25 de febrero de 2014 (Zenit.org) - Los niños hambrientos en los
campos de refugiados mientras los fabricantes de armas hacen fiesta en los
salones. Esta ha sido la reflexión del Santo Padre esta mañana en la homilía de
la misa de Santa Marta. La homilía de Francisco ha sido un llamamiento para la
paz y contra la guerra, en el mundo y en la familia.
El Papa ha sostenido que la paz no puede ser solo una
"palabra" y ha exhortado a todos los cristianos a no acostumbrarse al
escándalo de la guerra.
"¿De dónde vienen las guerras y los conflictos en medio de
vosotros?", ha sido la frase que Francisco ha tomado de la carta del
apóstol Santiago, en la Primera Lectura, para condenar las guerras. Al comentar
las peleas entre los discípulos de Jesús para aclarar quién era el más grande
entre ellos, ha subrayado que cuando "los corazones se alejan, nace la
guerra". Así ha indicado que "cada día, en los periódicos,
encontramos guerras, en este lugar se han dividido en dos, cinco muertos",
en otro lugar, otras víctimas...
Por ello el Pontífice ha explicado: "y los muertos parecen
formar parte de una contabilidad cotidiana. ¡Estamos acostumbrados a leer estas
cosas! Y si nosotros tuviéramos la paciencia de enumerar todas las guerras que
en este momento hay en el mundo, seguramente tendríamos varios folios escritos.
Parece que el espíritu de la guerra se esté adueñando de nosotros. Se hacen
actos para conmemorar el centenario de esa Gran Guerra, tantos millones de
muertos... ¡Y todos escandalizados! ¡Pero hoy es lo mismo! En lugar de una gran
guerra, pequeñas guerras por todos sitios, pueblos divididos... Y para
conservar el propio interés se matan, se matan entre ellos".
Lanzando la pregunta del apóstol: "¿De dónde vienen las
guerras y los conflictos en medio de vosotros?", el Santo Padre ha
respondido: "las guerras, el odio, la enemistad, no se compran en el
mercado: están aquí, en el corazón".
Y así ha recordado que cuando de niños, en el catecismo "nos
explicaban la historia de Caín y Abel, todos nosotros estábamos
escandalizados", no se podía aceptar que uno matara a su hermano. Pero
hoy, ha continuado "tantos millones se matan entre hermanos, entre ellos.
Pero estamos acostumbrados". Del mismo modo ha recordado que la Primera
Guerra Mundial "nos escandaliza, pero esta gran guerra, un poco por todas
partes", un poco "escondida, ¡no nos escandaliza! Y mueren tantos por
un trozo de tierra, por una ambición, por un odio, por unos celos raciales".
Asimismo ha añadido que "la pasión nos lleva a la guerra, al espíritu del
mundo".
Francisco ha afirmado que "también habitualmente delante de
un conflicto, nos encontramos en una situación curiosa: ir adelante para
resolverlo, peleando. Con el lenguaje de guerra. ¡No viene primero el lenguaje
de paz! ¿Y las consecuencias? Pensad en los niños hambrientos en los campos de
refugiados... Pensad en esto solamente: ¡este es el fruto de la guerra! Y si
queréis pensar en los grandes salones, en las fiestas que hacen aquellos que
son dueños de las industrias de armas, que fabrican armas, las armas que
terminan allí. El niño enfermo, hambriento, un campo de refugiados y las
grandes fiestas, la buena vida que hacen aquellos que fabrican las armas".
Nuevamente el Santo Padre ha preguntado: "¿qué sucede en
nuestro corazón?" Por ello, Franciso ha recordado que el apóstol Santiago
nos da un consejo sencillo: "Acercaros a Dios y Él se acercará a
vosotros". Por tanto, ha advertido que "este espíritu de guerra, que
nos aleja de Dios, no está solamente lejano de nosotros", está
"también en nuestra casa".
Y lo ha explicado así: "Cuántas familias destruidas porque el
padre, la madre, no son capaces de encontrar el camino de paz y prefieren la
guerra, hacer causa... ¡La guerra destruye! '¿De dónde vienen las guerras y los
conflictos en medio de vosotros? ¿Quizá no vengan de vuestras pasiones? ¡En el
corazón! Yo os propongo hoy rezar por la paz, esa paz que parece que solamente
se haya convertido en una palabra, nada más. Para que esta palabra tenga la
capacidad de actuar, sigamos el consejo del apóstol: '¡Reconoced vuestra
miseria!"
Esa miseria, ha concluido el Santo Padre, de la que vienen las
guerras: "Las guerras en las familias, las guerras en los barrios, las
guerras por todos lados". "¿Quién de nosotros ha llorado cuando lee
un periódico, cuando ve esas imágenes en la televisión?", ha preguntado
Francisco.
Retomando las palabras del apóstol ha afirmado que "vuestra
risa se cambie en luto y vuestra alegría en tristeza...". Así ha pedido que
"es esto lo que debe hacer hoy, 25 de febrero, un cristiano delante de
tantas guerras, por todos lados": "llorar, hacer luto,
humillarse". Finalmente ha pedido que "el Señor nos haga entender
esto y nos salve de acostumbrarnos a las noticias de la guerra".
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