La Verdad del Corazón de Jesús
“Maestro: sabemos que
eres veraz y que enseñas el camino conforme a la verdad”. Eso, dicho por un
fariseo era un reconocimiento de mucho valor. Jesucristo siempre tuvo la verdad
por delante, aunque muchas veces le supuso riesgos, y finalmente la condena de
Caifás y dejarlo Pilato con la palabra en la boca.
Ante la desorientación de nuestro tiempo nos tenemos que
plantear nuestra sinceridad, interior y hacia afuera; buscar la verdad y no
titubear cuando hay que decirla y defenderla. La mentira de hoy está muy
camuflada y ataca las bases mismas de los principios cristianos.
Jesús mío: desde la verdad de tu Corazón, que es la verdad
de Dios, haznos veraces en toda circunstancia.
LITURGIA DEL DÍA
1Cor 3,15-4, 1 presenta una contraposición entre la visión
velada, que impide ver las cosas como son, y la visión luminosa. La primera es
la del pueblo judío, y la que tiene quien sigue al “dios de este mundo”, que
obceca e impide ver la luz. La luz viene del espíritu y –quienes poseen el
Espíritu- caminan a cara descubierta y se van transformando a la imagen del
Señor. Quien posee esa luz conoce la gloria de Dios reflejada en Cristo, y
conoce ese nuevo camino por el que hay que andar en adelante.
Mt 5, 20-26 empieza a explicar cómo lleva Jesús la Ley a plenitud. Lo que se dijo a los antiguos
era solamente: “No matarás”. Y lo cumplían si no mataban físicamente. Para un
pueblo primitivo ya era bastante el respeto a la vida.
Pero Yo os digo… Y se pasa del “no matarás” al no herirás, al
no ofenderás, al no pronunciarás una palabra que daña a tu prójimo. Ya está
sobrepasado el “no matarás” (vergüenza es que a estas alturas andemos teniendo
que defender la vida del no nacido o la del achacoso, porque se ha hecho una
penosa regresión y volvemos a matar, aun contra la ley natural de defensa de la
vida). El “no matarás” llevado a
plenitud llega a plantear el caso del que va tan tranquilo a presentar su
ofrenda al altar, y por el camino cae en la cuenta de que un hermano se siente
herido por causa del que iba a ofrecer. Y Jesús le dice: deja tu ofrenda en el
suelo; vete a tu hermano; arregla ese asunto… Luego vuelves por tu ofrenda y la
presentas.
El “dios de este mundo”, que pone un velo a las mentes, es
fundamentalmente el YO. Ese “yo” que se cuela constantemente en la conversación
y parece que no existe otra cosa que “mi YO”. Con él mato, ofendo, difamo,
amenazo, daño, me sitúo por encima de todo y de todos, no tengo más tema que “lo
mío” y “mis cosas”. Ese YO que tiraniza, amedrenta, se sobrepone a toda razón
distinta, establece el trono de su falsa divinidad. Y Jesús lo expresa en
términos muy útiles, que son los que crea el miedo “para no ser llevados a la
cárcel”…
Todas las cosas tienen su “activa” y su “pasiva”. Porque
puede “matar” el hermano que se siente ofendido y él mismo puede ser matador.
Todo depende de las actitudes internas y sus expresiones externas. Lo cual nos
lleva a ver que este tema de personalización de “lo que yo os digo”, que Jesús
va a ir repitiendo, es un tema que nos afecta a todos y tenemos que examinar
todos. Y quien se sienta fuera de ese examen, es precisamente el más culpable.
Porque el que de vosotros esté sin
pecado, que tire la primera piedra. Somos capaces de “resbalar” sobre los
textos evangélicos. Es un modo de engañarnos.
Ante la desorientación que nos obliga a situarnos como cristianos para no perder el Norte- la Verdad-, tenemos que recordar las normas reguladoras aprobadas por el Vaticano II: "Todos los hombres están obligados" a tener en cuenta los derechos ajenos y sus deberes para con los demás y para con el bien común de todos". Luego, el Estado, tiene que ofrecer las garantías jurídicas necesarias para que esto se cumpla. Y, una Ley que no defienda el derecho a la vida y que ya esté hablando de eutanasia, hay que objetivarla de injusta e inaceptable y, otra vez, nos obliga hay que salir a la calle para tratar de evitar la legalización del aborto, la"muerte digna", el crimen, el robo...Tenemos que decir las verdades , tenemos que levantar la voz por los que no pueden hacerlo para defender sus derechos.¡Somos muchos los que proclamamos la verdad..! Somos muchos los seguidores de la Verdad; pero, últimamente, también ha crecido el número de seguidores de la Bestia.Nos espera un duro trabajo; pero vamos a pedir la ayuda del Señor para acercarnos a "ellos" y continuar nuestra tarea evangelizadora, sin agresividad, con buen humor, dialogando civilizadamente; pero exigiendo que se respeten los derechos humanos.
ResponderEliminar"No matarás". Hay varias formas de "matar" a una persona; todas atentan contra la dignidad de la persona.