![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5FvX78MnUWwfN82b0XM8hQs8-aq4V8O-BcE9WGWfQ_vGqgt3_O_FOYDjJKhe6rq8qenAsH9r3BUHwnr0sbnDW5JKOEYpftChV5f7HSSIPB40DwKIrrNyuGjLuuu8SVNH9tJVLaPJJv2k/s320/Virgen+estilizada.bmp)
A María se le compara con esa estrella que sirve para
hallar el norte de nuestra vida y conducirnos al puerto de salvación. Ella es
esa luz que brilla en medio de la oscuridad, y hace caminar con certeza de que
nos encontraremos con Jesús, hacia el que nos dirigimos. Ella ha sabido caminar
por en medio de muchas oscuridades de la vida, en que tuvo que aferrarse a su
fe para salvar momentos muy tormentosos. Y desde entonces ella queda
constituida faro que nos orienta a nosotros para que sepamos seguir la ruta de
nuestra salvación.
LITURGIA
Pablo ha anunciado la buena noticia
a los presentes de Iconio. Unos se han puesto a favor y otros en contra. Como
se ha formado un tumulto de gentiles y judíos, pretendiendo ultrajar a Pablo y
Bernabé, huyeron hacia las ciudades de Licaonia, Listra y Derbe y regiones
vecinas, donde predicaron la palabra de Dios. Había en Listra un hombre lisiado
que nunca había podido ponerse en pie. Pablo se dirigió a él y le mandó: Levántate y ponte en pie. El hombre dio
un salto y se puso a andar,
Las
gentes admiradas por el suceso, en lenguaje licaonio gritaron: Dioses en figura humana nos han visitado.
Y los sacerdotes y el pueblo pretendieron ofrecerles sacrificios de animales
como a dioses, llamándolos con nombres de dioses. Cuando Pablo y Bernabé lo
advirtieron, se rasgaron las vestiduras e irrumpieron en medio de las gentes
para expresarles que ellos eran hombres como los demás de aquella ciudad, y que
si se había curado aquel enfermo era por la fuerza de Jesucristo, y que habían
venido a ellos para liberarlos de los errores de sus religiones de dioses que
no son Dios. Apenas lograron
persuadirles. Aquí queda hoy esta narración, que de suyo tiene otras
consecuencias que se verán otro día.
El
evangelio de Jn. (14,21-26) sigue con los dichos del Señor en el discurso de la
Cena. El que acepta mis mandamientos y
los cumple, ese me ama. Al que me ama, lo amará mi Padre y yo también lo amaré
y me manifestaré a él. He aquí una clave para la oración: el amor a
Jesucristo. El tratarlo con intimidad, El buscar conocerlo más y más desde la
Palabra: hechos y dichos de Jesús. Y conforme se fomente esa ida al Evangelio,
más se irá encontrando la enjundia de sus dichos y hechos: Jesús ama y se
manifiesta. Por eso no aciertan quienes dicen que no saben hacer oración. La
oración no es una ciencia infusa; se aprende con el ejercicio de la misma. Lo
que requiere es perseverancia y una constancia que supera los desánimos y los
tiempos de sequedad en que parece no poder hacerse nada.
No se
pierde el tiempo dedicado a la oración, aunque a veces se encuentre uno frío y
desolado. La oración llama a la oración y un día se abre la mente y el corazón
y encuentra uno los efectos de haber sido perseverante en la búsqueda de Jesucristo,
hasta conocerlo internamente (sus sentimientos, sus pensamientos, sus
preferencias y gustos) y que nos penetra a nosotros también muy dentro. Todo
ello nos llevará a un amor cada vez más fino, y surgirá el deseo de seguirle y
servirle.
El que me ama, guardará mi palabra y mi
Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él. Dicho todo esto
como promesa en la que Jesús compromete su palabra. Lo dice de forma directa y
absoluta. Y la palabra que os digo no es
mía sino del Padre que me ha enviado.
Al
que no ama, ni guarda la Palabra de Jesús no vendrá a él la fuerza de Dios.
Y
añade: Os he hablado de esto ahora que
estoy a vuestro lado. Pero el Defensor, el Espíritu Santo que enviará el Padre
en mi nombre, será quien os enseñe todo y os vaya recordando lo que yo os he
dicho.
Seguimos
en el tema de la oración: Jesús nos ha mostrado muchas cosas. Ha enseñado mucho
mientras ha estado en su vida mortal. Cuando él se vaya, el Padre enviará en
nombre de Jesús al Espíritu Santo, y él conducirá a las almas a una verdad cada
vez más amplia…, más completa, que recuerda lo que Jesús ha hablado durante su
vida, y añade esas nuevas manifestaciones de Dios que dedica a cada alma que se
pone a la escucha de la Palabra, y en definitiva a la escucha de Jesús y de su
Espíritu Santo.
Judas
Tadeo le expresó a Jesús su admiración porque ahora estaba diciendo cosas que
les enseñaban mucho nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡GRACIAS POR COMENTAR!