06 de marzo de 2014 (Zenit.org) - Humildad, dulzura, generosidad:
este es el estilo cristiano, un camino que pasa para la cruz, como ha hecho
Jesús, y es un camino que lleva a la alegría. Esta es la idea que ha estado en
el centro de la homilía del papa Francisco de esta mañana en Santa Marta.
En el Evangelio propuesto por la liturgia de este jueves, Jesús
dice a sus discípulos: "El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo,
cargue con su cruz cada día y venga conmigo". Francisco ha subrayado que
este es "el estilo cristiano" porque Jesús ha recorrido antes este
camino. Y lo ha explicado así: "Nosotros no podemos pensar la vida
cristiana fuera de este camino. Siempre está este camino que Él ha hecho antes:
el camino de la humildad, el camino también de la humillación, de negarse a uno
mismo y después resurgir de nuevo. Pero, este es el camino. El estilo
cristiano, sin cruz no es cristiano, y si la cruz es una cruz sin Jesús, no es
cristiana. El estilo cristiano toma la cruz con Jesús y va adelante. No sin
cruz, no sin Jesús".
El Papa ha proseguido recordando que Jesús "ha dado el
ejemplo" y aún "siendo igual a Dios", "se humilló a sí
mismo, y se ha hecho siervo por nosotros". Francisco ha añadido que
"este estilo nos salvará, nos dará alegría y nos hará fecundos, porque
este camino de renegarse a sí mismo es para dar vida, es contra el camino del
egoísmo, de estar apegado a todos los bienes solo para mí... Este camino es
abierto a los otros, porque ese camino que ha hecho Jesús, de anulamiento, ese
camino ha sido para dar vida. El estilo cristiano es precisamente este estilo
de humildad, de dulzura, de mansedumbre. "Quien quiere salvar la propia
vida, la perderá" porque "si el grano no muere, no puede dar
fruto". Por ello, Francisco ha indicado que y "esto, con alegría
porque la alegría nos la da Él mismo. Seguir a Jesús es alegría, pero seguir a
Jesús con el estilo de Jesús, no con el estilo del mundo". Asimismo ha
observado que seguir el estilo cristiano significa recorrer el camino del
Señor, "cada uno como puede", "para dar vida a los otros, no
para darse vida a sí mismo. Es el espíritu de la generosidad". Además, ha
añadido, "nuestro egoísmo nos empuja a querer aparecer importantes delante
de los otros. Sin embargo, el libro de Imitación de Cristo "nos da un
consejo bellísimo: 'Ama no ser conocido y ser juzgado como nada'. Es la
humildad cristiana, lo que ha hecho Jesús antes".
Para concluir, el Pontífice ha explicado que "esta es nuestra
alegría, y esta es nuestra fecundidad: ir con Jesús. Otras alegrías no son
fecundas; solamente piensan - como dice el Señor - en ganar el mundo entero,
pero al final pierde y estropea la vida. Al inicio de la cuaresma pidamos al
Señor que nos enseñe un poco este estilo cristiano de servicio, de alegría, de
abajamiento de nosotros mismos y de fecundidad con Él, como Él la quiere".
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