18 de diciembre de 2013 (Zenit.org) - Queda tan solo una semana para
que los cristianos celebren la Navidad y esta mañana el santo padre ha querido
dedicar la catequesis de la audiencia general al nacimiento de Jesús,
"fiesta de la esperanza, que supera la incertidumbre y el pesimismo"
y ha recordado que "la razón de nuestra esperanza es esta: Dios está con
nosotros y se fía de nosotros". El santo padre ha insistido en que Jesús
es Dios con nosotros y ha pedido a los fieles presentes que lo repitan en voz
alta "¡Jesús es Dios con nosotros!" se ha podido escuchar con fuerza
en la plaza.
El santo padre y los peregrinos cada miércoles están desafiando a
las bajas temperaturas y la plaza de San Pedro se sigue llenando y la alegría y
la cercanía del papa Francisco se puede ver en cada gesto, cada beso y cada
abrazo. Hoy se ha bajado en un par de ocasiones del jeep durante el recorrido
previo a la audiencia, y en una de ellas se ha parado a beber mate con unos
peregrinos argentinos. Durante la más de media hora que el papa pasa por los
pasillos de la plaza antes de comenzar la audiencia, se podían escuchar las
voces que gritaban "auguri" al papa para felicitarle por su 77
cumpleaños, que celebró ayer.
Esta será la última audiencia general de este año, y según los
datos ofrecidos por la prefectura de la Casa Pontificia, en las 30 audiencias
generales del papa Francisco se han repartido 1.548.500 billetes.
Al finalizar la audiencia, el santo padre ha tenido la ocasión de
saludar a la delegación del equipo de fútbol San Lorenzo, del que él es socio y
que el domingo pasado ganó el campeonato. Francisco ha podido charlar unos
instantes con ellos y ha sostenido la copa entre sus manos. Por su parte, los
jugadores le han regalado una camiseta del equipo en la que se podía leer
"Francisco Campeón". Han viajado hasta Roma, Matías Lammens, Marcelo
Tinelli, Hernán Etman, Damián Vázquez, Bernardo Romeo, Sebastián Torrico y
Mauro Cetto.
En el resumen de la catequesis que el santo padre hace en español
ha dicho: "queridos hermanos y hermanas. Cercanos ya a la Navidad, les
propongo hoy una reflexión sobre el nacimiento de Jesús como expresión de la
confianza de Dios en el hombre y fundamento de la esperanza del hombre en Dios.
El Verbo no se ha encarnado en un mundo ideal, sino que ha querido compartir
nuestras alegrías y sufrimientos, y demostrarnos así que Dios se ha puesto de
parte de los hombres, con su amor real y concreto. Y nos «regala» una energía
espiritual que nos sostiene en medio de las luchas y fatigas de cada día. La
Navidad nos puede ayudar a pensar dos cosas: La primera es que, en su
natividad, Dios se abaja, se hace pequeño y pobre. Por eso, si queremos ser
como Él, no podemos situarnos por encima de los demás, sino que hemos de
ponernos a su servicio, ser solidarios, especialmente con los más débiles y
marginados, haciéndoles sentir así la cercanía de Dios mismo. La segunda: ya
que Jesús, en su encarnación, se ha comprometido con los hombres hasta el punto
de hacerse uno de nosotros, el trato que damos a nuestros hermanos o hermanas
se lo estamos dando al mismo Jesús. Recuerden que «quien no ama a su hermano, a
quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve» su hermano, a quien ve, no
puede amar a Dios, a quien no ve".
Al concluir estas palabras ha saludado "cordialmente a los
peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de
España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. De manera especial,
ha saludado al equipo de fútbol de San Lorenzo "que acaba de salir campeón
el domingo pasado y ha venido a traer la copa."
Así, el papa ha confiado a todos ellos a "la protección
maternal de María, Madre de Dios y Madre nuestra. Que ella los cuide y los
llene de alegría y de paz. Muchas gracias".
Al finalizar la catequesis, el santo padre ha bajado como cada
miércoles, a saludar a los enfermos de las primeras filas para hablar largo
rato con ellos y darles su bendición.
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