05 de mayo de 2015 (ZENIT.org)
El santo padre Francisco ha desarrollado su homilía de esta
mañana en Santa Marta en torno a tres ideas: tribulación, confianza y paz. Así,
el Papa ha subrayado que el cristiano no tiene una actitud masoquista frente a
las dificultades de la vida, pero se entrega al Señor con confianza y
esperanza.
Y ha recordado que san Pablo fue perseguido, pero a pesar de las
miles de tribulaciones permaneció firme en la fe y animó a los hermanos a
esperar en el Señor. Además, el Papa ha hecho referencia a los Hechos de los Apóstoles,
en la Primera Lectura,
para detenerse en estas tres ideas. Recordando también que para entrar en el
Reino de Dios es necesario “pasar por momentos oscuros, momentos difíciles”.
Esta actitud, ha recordado el Pontífice, no es una actitud
masoquista sino la lucha cristiana contra el príncipe de este mundo que trata
de separarnos “de la Palabra de Jesús, de la fe, de la esperanza”. A propósito,
ha recordado que el apóstol Pablo usa mucho la frase “soportar las
tribulaciones”.
“Soportar”: es más que tener paciencia, es llevar sobre los
hombros el peso de las tribulaciones. La vida del cristiano tiene estos
momentos. Por eso, Francisco ha señalado que “Jesús nos dice: ‘Hay que
ser valientes en ese momento. Yo he vencido, también vosotros seréis
vencedores’. Esta primera palabra nos ilumina para caminar en los momentos más
difíciles de la vida, esos momentos que también nos hacen sufrir”.
Y después de dar este consejo Pablo “organiza esa Iglesia”, “reza
por los presbíteros imponiéndose las manos y les confía al Señor”.
La segunda palabra sobre la que el Papa ha reflexionado es el
“confiar”. Un cristiano --ha dicho Francisco-- puede llevar adelante las
tribulaciones y también las persecuciones confiandose al Señor. “solamente él
es capaz de darnos la fuerza, de darnos la perseveración en la fe, de darnos
esperanza”, ha precisado el Pontífice.
A continuación, ha añadido: “Confiar al Señor algo, confiar al
Señor este momento difícil, confiar mi mismo al Señor, confiar al
Señor a nuestros fieles, nosotros sacerdotes, obispos, confiar al Señor
nuestras familias, nuestros amigos y decirle al Señor: ‘Cuida a estos
que son tuyos’”.
Al respecto, Francisco ha advertido que esta es una oración que no
hacemos siempre, la oración en la que confiamos algo o alguien: ‘Señor te
confío esto, llévalo Tú adelante’, es una bella oración cristiana. Es la
actitud de la confianza en el poder del Señor, también en la ternura del Señor
que es Padre”.
Asimismo, en la homilía ha observado que cuando una persona hace
esta oración desde el corazón siente que es confiada al Señor, es segura: “Él
no decepciona nunca”. La tribulación nos hace sufrir pero el confiarse al Señor
da la esperanza y de ahí surge la tercera palabra: paz.
El Obispo de Roma ha recordado lo que Jesús llama “despedida” de
sus discípulos. “La paz os dejo, mi paz os doy”. Pero, ha advertido, “no una
paz, una tranquilidad” sino una paz que “va dentro, también una paz que
nos da fuerza, que refuerza lo que hoy hemos pedido al Señor: nuestra fe y
nuestra esperanza”.
Para concluir, el Santo Padre ha insistido en que “en la vida
debemos ir sobre caminos de tribulación pero esta es la ley de vida. Pero en
estos momentos debemos confiar en el Señor y Él nos responde con la paz.
Este Señor que es Padre nos ama mucho y nunca decepciona”. De este modo, ha
invitado a pedir al Señor que refuerce nuestra fe y nuestra esperanza, y
que nos dé confianza para vencer las tribulaciones porque Él ha vencido al
mundo.
"El Señor es Padre y nos ama muchísimo y nunca decepciona..." Esto es cierto, pero tenemos que caminar por el desierto, sentir lo dura que es la vida, sentir que nos van faltando las fuerzas..., somos pobres y peregrinos y Cristo, todo ternura, a veces, se va...y, aparece el estréss y las dudas; porque si pensamos que tanto nos amó y nos ama, nos sentimos demasíado pequeñitos y mezquinos...
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