Orar como se
vive; vivir como se ora
El Papa nos ha exhortado a
orar con conciencia de lo que se ora, algo tan distinto –en palabras del mismo
Papa- a “rezar como papagayos” Cuando
hoy Jesús nos presenta el esquema básico de un MODO DE ORAR, no se queda en la
recitación externa de unas frases para que eso ya sea oración distintiva del discípulo. Los discípulos no le pidieron que
les enseñase rezos como los típicos recitativos judíos. Pidieron: enséñanos a orar. Entre otras cosas
habían visto más de una vez orar a Jesús, y era evidente que Jesús no
necesitaba estar moviendo la cabeza como un junco ni ponerse ante un muro.
ORABA en lugares abiertos o en una habitación y su poprte ya indicaba que había
un mundo interior, un contacto personal, una vida…, en aquel modo de orar de
Jesús. Incluso, superando la costumbre habitual judía, Jesús oraba en silencio.
Por eso le piden a Jesús que les enseñe a ORAR. Rezar ya lo
sabían ellos. Lo habían aprendido en la escuela o en las familias. Rezaban
salmos. Hacían gestos externos. Pero no era aquello lo que estaban viendo en el
Maestro. Y por eso piden un modo nuevo de ORAR.
Y Jesús les dio los pilares para orar: Dios no era lejano
ni Dios de las montañas. Dios era PADRE. Pero no un padre que se encierra en un
hijo sino un padre que abarca a todos y por eso quiere que todos se sientan
hermanos… Que yo no oro para mí, sino que oro en plural (por otra parte muy
consecuente con el pensamiento bíblico en el que uno no vive solo sino como
miembro de una comunidad judía). Ir a Dios como PADRE NUESTRO era ya un verdadero orar porque sacaba del
propio egoísmo.
Luego venía un segundo acento: el objetivo primero de
oración es la gloria de Dios: QUE EL NOMBRE DE DIOS SEA PROCLAMADO SANTO…, y
que sea la conducta de cada uno que ORA
lo que manifieste la santidad de Dios. Y por tanto, que lo que se desea
sobre toda otra cosa es que LA VOLUNTAD DE DIOS SE HAGA…, la viva cada hijo
(porque Dios no impondrá por la fuerza su querer. Dios suele proponer, enseñar, revelar¸ sus deseos.
Pero la ejecución depende de la decisión libre del hijo.
Todo esto ya va siendo más que recitar oraciones ya hechas…
Todo esto necesita del silencio del alma, del recogimiento mismo del cuerpo, de
la mente centrada en lo que se está expresando, y de la voluntad afectuosa del
que ORA. ORAR; mucho más que “rezar”
No paso de largo una expresión de Pablo en su difícil carta
a los fieles de Galacia: “Cuando vi que
la conducta de Pedro no cuadraba con la verdad del Evangelio…” Es una feliz
expresión de Pablo. No se trata de su si uno es bueno, de si no hace daño a
otros, de si uno tiene sus particulares devociones, y ni siquiera si es muy
religioso y cumplidor. Sino de si su vida y conducta CUADRA con la verdad
del Evangelio. Se viene haciendo ya “coletilla” eso de la nueva evangelización. Pero hay que
sacarlo de la coletilla y ENCUADRANOS CON LA VERDAD DEL EVANGELIO. Pedro era el
apóstol que Jesús dejó en su lugar. Pedro era la autoridad en representación de
Jesús. Pero hay un momento en que necesita una nueva evangelización…, un volver a los orígenes, un cuadrar
su conducta con la verdad del Evangelio. No se le acusa de un fallo
grave sino de que “no cuadra”… Pues esa es la llamada seria que tenemos hoy en
esta lectura: hemos de hacer examen serio de nuestras actitudes, porque somos
buenos…, pero aún nos queda CUADRAR NUESTRA ACTITUD CON LA VERDAD DEL
EVANGELIO. Y eso no es de poca monta.
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