Corazón de
Jesús, delicias de todos los santos
La
última invocación de las letanías del Sagrado Corazón es esa que va en el
enunciado (bien como “delicia” o “delicias”). Por necesidad, el santo es el que
ha puesto en Cristo su vida entera. Y como la vida no se pone en un simple
icono hierático, la realidad ves que el santo ha sido quien se ha sentido
ganado por el Corazón de Jesús de Nazaret, por el amor y delicadezas de su
Corazón, por los sentimientos expresados en sus palabras y obras a través del
evangelio, y orados y regustados en la oración. Y eso ha hecho “sus delicias”, su fruición, su imán
poderoso, su atractivo incoercible, su centro de amor, su enamoramiento pleno. Si son los apóstoles –los Doce-, no
tuvieron más espejo de ese Jesús cercano, humano, amigo, tocado y palpado al mismo tiempo como Verbo de la Vida. Si son los
miles de apóstoles que ha habido a través de la historia, porque ¿de qué podían
ser apóstoles y mensajeros si no fuera que Jesús había hecho las delicias de su existencia y labor?
Si
son los mártires, y tantos mártires que buscaron derechamente el martirio, o
que se lo encontraron sin haberlo buscado expresamente, pero lo afrontaron con
gozo y alegría…, ¿cómo se explica si no es porque una fuerza de amor apasionado
les llevó a querer corresponder con su propia sangre a la Sangre del Corazón de
Cristo, derramada por ellos y por toda la humanidad? ¿Vírgenes como ángeles del
Cielo.., unas veces con sus vestiduras inmaculadas y otras teñidas en la sangre
del Cordero…, y hasta en edades muy menores, que se embriagaron con el amor
hacia el Corazón del Esposo, y le entregaron amorosa y deleitosamente alma,
vida y corazón…, y también ese cuerpo que sólo tuvo un dueño…, y ese fue el
Corazón de Dios, expresado visiblemente en el Corazón de Jesucristo?
Verdaderamente
TODOS LOS SANTOS de antes, de ahora, de siempre, son los enamorados apasionados del Corazón de Jesús, DELICIAS DE TODOS LOS SANTOS.
En
la liturgia, Pablo (Hech 20, 28-38) va hacia el barco que lo trasladará. Su
recomendación y advertencia es que surgirán lobos rapaces que pretendan arrebatarles
el tesoro que él les deja, que fue adquirido por la Sangre de Jesucristo. Sabe
que de entre ese grupo de cristianos, algunos serán Judas que pretendan desvirtuar
la doctrina y arrastrar al error. Sabe que siempre acecha el engaño, las malas
artes de los enemigos de Jesucristo. Con
lágrimas os exhorto. Y os dejo en brazos de Dios y del Evangelio, que es gracia
y tiene poder para construiros y daros parte de la herencia de los santos.
Los
efesios lo acompañan y la mayor pena que llevan es aquello que les dijo de que
ya no lo volverían a ver. Pablo va abocado a su enjuiciamiento, y desde él, a
su apelación al César.
El Evangelio (Jn 17, 11-19), trasmite
la oración sacerdotal de Jesús que ruega al Padre que cuide de los suyos:
primero para que se mantengan en UNIDAD;
después para que resistan a un mundo” que los quiere devorar. Ni Jesús tiene
nada que ver con ese “mundo”, ni los apóstoles tampoco. Pero sí necesitan la
fuerza para ser librados de él. Y para ello, la gracia de ser santificados EN LA
VERDAD. ¡Y tu Palabra es Verdad! Y fuera de tu Palabra, hay mentira.
Como Tú me enviaste a salvar a la humanidad, así los envío Yo. CONSÁGRALOS en
la verdad. Afíncalos en lo que es verdadero, sin que las medias tintas del
engaño o la mediocridad les engatuse. Para ello yo me consagro (yo voy a la muerte), para que quede sellada la
Verdad con el imborrable signo del Amor que da la vida por los otros. Porque
amor más grande no hay que el de dar la vida por el amigo…
Tenemos sabido perfectamente el “Padrenuestro”.
Lo tenemos “cogido” en directo. Pero San Marcos nos lo afronta ahora como por “el
lateral”…: Cuando estéis de pie orando, perdonad si algo tenéis contra alguno,
para que también vuestro Padre –que está en los Cielos- os perdone vuestros
pecados. Pero si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre, que está en los
cielos, os perdonará. Yo digo que se ha colado, como de matute, algo muy
serio para la reflexión íntima. Porque los grandes persones, se deben imaginar
perdonados. Los resabios pueden estar ahí agazapados, hasta el punto de que
sólo aparecen cuando aparece la figura o el recuerdo de “la causa” que nos
provoca. Y entonces la pregunta que cabe hacerse es: ¿realmente hay ahí un
verdadero perdón? ¿No hay “recelos” no superados, que se albergan ocultamente
en los repliegues del alma?
Este evangelio que ha irrumpido
ahí, casi sin esperarlo, necesita parada y reflexión sin tapujos. ¡Puede haber
alguna zona del sentimiento personal que no ha llegado a perdonar radical y afectivamente!
Y afirma Jesús que nos falta entonces el “aval” para poder obtener ese perdón
de Dios, que está en los Cielos…
(que no puede ser engañado porque ve todo desde la mirada exacta de sus ojos
divinos).
Señor,desde que nos has dado tu CORAZÓN y nos entregas tu Espíritu de Amor,te estamos agradecidos y llenos de gozo y confianza.
ResponderEliminarPues tu CORAZÓN es :
La Fuente que apoga nuestra sed..
El fuego que purifica nuestra alma...
La Sangre del Sacrificio Eucarístico y de la Redención...
Por todo ello te damos gracias,Señor.
Gracias Corazón de Jesús:
Por el Don de tu Espíritu.
Por habernos dado a conocer al Padre.