ARCA DE LA NUEVA ALIANZA. La ALIANZA es la relación
que Dios sostiene con su pueblo, comprometiéndose a favor de ese pueblo. Era la
base del Antiguo Testamento y es la base del nuevo y eterno. El símbolo de aquella alianza de Dios con su pueblo
era el Arca, que contenía los signos sagrados de esa relación de Dios con el
hombre. Presidió grandes gestas de Dios en ayuda de ese pueblo y era guardada y
ocultada finalmente a las miradas humanas en el templo, en el Sancta Sanctorum.
María es ARCA DE LA
NUEVA ALIANZA porque fue claustro materno del Hijo de Dios, y por tanto no ya
de símbolos sino de la gran realidad que es Jesucristo. Ella es, en nuestro
lenguaje, el SAGRARIO que contuvo nueve meses a Jesús, el autor de la ALIANZA
NUEVA Y ETERNA. Y es como el libro abierto que nos muestra a Jesús, fruto
bendito de su vientre, y la madre y la educadora de Aquel que lo será todo y
firmará con su sangre el pacto o alianza definitiva de Dios con los hombres.
LITURGIA
Hech.8,26-40:
En aquellos días, el ángel del Señor le hablo a
Felipe y le dijo: «Levántate y marcha hacia el Sur, por el camino de Jerusalén
a Gaza, que está desierto». Se levantó, se puso en camino y, de pronto, vio
venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e
intendente del tesoro, que había ido a Jerusalén para adorar. Iba de vuelta,
sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías. El Espíritu dijo a Felipe: «Acércate
y pégate a la carroza».
Felipe se
acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó: «¿Entiendes lo
que estás leyendo?». Contestó:
«Y cómo voy a entenderlo, si nadie me guía?».E invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste:
«Y cómo voy a entenderlo, si nadie me guía?».E invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste:
«Como
cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, así no abre su
boca. En su humillación no se le hizo justicia. ¿Quién podrá contar su
descendencia? Pues su vida ha sido arrancada de la tierra ».El eunuco preguntó
a Felipe:«Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?».
Felipe se
puso a hablarle y, tomando pie de este pasaje, le anunció la Buena Nueva de
Jesús. Continuando el camino, llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el
eunuco: «Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?».Mandó parar la
carroza, bajaron los dos al agua, Felipe y el eunuco y lo bautizó. Cuando
salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió
a verlo, y siguió su camino lleno de alegría.
Felipe se
encontró en Azoto y fue anunciando la Buena Nueva en todos los poblados hasta
que llegó a Cesarea.
La historia es tan viva y clara que he optado
por dejar el texto tal cual, sin comentarios, porque no se puede decir mejor.
Nos muestra un nuevo ejemplo de adhesión a la fe, al tener conocimiento de la
historia de la salvación.
Vamos al evangelio (Jn.6,44-52). Continuando el
discurso de ayer, Jesús habla del que va
a él; en realidad, nadie va a él si no lo atrae el Padre. Es la gracia de Dios
la que mueve los corazones, y el Padre otorga a todos sus gracia para que todos
vayan a Cristo. Luego, no son todos los que responden a esa gracia y elección
de Dios.
Todo el que escucha al Padre, aprende y va a
Jesús, y acaba teniendo vida eterna.
La diferencia con el maná es que vuestros
padres lo comieron y sin embargo murieron, mientras que el que come de este
nuevo Pan de la Vida no muere y tiene vida eterna. Ese pan de la vida es un pan
vivo bajado del cielo, y el lo come, vivirá para siempre.
Vuelve Jesús a repetir que él es el Pan de la
Vida, y que el que come de él tiene vida eterna, Y explicita que el
pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.
Hoy queda ahí el texto de la liturgia, pero ya
se puede pensar que aquello levanta ampollas en los oyentes, porque es una
afirmación muy atrevida. Lo iremos viendo poco a poco.
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