Nuevas experiencias espirituales
31. Y después que esto duró un buen rato, se fue a hincar de rodillas a
una cruz, que estaba allí cerca, a dar gracias a Dios, y allí le apareció
aquella visión que muchas veces le aparecía y nunca la había conocido, es a saber,
aquella cosa que arriba se dijo, que le parecía muy hermosa, con muchos ojos.
Mas bien vio, estando delante de la cruz, que no tenía aquella cosa tan hermosa
color como solía; y tuvo un muy claro conocimiento, con grande consentimiento
de la voluntad, que aquel era el demonio; y así después muchas veces por mucho
tiempo le solía aparecer, y él a modo de menosprecio lo desechaba con un bordón
que solía traer en la mano.
32. Estando enfermo una vez en Manresa, llegó de una fiebre muy recia a
punto de muerte, que claramente juzgaba que el ánima se le había de salir
luego. Y en esto le venía un pensamiento que le decía que era justo [que era un
santo], con el cual tomaba tanto trabajo, que no hacía sino repugnarle y poner
sus pecados delante; y con este pensamiento tenía más trabajo que con la misma
fiebre; mas no podía vencer el tal pensamiento por mucho que trabajaba por
vencerle. Mas aliviado un poco de la fiebre, ya no estaba en aquel extremo de
expirar, y empezó a dar grandes gritos a unas señoras, que eran allí venidas
por visitarle, que por amor de Dios, cuando otra vez le viesen en punto de
muerte, que le gritasen a grandes voces, diciéndole pecador, y que se acordase
de las ofensas que había hecho a Dios.
33. Otra vez, viniendo de Valencia para Italia por mar con mucha
tempestad, se le quebró el timón a la nave, y la cosa vino a términos que, a su
juicio y de muchos que venían en la nave, naturalmente no se podría huir de la
muerte. En este tiempo, examinándose bien, y preparándose para morir, no podía
tener temor de sus pecados, ni de ser condenado; mas tenía grande confusión y
dolor, por juzgar que no había empleado bien los dones y gracias que Dios
Nuestro Señor le había comunicado. Otra vez el año de 50 estuvo muy malo de una
muy recia enfermedad que a juicio suyo y aun de muchos, se tenía por la última.
En este tiempo pensando en la muerte tenía tanta alegría y tanta consolación
espiritual en haber de morir, que se derretía todo en lágrimas; y esto vino a
ser tan continuo, que muchas veces dejaba de pensar en la muerte, por no tener
tanto de aquella consolación.
Liturgia
En realidad corresponde la liturgia de San Benito, Patrón
de Europa. Pero no quiero perder el hilo de la lectura continuada, en el punto
en que actualmente estamos, porque encierra aspèctos muy importantes en la
historia del pueblo de Dios. Hoy nos encontramos con la lucha de Jacob con “el
hombre” que luchó con él hasta la aurora, y
viendo que no le podía, le tocó la articulación del muslo y se la dejó tiesa”.
Jacob se aferró al “hombre”, que le pedía a Jacob: Suéltame que llega la aurora. A lo que
Jacob responde que no lo suelta hasta que no le diga quién es. ¡Y era nada
menos que Dios!, porque LE CAMBIA EL NOMBRE A JACOB, que en adelante se llamará
Israel. Y los cambios de nombre sólo
los hace Dios. Y el nombre nuevo viene porque
has luchado con dioses y hombres y has salido vencedor.
A mí me sugiere este episodio la fuerza de la oración y
también la confianza con que se ha de actuar con Dios. Fuerza de la oración que
se concebiría como “lucha” de la criatura que busca alcanzar de Dios (=has
luchado con dioses y hombres). Y la oración es eficaz porque has salido vencedor. Es cierto que
físicamente Jacob sale cojo, pero el haber luchado ha sido ya una victoria.
Israel preguntó el nombre al “personaje”, que no le
respondió. Y sin embargo le bendijo, que era una manera de
decir quién era. Por eso Israel llega a decir: He visto a Dios cara a cara y he quedado con vida
Mt 9,32-38 es la disputa de los fariseos con Jesús, a quien
atribuyen un poder diabólico para echar los demonios. Un absurdo total. Pero
donde hay mala fe para acoger la verdad, todo es posible.
Jesús no le dio a aquello más beligerancia y él se fue por pueblos y aldeas enseñando en sus
sinagogas y anunciando el Evangelio del Reino, curando toda enfermedad y todas
las dolencias.
Al ver a las gentes, se compadecía de ellas porque estaban
extenuadas y abandonadas “como ovejas que no tienen pastor”.
Tenemos delante dos reacciones de Jesús, que se funden en
una. De una parte, atender a las gentes en sus enfermedades, y enseñarles la
Buena Noticia. De otra parte, los sentimientos interiores de Jesucristo, que
son sentimientos de compasión ante aquellas gentes que buscan y no encuentran…:
extenuadas y abandonadas…, lo que le suscita a Jesús una de las imágenes más
impactantes en aquella sociedad: que estaban como ovejas sin pastor.
Dejarlo todo por Jesús significa dejar las posesiones materiales y abandonar nuestro miedo, nuestro prestigio, nuestro YO...; hay que dejar las cosas que realmente duelen.San Benito no es muy lanzado; no lo es tanto como Pedro; El monje acude al monasterio para aprender a imitar a su Maestro. Él, sólo quiere ser un buen cristiano y a este propósitu va a dedicar su vida
ResponderEliminar