El nacimiento de la Virgen María,
con sus
múltiples referencias y advocaciones
y Patronazgos
en ciudades, pueblos y
geografía universal.
En MÁLAGA, SANTA MARÍA DE LA VICTORIA
Hoy
se celebra una de esas fiestas de la Virgen María que abarca múltiples
advocaciones, con sus múltiples nombres, y celebraciones. Allí donde ejerce su
patronazgo y ha sido elevada la fiesta a SOLEMNIDAD, se declara fiesta local, y
en la liturgia adquiere el mayor rango, con Gloria, Credo, y el Te Deum en el
Oficio litúrgico de Lectura. Se procesionan las imágenes y el pueblo
experimenta su carácter festivo laboral.
En
la formulación de la celebración eucarística se topa con la dificultad que es
propia de determinadas fiestas marianas: que la Sagrada Escritura está centrada
en Cristo –y en la Historia de la salvación- y que hay hechos (como el que nos
ocupa: el nacimiento de la Virgen María)
para el que no hay referencias directas. Y sólo “por comparación” o “relación”,
se ponen las Lecturas.
La
primera de hoy se refiere directamente a la promesa del Nacimiento de Jesús en Belén.
Naturalmente no se puede entender ese hecho sin María. Y nacimiento por
nacimiento previo, se trae aquí el texto de Miqueas 5, 2-5.
El
Evangelio, en sus dos partes también toca “en diferido” el tema de María. En la
primera parte (que posiblemente se lea hoy poco en los templos), es la genealogía
de Jesús según San Mateo. Dado que en la mente hebrea el que engendra es el padre de familia, se nombrará a José el
“esposo de María, de la cual nació Jesús”.
Y se pondrá a continuación el relato de Mateo sobre el nacimiento de Jesús sin
intervención de José. Lo que sale de ahí es que nace Jesús de la Madre que ya nació…. Pero no hay otra
referencia que poder sacar de los escritos sagrados.
Teológicamente
estaría “más expresado” ese nacimiento de María en la 2ª lectura, en la que
Pablo escribe: Sabemos que a los que aman
a Dios, todo les sirve para el bien: a los
que ha llamado conforme a su designio. A LOS QUE HABÍA ESCOGIDO, los predestinó a ser imagen de su Hijo…
A LOS QUE PREDESTINÓ, los llamó; A
LOS QUE LLAMÓ, los justificó
[los hizo justos, santos]; A LOS QUE
JUSTIFICÓ, los glorificó.
Con
un mínimo desarrollo, María fue elegida por Dios, en su mente eterna, y fue
llamada a ser eslabón substancial y clave para la redención. Supuesto el pecado
de Adán y Eva, Jesús conmina a la serpiente: Pondré perpetua enemistad entre ti y LA MUJER…, que tendrá un descendiente que aplastará tu cabeza. ¡Ahí
“ha nacido” María en la expresión manifestada de Dios! El Apocalipsis [cap. 12]
dramatizará el hecho con la lucha del dragón o serpiente infernal contra LA
MUJER a la que quiere inficionar como al resto de la humanidad, pero Dios le da
alas de águila y la conduce al desierto para preservarla. Ha nacido LA MUJER que dará a luz al Salvador.
María
es, pues, la predestinada, elegida, llamada, santificada e inmaculada, y llena
de gloria…, llena de Gracia, con el
Señor con Ella, y Madre del Hijo del Altísimo. Y Ella, la Mujer
privilegiada y elegida para Madre de Dios, nace voluntariamente a esa Historia,
sintiéndose en obediencia de esclava de su Dios, disponible para que Dios haga
en Ella como Dios quiera.
Con
razón este día ocupa un lugar preeminente en el calendario mariano.
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El
Evangelio que correspondería a este lunes, celebramos un sábado en la sinagoga
judía. Día santo, de oficio religioso. Acude Jesús, naturalmente. Acude el
pueblo. Y acude un paralítico de la mano derecha. Un encuentro fortuito que,
sin embargo, no puede aguantar Jesús sin más. Y saliendo de su escaño le dice
al paralítico que se ponga de pie en medio de la asamblea.
Jesús
pregunta a los circunstantes si en sábado
se puede hacer el bien, o si se puede dejar ganar al mal. Y para acentuar
ante los presentes, completa: ¿Se puede
salvar en sábado o dejar morir? Siguió un silencio sepulcral. La gente del
pueblo hubiera respondido que “sí se puede hacer el bien”…, pero el temor era
que los fariseos expulsaran de la sinagoga. Se mascaba la tensión. Los fariseos
podían estar pensando que sí pero su fanatismo les impedía decirlo. Y su
fanatismo herido se tensa más aún cuando Jesús pasea su mirada lentamente por
toda la sinagoga, y allí –unos tras otros- van agachando la vista para no verse
mirados por los ojos penetrantes de Jesús.
Era
evidente que allí nadie se comprometía, y que –por parte de “las normas
farisaicas- no se podía hacer el bien en
sábado.
Pero
allí estaba Jesús. Y para Jesús el bien hay que hacerlo siempre y como sea. Y
aunque bien sabe lo que compromete, se dirige al enfermo y le dice: Extiende tu brazo. En realidad no hacía
ningún “trabajo” ni Jesús ni el enfermo, puesto que el brazo lo extendía
cualquiera de los que estaban allí. No había faltado Jesús en nada. Lo que sí
había sido –a los ojos de los fanáticos. “un desafío”. Por eso, aunque fuera sábado, lo que sí
gesticularon todo lo habido y por haber fue en pensar qué había que hacer con Jesús.
¿Cuántos años cumple hoy Nuestra Madre?
ResponderEliminarPara Ella el tiempo ya no pasa,porque ha alcanzado la plenitud de la edad,esa juventud eterna y plena que nace de la participación en la juventud de Dios,que,como dice San Agustin " es más joven que todos",precisamente por ser eterno e inmutable.
Ella desde el cielo nos contempla y presta oído a nuestras alabanzas y peticiones.Hoy escucha nuestro canto de acción de gracias a Dios por haberla creado y nos mira y nos comprende porque Ella ,después de Dios es quien más sabe de nuestra vida, de nuestrs fatigas y de nuestros empeños.
FELICIDADES MADRE.