Mañana VIERNES 18 ESCUELA DE ORACIÓN
En el Grupo de la Iglesia del Sagrado Corazón, Málaga, abierto a todo
el que desee profundizar en la oración con el Evangelio.
Liturgia Apoc 5, 1-10
Ayer se
centraba en Dios creador.
Hoy
en JESUCRISTO REDENTOR, que llevará a cabo los planes salvadores de Dios. Es EL CORDERO, que vive pero que se
nota que ha sido degollado. Muerte y Resurrección.
A
la derecha del trono de Dios hay un “rollo escrito por dentro y por fuera y
sellado con 7 sellos” (=secretísimo), que contiene los pormenores de la
historia humana. Un ángel poderoso grita: ¿Quién
es digno de abrir el rollo y soltar sus sellos? Nadie, ni en el cielo ni en
la tierra puede saberlos, y Juan, el vidente, llora porque la revelación de su
contenido no sería posible.
Uno
de los “ancianos” citados ayer, le anuncia que EL CORDERO sí puede abrirlos: “Ha vencido el león de la tribu de Judá, el
vástago de David, que puede abrir el rollo y sus sellos”. Lleva en su
cabeza “7 cuernos” (no saliendo de la cabeza en forma monstruosa, sino
como cascos con cuernos, símbolo de poder).
Diríamos en nuestro lenguaje: “estrellas de 8 puntas”, indicando
el máximo poder.
El
Cordero se acerca, toma el libro y los “24 ancianos” y los “4
vivientes” se postran ante él, y cantan de alegría un canto nuevo de gloria
a Dios y al Cordero: Eres digno de tomar
el libro y de abrir sus sellos porque fuiste degollado y con tu sangre has
comprado hombres de toda tribu, lengua y nación. Has hecho de ellos una
dinastía sacerdotal que sirva a Dios y reine sobre la tierra.
El
secreto de la historia queda desvelado: es la Redención que lleva a cabo el
Cordero, allí donde estaba todo cerrado y condenado al fracaso. Y el Cordero
constituirá una nueva dinastía que será sacerdotal: todo el que sirve a Dios y
se incorpora al nuevo Reino.
Lc
19, 41-44 nos presenta a Jesús llorando sobre Jerusalén. El dolor de Jesús no
es el dolor por él mismo sino por aquella ciudad impenitente que ha rechazado
la salvación que le trae él, y que había de traerle la paz. Pero esa salvación está escondida a los ojos de la ciudad…,
y vendrá un día en que los enemigos la van a sitiar y destruir y apretarán el
cerco y la rodearán de trincheras. Y te
arrasarán con tus hijos dentro de ti, y no dejará piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de mi
venida.
El
evangelio es breve pero muy significativo, porque expresa el desastre humano
que se sigue del rechazo de Jesús y de la salvación que viene a traer Jesús. Y
es que la acogida de Jesús y de su obra salvadora no se reduce al plano
espiritual y religioso. La falta del sentido religioso –de una relación entre
el hombre y Dios- provoca un declive de los valores y los principios humanos.
El hombre/mujer se pierden en su dimensión más noble y acaban arrastrados por
las charcas de los vicios y de las bajezas de los instintos. Pierden su
conexión y referencia a unas realidades objetivas y relativizan todo, y lo
supeditan a la apetencia del momento, la placidez subjetiva.
Toda
situación de orden presupone un punto fijo de referencia al que hay que tener
como metro-patrón. Y la vida de los humanos ha de adecuarse a ese metro-patrón
que hace de referente esencial, Y GARANTIZA LA CONVIVENCIA PORQUE ES IGUAL PARA
TODOS. Y sirve de “conciencia externa” para que haya referencias desde la
conciencia de cada persona, que sabe que aquel principio es el que marca la
pauta y el que hace posible las mutuas relaciones, la brújula de la conducta, y la objetividad de unos
valores.
Ese
referente que no cambia, que da seguridad, que está por encima de todo
subjetivismo humano es DIOS, es Jesucristo, y es la aceptación de Jesucristo y
de su evangelio. Es lo que trae la paz. Y lo contrario es lo que provoca ese
llanto de Jesús sobre la historia, precisamente cuando esa historia no ha
querido aceptar lo que era para su desarrollo y plenitud.
Un
último plano de concreción de ese sentimiento de Jesús podría establecerse en
el plano de los particulares: ¿Hay en mí algún aspecto que causara tristeza al
Corazón de Jesucristo? O dicho en positivo: ¿Hay en mí algún aspecto que podría
ser más agradable a Jesús? Porque una cosa es que no tengamos fallas concretas
negativas que nos causen pesar, y otra cosa es que aún no hemos llenado nuestra
vasija de aquello que puede ser de más agrado de Dios. Encontraríamos un Jesús
desairado por esa carencia que no hemos llenado.
¿Hay en mí algún aspecto que podríaser más agradable a Jesús..? Jesús llora y sufre sabiendo que una parte muy importante de su pueblo, representado por Jerusalén, rechaza el proyecto de salvación ofrecido por Dios."Ellos"esperan un mesías político y ganador de batallas y esta creencia, los arrastrará a una guerra suicida. Lucas habla de la visita de Dios a su pueblo; pero, cuando llega su Hijo, el pueblo no lo recibe. porque no lo reconoce como el auténtico Mesías salvador.
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