Texto completo de las
palabras del papa Francisco en el ángelus
Jesús nos invita como con Pedro, a ser piedras vivas de la
comunidad que Cristo quiere construir, de la cual Él es piedra angular y Pedro
fundamento visible de la unidad
24 de agosto de 2014 (Zenit.org) - Antes de rezar la oración
mariana, ante una plaza de San Pedro repleta, el santo padre Francisco dirigió
las siguientes palabras.
«Queridos hermanos y hermanas, el evangelio de este domingo es la celebre parte central de la narración de san Mateo, cuando Simón en nombre de los doce, profesa su fe en Jesús como “el Cristo, el Hijo del Dios viviente”; y Jesús llama 'beato' a Simón por esta fe que tiene, reconociendo en ésta un don especial del Padre, y le dice: 'Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia'.
Detengámonos un momento justamente sobre este punto, sobre el
hecho que Jesús atribuye a Simón este nuevo nombre: 'Pedro', que en el idioma
de Jesús se dice 'Kefa', una palabra que significa 'roca'. En la biblia este
término 'roca' se refiere a Dios. Jesús lo atribuye a Simón no por sus
cualidades o méritos humanos, pero por su fe genuina y sólida que le viene
desde lo alto.
Jesús siente en su corazón una gran alegría, porque reconoce en
Simon la mano del Padre, la acción del Espíritu Santo. Reconoce que Dios Padre
le dio a Simón una fe en la que se puede confiar, sobre la cual Jesús podrá
construir su Iglesia, o sea su comunidad. Como en todos nosotros.
Jesús tiene en su ánimo dar vida a su Iglesia, un pueblo fundado
no más sobre la descendencia, sino sobre la fe, o sea sobre la relación con Él
mismo, una relación de amor y de confianza. Nuestra relación con Jesús
construye la Iglesia.
Y por lo tanto para iniciar con su Iglesia Jesús tiene necesidad
de encontrar en los discípulos una fe sólida, confiable. Es esto que Él debe
verificar en este punto del camino.
El señor tiene en mente la imagen del construir, la imagen de la
comunidad como un edificio. Por ello cuando escucha la profesión de fe simple
de Simón, lo llama 'roca', y manifiesta la intención de construir su Iglesia
sobre esta fe.
Hermanos y hermanas, lo que sucedió de manera única con san Pedro,
sucede también con cada cristiano que madura una fe sincera en Jesús el Cristo,
el Hijo del Dios viviente.
El evangelio de hoy interpela también a cada uno de nosotros:
¿Cómo va tu fe? Cada uno dé una respuesta en su corazón. ¿Cómo va tu fe, cómo
es?
¿Qué encuentra el Señor encuentra en nuestro corazón?, un corazón
firme como la roca o un corazón arenoso, o sea dubitativo, desconfiado,
incrédulo. Nos hará bien durante el día de hoy pensar sobre esto.
Si el Señor encuentra en nuestro corazón una fe, no digo perfecta,
pero sincera, genuina, entonces Él ve también en nosotros a piedras vivas con
las cuales puede construir su comunidad. De esta comunidad, la piedra
fundamental es Cristo, piedra angular y única. Por su parte Pedro es piedra, en
cuanto fundamento visible de la unidad de la Iglesia. Pero cada bautizado está
llamado a ofrecer a Jesús la propia fe, pobre pero sincera, de manera que Él
pueda seguir a construir su Iglesia, hoy y en cada parte del mundo.
También en nuestros días la gente piensa que Jesús sea un gran
profeta, un maestro de sabiduría, un modelo de justicia... Y también hoy Jesús
le pregunta a sus discípulos, o sea todos nosotros: '¿Quienes dicen que yo
sea?, ¿un profeta?, ¿un maestro de sabiduría?, ¿un modelo de Justicia?
¿Qué responderemos?, pensemos, pero sobretodo recemos a Dios
Padre, para que nos dé la respuesta. Y por intercesión de la Virgen María
pidamos que nos dé la gracia de responder con corazón sincero: Tú eres el
Cristo, el Dios vivo. Esta es una confesión de fe, este es el Credo
propiamente. Podemos repetirlo tres veces todos juntos: 'Tu eres el Cristo el
hijo del Dios vivo' ». (Repite tres veces).
Ángelus...
«Queridos hermanos y hermanas, mi pensamiento va de manera
particular a la amada tierra de Ucrania, que hoy celebra su fiesta nacional, a
todos sus hijos e hijas, a sus deseos de paz y serenidad amenazados por una
situación de tensión y de conflicto que no indica querer disminuir, generando
tanto sufrimiento entre la población civil. Confiamos toda esta nación al Señor
Jesús y a la Virgen, y rezamos unidos especialmente por las víctimas, sus
familiares y por todos los que sufren.
Saludo cordialmente a todos los peregrinos romanos y a los que
llegan desde diversos países, en particular a los fieles de Santiago de
Compostela (España), los niños de Maipú (Chile), i los jóvenes de Chiry-
Ourscamp (Francia) y a todos los que participan al encuentro internacional
promovido por la diócesis de Palestrina.
Saludo con afecto a los nuevos seminaristas del Pontificio Colegio
Norteamericano, que llegaron a Roma para realizar estudios teológicos.
Saludo a los 600 jóvenes de Bérgamo, que a pié junto a su obispo,
llegaron a Roma desde Asís. Queridos jóvenes, vuelvan a casa con el deseo de
dar testimonio a todos sobre la belleza de la fe cristiana. Saludo a los
jóvenes de Verona, Montegrotto Terme y del Valle Liona, así como a los fieles
de Giussano y Bassano del Grappa.
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