13 de diciembre de 2013 (Zenit.org) - El santo padre esta mañana en el
homilía de Santa Marta ha explicado que los "cristianos alérgicos a los
predicadores tienen siempre algo que criticar, pero en realidad tienen miedo de
abrir la puerta al Espíritu Santo y se quedan tristes".
Hablando sobre el Evangelio de hoy, Francisco ha mencionado que
"Jesús compara la generación de su tiempo a esos niños siempre
descontentos que no saben jugar con felicidad, que siempre rechazan la
invitación de los otros: si tocan música, no bailan; si cantan un canto de
lamento, no lloran... nada les va bien". El papa ha precisado que esa
gente "no estaba abierta a la Palabra de Dios". Su rechazo "no
es al mensaje, es al mensajero". Y añade que rechazaban a Juan Bautista,
que no comía y no bebía pero decían que era un endemoniado, así como también
rechazaban a Jesús, porque era de buen comer y un bebedor, amigo de publicanos
y pecadores. "Tienen siempre un motivo para criticar al predicador",
ha matizado el santo padre.
"Y ellos, la gente de aquel tiempo, preferían refugiarse en
una religión más elaborada: en los preceptos morales, como el grupo de
fariseos; en el compromiso político, como los saduceos; en la revolución
social, como los celotes; en la espiritualidad gnóstica, como los esenios.
Estaban con su sistema bien limpio, bien hecho. Pero el predicador no. También
Jesús les hizo hacer memoria: 'Vuestros padres han hecho lo mismo con los
profetas'. El pueblo de Dios tiene una cierta alergia a los predicadores de la
Palabra, los profetas; los ha perseguido, lo ha matado", ha subrayado el
santo padre.
Asimismo, el papa ha continuado indicando que estas personas
"dicen aceptar la verdad de la revelación, "pero el predicador, la
predicación, no. Prefieren una vida enjaulada en sus preceptos, en sus
compromisos, en sus planes revolucionarios o en su espiritualidad desencarnada.
Son esos cristianos que están siempre descontentos con lo que dice el
predicador".
El santo padre ha hablado de "esos cristiano que están
cerrados, que están enjaulados, esos cristianos tristes... no son libres ¿Por
qué? Porque tienen miedo a la libertad del Espíritu Santo, que viene a través
de la predicación. Y este es el escándalo de la predicación, de la que hablaba
san Pablo: el escándalo de la predicación que termina en el escándalo de la Cruz.
Escandaliza que Dios nos hable a través de hombres con límites, hombres
pecadores: ¡escandaliza! Y escandaliza más que Dios no hable y nos salve a
través de un hombre que dice que es el Hijo de Dios pero termina como un
criminal. Eso escandaliza".
Continuando con la idea de esos "cristianos tristes", el
pontífice ha explicado que éstos "no creen en el Espíritu Santo, no creen
en esa libertad que viene de la predicación, que te advierte, te enseña, te
reprende también; pero es precisamente la libertad que hace crecer la
Iglesia".
El santo padre ha señalado, para concluir, que "viendo estos
niños que tienen miedo de bailar, de llorar, miedo de todos, que piden
seguridad en todo, pienso en esos cristianos tristes que siempre critican a los
predicadores de la verdad, porque tienen miedo de abrir la puerta al Espíritu
Santo. Recemos por ellos y recemos también por nosotros, que no nos convirtamos
en cristianos tristes, quitando al Espíritu Santo la libertad de venir a
nosotros a través del escándalo de la predicación".
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