El amor del cristiano es concreto, no es el amor ‘superficial’
de una telenovela. Lo indicó este viernes el papa Francisco en la misa matutina
en la Casa Santa Marta, advirtiendo sobre las ideologías que ‘desengranan
a la Iglesia’, reiterando que el criterio del amor cristiano es “la encarnación
del Verbo”.
Deteniéndose sobre la naturaleza del amor cristiano, el Santo
Padre mencionó la segunda carta de San Juan apóstol y el mandamiento
“caminar en el amor”. ¿Pero de qué amor se trata?, visto que esta palabra “se
usa hoy” para tantas cosas. Porque se habla de amor en una telenovela, de amor
teórico.
En cambio la encarnación del amor cristiano, precisó “es la
encarnación del Verbo”, y quien niega esto es el anticristo. Y profundiza
más: “Un amor que no reconoce que Jesús vino con su carne, en la carne”,
reconoce “un amor mundano, filosófico, abstracto” o sea “un amor disminuido,
superficial”.
“Dios ha enviado a su Hijo, que se ha encarnado y hecho una vida
como nosotros” dijo, e invitó “a amar como amó Jesús, como nos enseñó,
siguiendo su ejemplo, caminando por el camino de Jesús. Y el camino de Jesús es
el que nos da la vida”, indicó.
Para ello, explicó Francisco, es necesario “salir continuamente
del propio egoísmo y ponerse al servicio de los otros”. Y eso porque el amor
cristiano “es un amor concreto, porque es concreta la presencia de Dios en Jesucristo”.
Por lo tanto advierte sobre quien desfigura esta doctrina
de la carne, de la encarnación, porque así “no permanece en la doctrina de
Cristo, no posee a Dios”. Porque la Iglesia es una comunidad entorno a la
presencia de Cristo. Francisco cita la palabra ‘proagon’, sobrepasar,
extraviarse, y que de allí nacen las ideologías, sobre el amor, sobre la
Iglesia, las ideologías que le quitan a la Iglesia la carne de Cristo. Y añadió
que “estas teorías, arruinan a la comunidad, la Iglesia”.
El Santo Padre adviertió que teorizando así sobre el amor, se
llega a un Dios sin Cristo, a un Cristo sin Iglesia y a una Iglesia sin pueblo.
“Todo en este proceso quita la carne a la Iglesia”. Es por esto que el diácono
Lorenzo decía –recordó el Papa– que ‘los pobres son el tesoro de la Iglesia’.
¿Por qué? “Porque son el tesoro en Cristo”.
El Papa concluyó su homilía
invitando a no entrar en ese proceso, que quizás seduce a tanta gente, de
‘ideologizar’ este amor, desencarnando a la Iglesia, desencarnando el amor
cristiano. Y así no llegar al triste espectáculo de un Dios sin Cristo, de
un Cristo sin Iglesia y de una Iglesia sin pueblo”.
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