12 de diciembre de 2013 (Zenit.org) - Hacer un poco de silencio para
escuchar a Dios que nos habla con la ternura de un padre y de una madre nos
hará bien. Lo ha afirmado el papa Francisco esta mañana en la misa celebrada en
Santa Marta.
Haciendo referencia a la lectura de hoy del profeta Isaías, el
papa ha subrayado no tanto "lo que dice el Señor" sino "cómo lo
dice". Dios nos habla como lo hace un papá y una mamá con su hijo. Y lo
explica así: "cuando un niño tiene una pesadilla, se despierta, llora...
papá va y dice: no temas, no temas, estoy yo, aquí. Así nos habla el Señor. 'No
temas, gusano de Jacob, larva de Israel'.
El Señor tiene esta forma de hablarnos: se acerca... Cuando
miramos a un papá o una mamá que hablan a su hijo, vemos que ellos se hacen
pequeños y hablan con la voz de un niño y hacen gestos de niños. Uno que mira
desde fuera puede pensar: ¡pero estos son ridículos! ¿Se empequeñecen
precisamente ahí no? Porque el amor del papá y de la mamá tiene la necesidad de
acercarse, digo esta palabra: de abajarse precisamente al mundo del niño. Eh,
sí: si papá y mamá hablan con normalidad, el niño entenderá igual; pero ellos
quieren tomar el modo de hablar del niño. Se acercan, se hacen niños. Y así es
el Señor".
El papa ha recordado que los teólogos griegos explicaban esta
actitud de Dios con una palabra difícil: la synkatábasi, es decir, "la
condescendencia de Dios que desciende a hacerse como uno de nosotros". Y
para matizar la idea, Francisco ha señalado que "el papá y la mamá dicen
también cosas un poco ridículas al niño: "Ah, amor mío, juguete
mío..." y todas estas cosas. También el Señor lo dice: 'gusano de Jacob',
'tú eres un gusano para mí, una cosa pequeña, pero te amo tanto'. Este es el
lenguaje del Señor, el lenguaje de amor de padre, de madre. ¿Palabra del Señor?
Sí, escuchemos eso que nos dice. Pero también veamos cómo lo dice. Y nosotros
tenemos que hacer eso que hace el Señor, hacer lo que dice y hacerlo cómo lo
dice: con amor, con ternura, con esa condescendencia hacia los hermanos".
A continuación, el papa ha explicado cómo Dios, citando el
encuentro entre Elías con el Señor, es como la "brisa suave" o - como
dice el texto original - "un hilo sonoro de silencio": así "se
acerca el Señor, con esa sonoridad del silencio propia del amor. Sin dar
espectáculo". Y "se hace pequeño para hacerme poderoso; Él va a la
muerte, con la condescendencia, para que yo pueda vivir".
Para concluir, el pontífice reflexiona que "ésta es la música
del lenguaje del Señor, y nosotros en la preparación a la Navidad debemos
sentirla, nos hará bien escucharla, nos hará muy bien. Normalmente, la Navidad
parece una fiesta de mucho ruido: nos hará bien hacer un poco de silencio y
escuchar estas palabras de amor, estas palabras de tanta cercanía, estas
palabras de ternura.... 'Tú eres un gusano, ¡pero yo te amo mucho!' Por esto. Y
hacer silencio, en este tiempo en el que, como dice el prefacio, nosotros
estamos vigilantes en espera".
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