Al contrario
Hoy
es uno de esos días en los que no se le ve la punta a una exposición que tenga
luz emanada de las lecturas del día. Porque si tomamos la primera (del
Eclesiástico 1, 2-11) la sensación que deja es pesimista, que empequeñece, que
diríamos hoy “pasota”. Porque el autor, en el comienzo de su libro, ha plantado
una premisa que deja poca opción a una ilusión: “Vaciedad sin sentido; todo es vaciedad”. Es fácil sacar una
conclusión que induce a “acostarse” y a ver venir, porque “todo lo que ocurrió volverá a ocurrir”. Y entonces puede pensar
uno: ¿para qué voy a moverme, por qué ideal voy a luchar, qué voy a sacar con
emprender algo?
Si
nos vamos al texto del Evangelio de hoy, Herodes es otro que está paralizado.
Lo que ha hecho con el Bautista le ha creado pesadillas, y está detenido sobre
una obsesión: si al Bautista lo maté yo, ¿quién es ese que hace cosas
admirables? ¿Será que ha vuelto a la vida el que yo decapité? Ahí se ha
encerrado. Salvo que tiene ganas de verlo, todo lo demás es estar encarcelado
en el mismo miedo e incertidumbre que no le deja ser y actuar.
En
un panorama así de las lecturas no queda sino abrir al máximo el objetivo de la
cámara y que pueda coger mucho más horizonte Porque lo que no cabe duda es que
vivir pide más espacio abierto, más motivos de esperanza, más seguridades de
que la vida es vida y está ahí para vivirla y para mejorarla. Vivir “hacia
atrás” –de recuerdos, lamentos y nostalgias-, no es vivir. Vivir anclados en el
presente sin más visión que lo que hoy tenemos delante, es empobrecer y
cercenar el ansia de volar que se ha dado siempre en la persona. No se trata de
vivir en el futuro (como huida del momento actual) porque es una quimera.
Lo
que hay es que VIVIR EL HOY con ansias del mañana
que será mejor…, y que hoy mismo hay que empezar a construir. Se trata de
romper el tabú de que todo es vaciedad.
Puede serlo si nos anquilosamos en el pesimismo del presente y en los humanos
que viven “acostados” sin hacer algo por el “más”. Pero NO ES VACIEDAD haberse
levantado hoy con ganas de abarcar cuanto está en la mano de uno…, y hasta
dando ocasión a la utopía. Se alcanzará el objetivo o no, ¡pero no se renuncia
a él! Todo, menos quedarse parados a verlas venir. El mundo puede estar vacío,
pero un puñado de hombres y mujeres cristianos y con fe no pueden quedarse
envueltos en esa barahúnda del mundo. Tenemos que salir a él y hacerle frente.
No vamos con armas agresivas de peleas; vamos con las ilusiones plenas y las
esperanzas llenas de que las cosas pueden ser mejores. Y parta que no se quede
en un vacío (vaciedad), cogemos el pico y la pala de una acción que ponga de
manifiesto que todo no está perdido, y
que ahí estamos nosotros para que este “cachito” de vida y de historia sea hoy
mejor que ayer, y mañana mejor que hoy.
Se
trata de entrar en la dinámica de Jesús, que nunca se arredra, que no se
detiene sobre lo ya conseguido, que camina de aquí para allá, que siempre hace nuevas todas las cosas. Es
saber sacar cada uno lo mejor que tengamos dentro y ponerlo a fructificar. Es
no conformarnos con “lo bueno” cuando lo podemos hacer mejor, y no esperar a
que empiece el vecino cuando yo puedo ya comenzar mi parte. Y ahí está el
secreto. Qohelet, el autor de esa 1ª lectura puede optar por quedarse en su
casi lamento…, y llorar la vaciedad. O puede empezar a romper el círculo
vicioso que él traza y acabar diciendo que la
vida merece vivirse. Herodes puede meterse en el último rincón de su
Palacio a pensar en negro, o puede investigar y encontrarse con Jesús, con los
hechos de Jesús, con la novedad de quien lo hace todo bien y se vuelca en hacer
que las gentes puedan emprender una nueva vida: unos ciegos que ven los colores
y el sol; unos cojos que corren; unos sordos que oyen; y hasta unos muertos que
resucitan. ¿Eso también le produciría temor y desasosiego? [Puede ser que sí, porque los egoístas ven
pero no vislumbran la luz que hay detrás de su propio muro]. Pero el hecho es
que detrás de sus miedos, hay alegrías que se desparraman por muchas personas
de aquel pueblo. Y que el secreto está en caminar hacia adelante y sacar punta
a los hechos de la vida, enfocados con la esperanza de la fe…, con LOS OJOS DE
JESÚS.
HOY CELEBRAMOS en Málaga EL BICENTENARIO DE LA RESTAURACIÓN DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS.
PRESIDE LA CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICA EL SR. OBISPO DE LA DIÓCESIS en la Iglesia del Sagrado Corazón.
EL DÍA 27 EL PAPA ACUDIRÁ A LA IGLESIA JESUITICA DE ROMA PARA DAR GRACIAS A DIOS POR EL MISMO HECHO.
HOY CELEBRAMOS en Málaga EL BICENTENARIO DE LA RESTAURACIÓN DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS.
PRESIDE LA CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICA EL SR. OBISPO DE LA DIÓCESIS en la Iglesia del Sagrado Corazón.
EL DÍA 27 EL PAPA ACUDIRÁ A LA IGLESIA JESUITICA DE ROMA PARA DAR GRACIAS A DIOS POR EL MISMO HECHO.
El que vive sin la meta de alcanzar a Dios, encontrarse con Jesucristo, es es el que siente la vaciedad de la que habla el libro del Eclesiastés. Solo hace falta mirar hacia fuera. Al mundo. Pero si miramos hacia dentro de nosotros mismos, también veremos áreas de vaciedad que hay que tratar de llenar, porque esa sensación de vaciedad es amarga y desagradable. La vida humana no tendría sentido sin Dios. Esa es una de mis convicciones desde hace años. Pero el Dios auténtico, el verdadero, no el que a veces nos fabricamos. Para mi, en ese sentido, el autor sagrado es donde enfoca. A esa vida en la que vemos como "ocurren cosas", que se repiten sin cesar a lo largo de la historia del hombre, y que no tienen sentido desde el punto de vista humano, pero con Dios en nuestra vida, entonces todo cobra sentido. Al menos eso creo...
ResponderEliminarYo tambien voy a entrar en la dinámica de Jesús"que hace nuevas todas las cosas". Herodes se pasó gran parte de su vida buscando a Jesús; y, teniéndolo tan cerca, no lo reconoció. Muchas fueron las personas que buscaron a Jesús con interés porque había oído hablar de los milagros que hacía y querían verlo: Los Magos de Oriente, , Zaqueo, los gentiles llegados a Jerusalén...querían verlo para adorarlo...Contemplar a Jesús, conocerlo, tratarlo con respetuosa intimidad, este es nuestro mayor deseo, y, Jesús muchas veces se deja encontrar; nadie que de veras haya buscado a Cristo ha quedado defraudado. Herodes, como se ha visto en la Pasión, sólo lo quería ver por curiosidad, por capricho, por eso no lo encontró...Jesús no se le reveló porque el Amor nada tiene que hablar ante la doblez y la frivolidad.
ResponderEliminarTenemos a Jesús con nosotros para siempre.¡ Es como un milagro encontrar a Jesús vivo, el de Herodes, que a nosotros nos espera en el Sagrario!