INTENCIÓN ULTIMÍSIMA DEL PAPA
"Quisiera invitaros a unirse a la Red Mundial de Oración del Papa, que difunde también a través de las redes
sociales las intenciones de oración que propongo cada mes a toda la Iglesia. Así
se lleva adelante el Apostolado de la Oración y se hace crecer la comunión.
En estos días de tanto frío pienso -e invito a pensar- en todas las personas que viven en la calle, golpeados por el frío, y tantas veces por la indiferencia. Desgraciadamente a algunos no se les ha acogido. Oremos por ellos y pidamos al Señor calentar el corazón y ayudarles". Papa Francisco Ángelus 8.1.17
En estos días de tanto frío pienso -e invito a pensar- en todas las personas que viven en la calle, golpeados por el frío, y tantas veces por la indiferencia. Desgraciadamente a algunos no se les ha acogido. Oremos por ellos y pidamos al Señor calentar el corazón y ayudarles". Papa Francisco Ángelus 8.1.17
Liturgia
Reanudamos el Tiempo Ordinario. Hemos concluido el ciclo de
Navidad-Epifanía y hasta el 1 de marzo no entra la Cuaresma. En todo este
espacio de tiempo iremos desgranando lecturas de “años impares” y evangelios de
San Marcos, que es el evangelista que corresponde al Ciclo B.
Comienza la carta a los Hebreos (1, 1-6), que tiene un
prólogo emocionante presentándonos la realidad de este nuevo tiempo que se abre
con la vida y obra de Jesucristo. Nos afirma que Dios ha hablado muchas veces y de muchas maneras antiguamente por los
profetas. Pero todo eso que dijo llega a su cénit ahora, en esta etapa final en que nos ha hablado por el Hijo. A mí
personalmente me gusta más la traducción también válida de que nos ha hablado EN EL HIJO. Porque Jesús,
el Hijo, es ya palabra y discurso completo que encierra todo lo que Dios nos ha
querido revelar. No sólo es que nos ha hablado por medio del Hijo sino que el
Hijo es ya palabra viva y elocuente del Padre. El Hijo es LA PALABRA. Mirar al
Hijo y verlo en su enseñanza y en su vida, sus obras, su porte, sus acciones…,
es ya una enciclopedia divina que encierra todos los tesoros de la sabiduría y
de la ciencia. En haber encontrado EN EL HIJO la plenitud. Es saber que en el
tenemos el compendio de cuanto Dios nos ha querido comunicar. A ese Hijo lo ha nombrado heredero de todo y por medio del
cual ha ido realizando las edades del mundo. Él es reflejo de la gloria del Padre, impronta de su ser. Él sostiene
el universo con su palabra poderosa. Él ha realizado la purificación de los
pecados y está sentado a la derecha de Dios en el Cielo, encumbrado sobre los
ángeles.
Podríamos decir que este comienzo de la carta a los Hebreos
nos ha mostrado el “carné de identidad” de Jesucristo. Y con ello todo cuanto
hemos de saber y de seguir. De ahí que yo prefiera esa traducción que he
señalado: Dios ha dicho su plena palabra EN EL HIJO. Él lo dice todo y lo
encierra todo, y en él tenemos todo lo que hemos de vivir. Nos lo dejó en su
evangelio y en esa “ciencia oculta” que nos trasmite la oración sobre el
evangelio, donde tenemos el pozo sin fondo de cuanto hemos de saber y de
practicar.
El evangelio (Mc. 1, 14-20) nos presenta los primeros pasos
de Jesús. Marchó a Galilea a proclamar el
Evangelio de Dios. Decía: Se ha cumplido
el plazo, está cerca el Reino de Dios, convertíos y creed la Buena Noticia.
Coincide con el comienzo de la carta a los Hebreos: ha llegado la plenitud de
los tiempos, y la Palabra, que es Jesús, nos pone delante el proyecto sublime
del Reinado de Dios en la tierra. Requiere una CONVERSION y un CREER EL
EVANGELIO…, hacerlo vida y asimilarlo y asumirlo como alimento indispensable de
la fe y de la realización en cada uno de ese reinado de Dios.
Lo curioso es que Jesús no se fue a las escuelas rabínicas
que tenían la “sabiduría” de las Escrituras. No se fue a los hombres
influyentes en religión o en poder. Se fue a pasear por una playa para allí
empezar su obra con unos hombres simples y rudos… Pasando junto al Lago de Galilea vio a Simón y a su hermano Andrés, que
eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. A ellos precisamente
es a los que llama con una invitación a ir
con Él y ser pescadores de hombres. Y ellos no lo dudaron. ¡Qué fuerza
tenía aquella figura de Jesús y aquella palabra…! Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. No eran
alucinaciones, no era un poder hipnótico. Era la fuera de atracción de aquel
hombre que les subyugaba.
Y se demuestra con aquella otra segunda invitación que hace
a otros dos hermanos, igualmente pescadores, que estaban repasando sus redes…: los llamó, dejaron a su padre Zebedeo
en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Así comienza la historia más sublime y prolongada que se ha
dado en la humanidad. A ella estamos incorporados nosotros como protagonistas
directos. ¡Qué falta hace que tengamos la fuerza de convicción de aquella
primera comunidad que empezó un día en las márgenes del Lago de Genesaret!...:
Jesús, que es el mismo ayer, hoy y mañana,
y unas gentes sencillas –nosotros- para emprender en nuestro mundo real la
aventura de la evangelización, la nueva evangelización, el darle al evangelio
vivo en cada uno de nosotros, la fuerza necesaria para arrastrar a otros
hombres al Reino de Dios.
Sí, la Carta a los Hebreos nos describe la naturaleza íntima del Hijo: su igualdad con el Padre. Cristo, Hijo natural de Dios, superior a los ángeles... Cuando lo introdujo en el mundo dijo: ¡ Que le adoren todos los ángeles de Dios!
ResponderEliminarAhora, después de recibir su Bautismo se va al desierto y allí se prepara para su misión redentora, pero antes de empezar, busca colaboradores. Jesús sabe que para cambiar el mundo necesita la aportación de todos; nos necesita a nosotros. Todos somos necesarios; los títulos universitarios no son imprescindibles. Jesús llama a unos hombres muy sencillos para realizar las tareas eclesiales de la Primera Comunidad cristiana.El Reino ya está aquí, esforcémonos nosotros para arrastrar a otros hombres al Reino de Dios para el que hemos sido creados.