Profundas experiencias espirituales
29. 2º. Una vez se le representó
en el entendimiento con grande alegría espiritual el modo con que Dios había
criado el mundo, que le parecía ver una cosa blanca, de la cual salían algunos
rayos, y que de ella hacía Dios lumbre.
3º. En la misma Manresa, a donde
estuvo cuasi un año, después que empezó a ser consolado de Dios y vio el fruto
que hacía en las almas tratándolas, dejó aquellos extremos que de antes tenía;
ya se cortaba las uñas y cabellos. Así que, estando en este pueblo en la
iglesia del dicho monasterio oyendo misa un día, y alzándose el corpus Domini,
vió con los ojos interiores unos como rayos blancos que venían de arriba; y
aunque esto después de tanto tiempo no lo puede bien explicar, todavía lo que
él vio con el entendimiento claramente fue ver cómo estaba en aquel santísimo
sacramento Jesucristo nuestro Señor.
4º. Muchas veces y por mucho
tiempo, estando en oración, veía con los ojos interiores la humanidad de
Cristo, y la figura, que le parecía era como un cuerpo blanco, no muy grande ni
muy pequeño, mas no veía ninguna distinción de miembros. Esto vio en Manresa
muchas veces: si dijese veinte o cuarenta, no se atrevería a juzgar que era
mentira. Otra vez lo ha visto estando en Jerusalén, y otra vez caminando junto
a Padua. A nuestra Señora también ha visto en semejante forma, sin distinguir
las partes. Estas cosas que ha visto le confirmaron entonces, y le dieron tanta
confirmación siempre de la fe, que muchas veces ha pensado consigo: si no hubiese
Escritura que nos enseñase estas cosas de la fe, él se determinaría a morir por
ellas, solamente por lo que ha visto.
30. 5º. Una vez iba por su
devoción a una iglesia, que estaba poco más de una milla de Manresa, que creo
yo que se llama san Pablo, y el camino va junto al río; y yendo así en sus
devociones, se sentó un poco con la cara hacia el río, el cual iba hondo. Y
estando allí sentado se le empezaron abrir los ojos del entendimiento; y no que
viese alguna visión, sino entendiendo y conociendo muchas cosas, tanto de cosas
espirituales, como de cosas de la fe y de letras; y esto con una ilustración
tan grande, que le parecían todas las cosas nuevas. Y no se puede declarar los
particulares que entendió entonces, aunque fueron muchos, sino que recibió una
grande claridad en el entendimiento; de manera que en todo el discurso de su
vida, hasta pasados sesenta y dos años, reuniendo todas cuantas ayudas haya
tenido de Dios, y todas cuantas cosas ha sabido, aunque las junte todas en uno,
no le parece haber alcanzado tanto, como de aquella vez sola. Y esto fue en
tanta manera de quedar con el entendimiento ilustrado, que le parecía como si
fuese otro hombre y tuviese otro intelecto, que tenía antes.
Liturgia
Estamos [Gn 28,10-22] ante un teofanía (=manifestación de
Dios) de las más claras de la Biblia. Le sucede a Jacob en aquella escalera que va de la tierra al Cielo,
en la que ángeles de Dios subían y bajaban. El Señor estaba en pie sobre ella,
y dijo: YO SOY EL SEÑOR, el Dios
de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac. Y le promete dar aquella tierra a
sus descendientes, que se multiplicarán como el polvo de la tierra, y la
ocuparán de parte a parte.
Jacob consagra aquel lugar a Dios y alza una piedra como
altar: Este lugar es la casa de Dios y la
puerta del cielo. Y le promete a Dios que de todo lo que me des, te daré el diezmo.
El evangelio (Mt 9,18-26) abarca dos hechos de la vida de
Jesús: el personaje que se arrodilla ante Jesús porque su hija acaba de morir, y sin embargo le pide a Jesús que vaya, ponga las manos sobre la cabeza de
ella, y vivirá. No cabe duda que
la narración de Mateo nos pone una circunstancia que resalta mucho la fe de
aquel personaje, porque está pidiendo directamente una resurrección. Y eso no
es simplemente curar a un enfermo. Ha muerto la niña, pero el hombre tiene fe
como para esperar que la ida de Jesús y la imposición de sus manos sobre la
cabeza de la muerta, va a ser suficiente para que aquella hija vuelva a la
vida. Y Jesús lo siguió con sus discípulos, aceptando el reto que le había
puesto el personaje.
Por el camino, apretujado por la gente, una mujer que
padece hemorragias continuadas se le acerca con el único propósito de tocarle
el filo del manto, segura ella de que con sólo eso curaría. Y se produce el
efecto. Mateo es muy simple en su narración y sencillamente muestra a Jesús que
se vuelve a ella y le dice: Ánimo, hija;
tu fe te ha curado. Y continuó la marcha rodeado de las gentes.
Cuando llegó a la casa, las mujeres lloraban la muerte e la
niña y Jesús les dice que no está muerta sino dormida. Y se reían de él. Echa a
la gente que le seguía y entra en la habitación de la niña, la toma de la mano
y la niña se pone en pie. Mateo no explica más. Jesús se retira. Podemos imaginar
a las mujeres perplejas. Y Jesús desaparece por el camino rodeado de los suyos
y de las mismas gentes que habían llegado con él hasta allí. Pero no hay más
comentario, que hubiera llenado el gusto de nuestra curiosidad.
"Se burlaban de Él" Jesús, sentía las burlas de aquellos fariseos descreídos, pero no dejaba de hacer el bien.Después de haber curado a la hemorroisa con solo tocar su manto,se fue a la casa de aquel jefe que lloraba por la hija muerta. Cuando llegó a la casa, ya estaban los flautistas preparando el velatorio, Jesús dijo:" ¡Retiráos! La niña no está muerta, está dormida" Se reían de Él. Cuando consiguieron echar a la gente, entró Jesús, cogió a la niña de la mano y ella se levantó. Cada día es más necesario manifestarse creyente, tanto cuando las cosas van bien como cuando la enfermedad y la muerte están presentes.Seamos "portadores de Dios" en cada momento de nuestra vida, aunque la gente se ría de nuestra "buena fe".
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