No me resisto
Cierto
que no he hecho más que bajar del AVE y celebrar la Eucaristía. Con el día del
NOMBRE DE MARÍA, mi primer tema es felicitar
a quienes celebran hoy su día.
Y
entrando en las Lecturas, la primera de ayer (1Co 8,1-7) me subyuga la
exhortación de Pablo a una Comunidad a la que ha tenido que llamar la atención
seriamente. Pero es vez de mantener el tono del “corrector”, se eleva a la
cúspide de todo el sentido suyo y el que también debe tener esa Comunidad: Lo
constructivo es el amor mutuo. A uno que ama es a quien Dios reconoce.
Por eso en la disputa de comida sacrificada a los ídolos, lo principal es saber
que el ídolo no es nada, y que Dios no hay más que uno, Dios Padre de quien
procede el universo y a quien estamos destinados, y Jesucristo, su Hijo por
quien existe todo y por quien nosotros vamos al Padre.
Pero
el amor hila tan fino que cuando un hermano no tiene más conocimiento y le
puede inducir a escándalo que otro hermano –en su lícita libertad- comiera de
lo sacrificado a los ídolos, que no coma para evitar turbar esa conciencia
débil del hermano. Si peligra ese hermano débil, ¡nunca volveré a comer esa
comida!
O
sea: lo bueno deja de ser bueno cuando hace daño a alguien, aunque ese alguien
sea poco formado. Pero es que hay que contar con eso y respetarlo, y que el
amor sea constructivo.
Hoy
la 1ª lectura es deliciosa: El hecho de predicar no es para mí motivo de
soberbia. NO TENGO MÁS REMEDIO, y
¡ay de mí si no predico el Evangelio! Dice Pablo: si lo hiciera por gusto
mío, ya tenía mi paga. Pero si lo hago a costa mía, es que me han encargado
este oficio: dar a conocer el Evangelio,
anunciándolo de balde, porque soy libre pero me he hecho esclavo de todos para
ganarlos a todos, me he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles;
me he hecho todo a todos para servir siquiera a alguno… Por eso corro, pero no
al azar. Domino mis instintos para tenerlos a mi servicio.
No
me voy a detener en más, por hoy.
EL
ENCUENTRO NACIONAL DEL APOSTOLADO DE LA ORACIÓN, al que he asistido en Madrid,
ha hecho un análisis de la variación cultural y social del mundo, lo que supone
una crisis también eclesial. No podemos salir al paso con los mismos modos de
siempre, porque ya no llegan a la gente ni aceptan a la Iglesia. El “Apostolado” quiere
ser útil en esta coyuntura y por eso se plantea su RE-CREACIÓN: un modo nuevo
para una sociedad diferente. Y presenta un documento –desde hace 4 años en
elaboración- al que el Papa ha matizado finalmente en algún punto para que
quede avalado por su autoridad en la Iglesia y el mundo de hoy: mira a la vuelta
a los orígenes. Orígenes del propio Apostolado hace 170 años, y orígenes de la
Iglesia hace 2000. Lo que encierra formas “nuevas” hasta la misma utopía. Pero
partimos de que la RE-CREACIÓN no va a ser cosa humana sino llevada por el
Espíritu de Dios.
Yo
tengo para mí –aunque de eso no se ha hablado que el Apostolado de la Oración
se encamina hacia UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN, al par que la Iglesia. La pena –escuchando
pareceres- es que no suele entenderse ese término en la forma original y
radical: no se trata de enseñar mejor el Evangelio, ni de ser más
evangelizadores que “cultuales” (“rezadores” o “sacramentales”… -lo actual de
la Iglesia-) con un simple cambio de acento. Se trata de una Iglesia que toma conciencia de sí misma como urgencia
de su PROPIA VUELTA A LOS ORÍGENES DEL CRISTIANISMO. Igual se ha formulado
la RE-CREACIÓN en la parte del ponente. ¿Pero es eso lo que se llega a entender
y a lo que estamos dispuestos?
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