Llevado a
Pilato
Muy de mañana,
con esas prisas de acabar pronto (al día siguiente era la Fiesta) los ancianos
esta reunidos nuevamente. Y ni siquiera se dice que llevaran al reo ante ellos.
No necesitaban ya preguntarle nada, Ellos deliberan solos porque tienen todo
decidido. Y cuando han tramado el plan y han acordado una manera, envían recado
a Pilato para que esté dispuesto a la condena de un convicto. Y entonces sacan
del calabozo a Jesús, lo atan y se encaminan con él hacia el Pretorio en donde
Pilato esperará.
Aparecen con
el reo. Ya debió escamarse Pilato de que con tanta prisa y tan temprano hubiera
que juzgar un caso. Y como en la causa de la entrega del condenado aparecía la
acusación de “hacerse rey de los judíos”, Pilato –que el fin y al cabo era más
político que juez- se va directamente a esa acusación que, por otra parte,
viendo el porte de Jesús y su soledad en este trance, no dejaba de ser
sospechosa. ¡Tantos había habido con esas pretensiones, y no habían tenido
importancia alguna, y todo se deshacía solo…! ¿Qué pasaba con este Jesús para
que le dieran tanta importancia los jefes de Israel?
Pilato llamó a
Jesús aparte y le preguntó entre curioso y socarrón: ¿Tú eres el Rey de los judíos? Y su gran sorpresa es que Jesús
responde: Tú lo dices [Así es como tú
dices]. No dejaba de impresionarle la firmeza y fuerza de aquel hombre, que se
hallaba en circunstancias tan precarias, y que sin embargo confesaba
abiertamente ser el rey de los judíos. Es decir: ya entendía Pilato lo que eso
significaba para el pueblo judío: que Jesús era el mesías.
Aquel aparte
de Pilato con Jesús estuvo interrumpido allá fuera por los gritos y acusaciones
constantes de los sacerdotes y sanedritas, que ya le dio pista a Pilato que
descubrir que allí había de por medio mucha envidia. El problema entonces era
que no se enfrentaba a una causa de justicia sino a unos hombres apasionados.
Volvió a preguntarle a Jesús: ¿No
respondes nada? Era así: Jesús sabía que nada había que decir. Que era
inútil decir. Y Jesús vive sumido en su interior, que es el punto en que
encuentra la pacificación misma de Dios en su alma.
Aquel silencio
maravilló más a Pilato. Y en cierta manera se sintió Pilato achicado por aquel
gigante que tenía delante, que no era un hombre como los demás.
Esta en esas
cuando irrumpió en la plaza un grupo festivo que venía a pedir que se realizara
la costumbre anual de soltar a un preso en razón de la gran fiesta judía que se
celebraría al día siguiente. Lo normal era que las autoridades competentes
designaban a un preso de menor envergadura. Pilato rompe los moldes y busca su
propia estratagema. [Esto es lo que pierde a Pilato: que nunca afrontó las
situaciones; que siempre buscó atajos; que no en vano decimos: lavarse las manos como Pilato…, porque
era su “arte” para salirse de los problemas sin haberlos afrontado]. Ahora no
afrontó la causa de Jesús, sino que entremezcló a la turba que acababa de
aparecer por allí y les pone delante un dilema: soltarles a Barrabás (un preso
por un motín y hombre de mala fama), o a Jesús: ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos? Para Pilato no le
significada nada aquel título pero para el pueblo judío eran palabras mayores.
Y Pilato les dejó en las manos la patata caliente y se retiró muy contento de
haber hallado una fórmula infalible para quitarse de en medio la causa de
Jesús, y que la decisión corriera a cargo de aquella turba, fácilmente
impresionable.
Liturgia del día
ResponderEliminarEl que pone su seguridad en lo humano (Jer 17, 5-10), está maldecido porque lo humano siempre falla; sus efectos se cambian, se agostan, como aridez del desierto, inhóspita.
El que se apoya en Dios está bendecido porque es como árbol plantado junto a la acequia: sus frutos están jugosos, su hoja siempre está verde. Puede estar seguro.
En la práctica Jesús lo dibuja magistralmente (Lc 16, 19-31). Un rico que vive confiado plenamente en su riqueza y su comodidad, que no necesita mirar hacia afuera porque todo lo tiene. Morirá maldito y lo enterrarán. Más allá de la tierra del cementerio: su sepultura es su mismo tormento de hombre maldito. ¡Qué más hubiera querido entonces que el pobre –al que él no atendió- le pusiera en la lengua una gota de agua fresca…! Pero eso ya no es posible.
A su puerta estuvo un pobre que no recibía ni las sobras; tan solo la cercanía de los perros que le lamían las llagas, más cercanos que los mismos hombres. Murió bendecido por su humilde sencillez y los ángeles vinieron a darle sepultura, pero no la de la tierra sino la del seno de Abrahán, el lugar de los justos. Lázaro era realmente un bendecido y ahora le tocaba gozar, porque puso su confianza en el Señor.
La CUARESMA nos pone ese toque de alarma o atención. Escogemos una cosa u otra, Los efectos serán correspondientes.
En este tiempo de Cuaresma, La Iglesia nos hace muchas llamadas para que llenemos nuestro corazón Dios.Nos pide un desprendimiento de todo cuanto nos impida acercarnos a Cristo
ResponderEliminarEste desprendimiento ha de ser ser "efectivo",que no se consigue sin sacrificios," natural y discreto",como corresponde a cristianos,que vivimos en medio del mundo, "positivo" porque resultan pequeñas e insuficientes,todas las cosa de la tierra ,comparadas con el bien inmenso e infinito que deseamos alcanzar,"interno" porque afecta a los deseos;"actual" poque exige examinar con frecuencia en que tenemos puesto el corazón y tomar decisiones concretas que aseguren la libertad interior; "alegre"porque tenemos puestos los ojos en Cristo,bien incomparable, y porque no es una mera privación,sino riqueza espiritual,dominio de las cosas y plenitud.
A Pilato se le acusa de ser una persona profundamente desagradable y cruel; se le acusa de ser un corrupto, de colaborar en latrocinios, brutalidades y de favorecer ejecuciones constantes sin que hubiera un proceso judicial legal.
ResponderEliminarTeológicamente hablando, la comparecencia de Jesús ante Pilato, el sumo sacerdote, es de una importancia suma al convertirse en una verdadera confesión de Fe. Jesús confiesa ante el consejo supremo de los judíos que Él es el Mesías, el Hijo de Dios. Pilato, aparece aquí como un simple ejecutor que no es capaz de hacer otra cosa....El pueblo pide que muera el rey de los judíos y Pilato " se lava las manos" y condena a un inocente...Jesús, cuando el Sanedrín prepara tu condena, queremos estar contigo. Cuando todos te abandonan, queremos estar contigo-
Creo que hay una CONFUSIÓN DE NOMBRES y dificulta la comprensión.
EliminarGracias Padre, menos mal que usted se ha dado cuenta de la confusión: Pilato era la máxima autoridad, era el gobernador y ha cooperado de una forma decisiva en la crucifixión de Jesús de Nazaret No es muy seguro que la decisión de acabar con Jesús fuera de los judíos; ya que éstos eran menos partidarios de la crucifixión. Caifás, sumo sacerdote, aparece en la historia de la pasión como la persona que más empeño tuvo en eliminar a Jesús; pero, a pesar de haber pactado con Pilato, que odiaba a los judíos, no estaba dispuesto a realizar este gesto...Al final fue un cobarde y pasó lo que pasó. ..Pido disculpas a los lectores y al Padre Cantero, que me eche una mano si no lo he acabado de aclarar.Muchas gracias.
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