Elementos de discernimiento
8.- Había todavía
esta diferencia: que cuando pensaba en aquello del mundo, se deleitaba mucho;
mas cuando después de cansado lo dejaba, hallábase seco y descontento. Y cuando
en ir a Jerusalén descalzo, y en no comer sino hierbas, y en hacer todos los
demás rigores que veía que habían hecho los santos, no solamente se consolaba
cuando estaba en tales pensamientos, mas después de dejarlo, quedaba contento y
alegre. Mas no miraba en ello, ni se paraba en ponderar esa diferencia, hasta
tanto que una vez se le abrieron un poco los ojos y empezó a maravillarse de
esta diversidad, y a hacer reflexión sobre ella, cogiendo por experiencia que
de unos pensamientos quedaba triste y de otros, alegre y poco a poco fue
conociendo la diversidad de los espíritus que se agitaban, el uno del demonio y
el otro de Dios.
9. Y cobrada no poca luz
de aquella lección, comenzó a pensar más de veras en su vida pasada y en cuanta
necesidad tenía de hacer penitencia de ella…
10. Y ya se le iban
olvidando los pensamientos pasados con estos santos deseos que tenía, los cuales
se le confirmaron con una visitación, de esta manera. Estando una noche
despierto, vio claramente una imagen de nuestra Señora con el Santo Niño Jesús,
con cuya vista por un espacio notable, recibió consolación muy excesiva, y
quedó con tanto asco de toda la vida pasada, y especialmente de las cosas de
carne, que le parecían habérsele quitado de encima del ánima todas las especies
(=imágenes
mentales) que antes tenía en ella
pintadas. Así, desde aquella hora hasta el agosto de 53, que esto escribe,
nunca más tuvo ni un momento de consenso en cosas de carne. Y por este efecto
se puede juzgar haber sido cosa de Dios, aunque él no osaba determinarlo, ni
decía más que afirmar lo susodicho.
Liturgia
Gn 19, 15-29.- Lot, el sobrino o cuñado de Abrahán había
elegido la región fértil, en la que precisamente estaba Sodoma. Dios le envía
unos ángeles para urgirle salir de allí, sin mirar atrás, con su mujer y sus
dos hijas para que no perezcan por culpa de Sodoma. Y como no se decidía, lo
agarraron de la mano y los sacaron y los guiaron fuera de la ciudad, y le
dijeron: Ponte a salvo en los montes para
no perecer. Lot suplica irse a un pueblecito cercano (Zoar) y los ángeles
se lo conceden. Pero ¡pronto porque hasta
que no salgas de Sodoma no puedo hacer nada contra ella!, dice el ángel.
Sobre Sodoma y Gomorra llovió fuego y azufre y arrasó
aquellas ciudades con su vega y sus habitantes. Había salvado a Lot, pensando
Dios en Abrahán. Abrahán vio salir el humo de aquellas ciudades.
La anécdota de la mujer de Lot, convertida en estatua de
sal por haber mirado atrás, es mostrada por la Biblia de Jerusalén como “explicación popular de alguna peña de forma
caprichosa, o de un bloque de formación salina”. Y la Biblia “oficial” de
España, añade que “con la leyenda de la
mujer de Lot no sólo se quiere ilustrar un fenómeno natural, sino también
trasmitir la enseñanza religiosa: no dudar de la palabra de Dios, y menos,
desobedecerla”. Por tanto, no un hecho histórico.
El evangelio (Mt 8,23-27) es el de la tempestad súbita con
la que se encuentran los apóstoles mientras Jesús iba en la barca durmiendo. El
temporal es tan fuerte que la barca
desaparecía entre las olas. Y sin embargo, él dormía. Uno no puede ni
imaginar que en una situación así Jesús permaneciera dormido, máxime si tenemos
en cuenta que los Doce debían gritar y darse órdenes para tratar de salir de
aquel peligro, achicando agua como pudieran mejor. ¡Y él dormía!
Yo estoy seguro que no dormía. Que se hacía el dormido, que
estaba esperando la reacción de aquellos hombres, y que se admiraba de su tesón
y de su miedo, cuando a él lo tenían tan a la mano. Yo pienso que hay una
intención clara de hacernos ver lo que es “una tempestad” en el alma, en la que
parece que nos vamos a ahogar, y sin embargo Jesús está ahí.
Cuando por fin recurrieron a él, todavía tuvo el humor de
llamarles cobardes y de poca fe. Y es
verdad: ¿Cómo no habían recurrido a él antes? Porque en cuanto “lo
despertaron”, el se puso en pie y gritó al mar y amansó las olas. Es un ejemplo
útil para pensar y para aplicar en esas “tormentas” que nos trae la vida: tener
la fe de acudir a él. Y él aplacará la situación poniendo paz en nuestras
almas. Y en la paz -¡discernimiento!- se halla al Señor.
El Espíritu del Señor se vale de muchas mediaciones mientras dormimos,para que "despertemos" y nos pongamos en marcha, como Él quiere.
ResponderEliminarNosotros, como los Discípulos, estamos con Jesús, conocemos a Jesús, amamos a Jesús, sabemos que podemos contar con Él siempre. Si sobreviene alguna tempestad,¡nada qué temer , porque El está esperando que corramos a sus Brazos...
8.- Había todavía esta diferencia: que cuando pensaba en aquello del mundo, se deleitaba mucho; mas cuando después de cansado lo dejaba, hallábase seco y descontento...
ResponderEliminar---
...hasta tanto que una vez se le abrieron un poco los ojos y empezó a maravillarse de esta diversidad, y a hacer reflexión sobre ella, cogiendo por experiencia que de unos pensamientos quedaba triste y de otros, alegre y poco a poco fue conociendo la diversidad de los espíritus que se agitaban, el uno del demonio y el otro de Dios.