24 diciembre
Con esta Misa
se cerrará ya el período de adviento. En la 1ª lectura nis sitúa
en el marco importantísimo de David que ha puesto EN PAZ todos sus
reinos. Entonces es cuando piensa que es el momento de hacer un Templo digno
para el Arca de Dios. El profeta Natan recibe una comunicación de Dios para
David: cierto que David es un amado y privilegiado de Dios, de quien ha
recibido tantos beneficios. Sin embargo no será él quien construya el templo.
La
liturgia corta ahí el relato porque será cuando todoel orbe esté en paz,
cuando Dios se construya su verdadero Templo, no ya con los símbolos de
su presencia (como en el Arca) sino en la realidad insospechada del hijo
de David..., que viene en nombre del Señor y que Él será el NUEVO ARCA
que encierra en sí la misma realidad de Dios.
Estamos
en los umbrales mismos del NACIMIENTO DEL HIJO DE DAVID, que va a nacer de
María, Virgen, en la profunda paz que deja la noche..., cuando llegue a
la mitad de su carrera y resuene la Palabra misma de Dios en el Hijo.
El
cántico de Zacarías, ene l Evangelio de hoy es una explosión de alegría
por la venida del Mesías de Dios, Sol que nace de lo alto...
CUANDO EL ORBE ENTERO ESTABA
EN PAZ
Hoy
me quedo ahí. Se trata de vivir la noche de hoy en aquel mismo ambiente de PAZ
que reinaba en el momento. Esa PAZ que hacía posible que encontrara “espacio” y
momento la realización de la PROMESA DE DIOS.
Estábamos
tratando de los pacíficos… Hoy hay que
detener la cámara y fijar el objetivo es esa PAZ.
PAZ a los hombres a los que ama el Señor
(a todos). Paz también en CADA UNO. Paz hacia los demás, pero paz que brota de
la propia paz, porque si uno mismo no tiene paz dentro, nadie puede dar lo que
no tiene. El secreto, pues, de la paz está en el propio corazón. Y que hoy
podamos or pasando la mirada lentamente –como en un barrido de cámara, y
podamos ver rostros, personas, situaciones nuestras…, y podamos verlo de frente
con un sentimiento gozoso de que nada ni nadie pueda ya alterarme la paz. Nada
ni nadie. ¡Eso es fundamental! No se
reduce nuestros ojos limpios por el colirio de la paz, y podemos mirar de frente
a todo lo que se nos ponga por delante, y podamos decir: “Yo ya estoy en paz
con esa persona y con esas situaciones que me quitaron la serenidad”. En realidad, el triunfo pleno es que mi corazón está en paz. Que he
adquirido las gafas de la paz y que a través de sus cristales, nada me turba, nada me espanta. Y hoy
empezaré ya el bonito ejercicio de mirar a los ojos de cualquiera y de
cualquier situación, porque me siento pacificado en mi corazón y no hay razón
ni motivo para que yo pierda el tesoro maravilloso de MI PAZ. Mía, sí, pero que
generosamente sale hacia afuera con esa grandeza de brazos extendidos que
abarcan al mundo entero, y a tales y cuales personas en particular.
Es que en esa
cuna (o pesebre) es donde se recostará JESÚS. Y desde ese Dios de paz tomaremos la antorcha de la paz para irla llevando al
mundo. Para devolver sonrisas por insulto, rostro sereno ante la ofensa, luz
del alma ante la oscuridad de la soledad (a veces proveniente de que otros no
quisieron saber nada). LA PAZ DE JESÚS
es mucho más larga que el desamor de otros.
PAZ
que encierra una perla tan preciosa como que
el pacífico será llamado hijo de Dios, de la misma estirpe de Dios…, quien
podrá llamar PADRE a Dios con un título
más expreso de “hijo”, porque la paz constituye esa relación, y la contagia.
Cuando
actuó Jesús en su vida pública, se encontró con la dificultad de que los que no
eran personas de paz, le hicieron frente; pero estaba ya muriéndose cuando
pronunció ese testamento inmenso: Perdónalos,
Padre, porque no saben lo que hacen. Nadie dio por enemigo, por culpable.
Cuando el depósito interior de la paz está repleto, nada lo puede alterar.
El blog os desea que viváis una
verdadera Navidad, la que tiene por centro a Jesús y vive la Paz de Jesús.
Y gozaríamos mucho si –por una vez- tantos
que abrís este blog en las remotas regiones del orbe, EXPRESÁRAIS VUESTRA ALEGRÍA DE NAVIDAD DE JESÚS con un breve comentario vuestro expresado en el blog. [Que no excluiría alguna
observación constructiva para que sea más el blog abierto a quienes lo siguen]
Por lo pronto el blog os desea una Navidad
muy feliz. Que el primer invitado de esta noche sea Jesús. Y que vuestra
celebración rezume alegría interior y paz.
En estos días de Adviento, ojalá hayamos hecho de nuestro corazón un pesebre para acoger al Niño Dios. Que El, desde la sencilllez y humildad, reine en nuestro corazón. Sin duda, el Salvador hoy se hace más presente en aquellos que están solos, desvalidos, enfermos, olvidados... Mi afecto y oración para todos los que nos enriquecemos con este Blog que tanto bien hace (mi afecto y agradecimiento personal hacia usted, P. Cantero).
ResponderEliminarFeliz Navidad en Jesús.
La paz es el deseo de la humanidad, la principal PAZ viene de Dios a cada uno de nosotros. Feliz Navidad acogiendo a Jesús recien nacido.
ResponderEliminarFeliz Navidad y paz a los hombres en quien él se complace.
ResponderEliminar