Ignacio a los PP. Broet y Salmerón
El Papa Paulo III, puesto que los jesuitas se habían puesto
a su disposición, envía a los PP. Broet y Salmerón a Irlanda, donde las
exigencias heréticas de Enrique VIII habían creado una situación muy
lamentable.
Ignacio les da instrucciones que deben seguir en ese
apostolado: deben ponerse a disposición de todos y atraer por medio de la
conversación, que debe acomodarse a la idiosincrasia de lugares y personas,
carácter y modo de ser del interlocutor.
El enemigo busca entrar con las ideas de los otros para
luego traer a su campo. Sigan la misma táctica; entrar con el pensamiento del
otro para luego traer el discurso al campo de la verdad.
Utilicen siempre la prudencia y la caridad.
Liturgia:
Es muy variado el evangelio de hoy
(Mt.9,32-38). Empieza con un endemoniado que le presentan a Jesús, que tenía
mudo al hombre poseído. Mateo, como vamos viendo en sus relatos, no entra en
detalles ni en historias. Simplemente cuenta el hecho. Y el hecho fue que Jesús
echó al demonio y habló el hombre mudo: al salir el demonio que le tenía
trabada la lengua, el hombre habló. Lo que era de satisfacción y gozo para la
gente, que decía admirada: Nunca se ha
visto en Israel una cosa igual.
A la otra parte estaban los fariseos, quienes con tal de no
admitir las obras de Jesús, acaban atribuyendo al poder del demonio el
exorcismo que había hecho Jesús. No puede ser más absurda la suposición porque
el demonio no se va a expulsar a sí mismo. Pero los fariseos reaccionan así,
desatendiendo la admiración de la gente que veía los hechos sin prejuicios.
Mateo no explica más ni da más detalles.
Lo que hace es poner a Jesús en movimiento hacia otras ciudades y aldeas, enseñando en sus
sinagogas y predicando el evangelio del reino. Y como Jesús va dejando una
estela de hechos que corroboren sus palabras, simultáneamente a su enseñanza va
curando todas las enfermedades y todas
las dolencias.
Es que Jesús se ponía en el lugar de las gentes y se compadecía de ellas; se le antojaban
multitudes carentes de orientación buena, porque los mandatarios religiosos no
cuidaban de ellas, y ellas andaban
extenuadas y abandonadas como ovejas que no tienen pastor.
Para un pueblo pastoril como el judío, la imagen del rebaño
sin pastor es una imagen muy dolorosa y deprimente. Es una imagen que expresa
desastre. Y Jesús recurre a esa imagen para expresar su sentir sobre aquel
pueblo que buscaba a Dios y a la hora de la verdad sus dirigentes no lo
llevaban a Dios sino que ellos se aprovechaban de las ovejas en vez de
cuidarlas.
Y entonces Jesús, como el que observa el paso de aquellos
“rebaños” abandonados, se vuelve a sus discípulos y les exhorta a una oración a
Dios, el dueño –en definitiva- de la pies, para
que envíe obreros a su mies
La visión que hoy tendría Jesús de la historia actual,
sería inmensamente dolorosa. No es ya sólo que las gentes andan abandonas sino
que están “cuidadas” por malos responsables que las conducen a cisternas de
aguas sucias, donde ese mundo se va perdiendo, alejándose da la acción
salvadora que ofrece Jesús.
Los docentes que han copado las aulas, están –en su
mayoría- alejados de los principios cristianos. Los medios de comunicación
ejercen una labor de zapa sobre los valores verdaderos, creando una mentalidad
incluso hostil a la mente del Evangelio ofrecida por la Iglesia Católica.
Y del lado “nuestro”, los pastores son cada vez más
ancianos, menos en cantidad, con una dificultad lógica de adaptación a las
nuevas tendencias, y sin tener detrás quien les sustituya y tome en su mano la
antorcha del relevo. Con razón Jesús incitaba a sus apóstoles a pedir obreros
para su mies, esa mies tan abundante, que camina perdida en medio de los
vaivenes de una sociedad que cada vez está más en manos de las mafias de todo
tipo, que engordan con la carne de los pobres hombres y mujeres a los que
manejan como a corderos mansos, sin que las gentes tengan la capacidad de
reacción porque están drogadas por los malos principios de un mundo fácil, que
se deja llevar por la corriente del dinero y del placer.
Faltan obreros en la Mies. Faltan apóstoles en los caminos. El pastor anciano tiene algo a su favor; la sabiduría que da los años de oración y unión con Jesús; Pero tiene algo en contra; el tiempo va desgastando.
ResponderEliminarDice Jesús que se pida a Dios, pero también sabemos por el mismo Jesús que ya dijo en la multiplicación de los panes y los peces: "Dadles vosotros de comer".
La solución no es fácil. Pienso que es signo de los tiempos.
Pienso también que parte de "culpa" tiene la misma Iglesia por no haber sabido ver quizás de venir estos tiempos. Ese "humo de satanás" del que habló Pablo VI hace ya muchos años. Es una lección para aprender, aunque el tiempo apura y no se atisba solución, hay que confiar en Dios que todo lo puede y que no permite que ocurra nada definitivamente fatal a su Iglesia, según la promesa de Jesús.