro…, a encontrarse con Jesús resucitado, que la envía a ser mensajera de una nueva vida, no de embajadas espantosas
de robos del cuerpo de Jesús.
[Cómo me hace pensar esto en esos “embajadores” de las
malas noticias, de los bulos “que se dicen”, de los “defectos” que “ven”…,
aunque no lo sean; cómo me repugnan los “gaceteros” de noticias…, que
generalmente rebuscan como los escarabajos peloteros…]
La
otra efemérides de hoy –aunque no se pueda celebrar litúrgicamente, por ser superior
el rango litúrgico de la Octava de Pascua- es la fiesta de María, Reina y Madre de la Compañía de Jesús, una fiesta entrañable
para mí, cuya vocación nació al pie de mi Inmaculada de la Congregación Mariana
–y su fotografía fue el recordatorio de lujo de mi primera consagración eclesial
[la tonsura clerical]- y cuya definitiva pertenencia
a la Compañía de Jesús –recíproco compromiso de las dos partes- se hizo en
este día, hace 41 años, y también Ella, María, Reina y Madre, fue mi recordatorio de gran fiesta para mí. Imagen
con una simbología muy especial porque encierra tres corazones: el de Jesus (sobre las rodillas de su Madre), el de
su Madre (a cuyo Corazón señala el Hijo), y las Constituciones de los jesuitas
que María muestra con su mano derecha. No cabía más en menos.
Y
para redondear este día y hacerlo plenitud, es aniversario litúrgico [martes de
Pascua] de mi Primera Misa (hace 54
años). Y ahí llega el reventón del sentido máximo de mi vida, SACERDOTE EN LA
COMPAÑÍA DE JESÚS. No se puede tener más.
Por
supuesto que yo me tendría que mirar al espejo para ver si esa realidad
suprahumana me devuelve –en mi imagen personal- toda una riqueza, siquiera
equivalente… Bautizado-consagrado…, y nuevamente Consagradas mis manos en el
Sacerdocio…, y hecha mi particular Consagración
religiosa, como acto personal y plenamente libre y consciente de ser TODO
DE DIOS…
Seguiría
teniéndome que descubrir en el espejo si hay esa segunda conversión por la que el YO queda controlado para que quien me mire, vea a Jesús…
Si
como jesuita, mi espejo me reflejara que soy un honrado compañero de Jesús, que
se tradujera en serlo igualmente de mis hermanos de Orden, vocación, carisma y
convivencia…
Vamos:
que hoy es un día como para que “saltara la liebre” y mi alegría fuera
igualmente –en lo que toca a su mirada a mí- alegría de Jesús y alegría de María.
Hoy sin duda es un gran día para tí, querido Manolo. Recibe mi felicitación y al mismo tiempo es momento de dar gracias a Dios por tenerte entre nosotros explicando su Evangelio.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Me uno a la Felicitación y al agradecimiento por su sacerdocio, sin duda toda una Gracia de Dios.
ResponderEliminarMe uno a la Felicitación y quiero agradecer a Dios su ministerio en este día de acción de gracias :Jesús pervive en usted . Gracias padre por haber tenido un corazón abierto a Dios y por su labor pastoral
ResponderEliminartan importante y que está dando tanto fruto .
Hasta hora no he podido entrar a leer el comentario diario y me he llevado una grata sorpresa. Felicidades, Padre. Ha merecido la pena que ese día diera su SÍ incondicional. Ha hecho mucho bien a los demás y sigue haciéndolo. Damos gracias a Dios.
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