Novena al
Sagrado Corazón. 5º día
CONOCER Y AMAR A JESUCRISTO.
El centro de nuestra reflexión de hoy es el conocer y amar a Jesucristo.
La clave de la vida cristiana es el
SEGUIMIENTO DE JESÚS: quien quiera venir
detrás de mí…, quien quiera seguirme. El amor de Dios nos ha enviado a
Jesús, hecho hombre para que tengamos un referente claro de qué tenemos que
hacer, qué camino hemos de seguir: Él es EL CAMINO, y nosotros estamos en ese camino. Preguntó aquel del Evangelio: ¿qué tengo que hacer? El ya había cumplido los mandamientos. No
necesitaba más, en su condición de judío, para tener vida eterna. Había sido un
muchacho fiel a Dios desde su infancia. Pero si viene a preguntarle a Jesús es
porque ha vislumbrado que en Jesús hay más que aquel cumplir los mandamientos.
Ahora la respuesta de Jesús va más allá: -
Ven y sígueme Más que los
mandamientos. Es el estilo de Jesús.
El cristiano ha de desear SEGUIR a Jesús. En
principio está pidiendo Jesús un seguimiento a ciegas, como primer movimiento
del que quiera fiarse de él. Pero Jesús es mucho más humano que eso y antes de
pedir que le siga, le llama a sí: Ven,
Ven conmigo, apégate a mí, conóceme a mí, adéntrate en mi Corazón, descubre mis
sentimientos. “Ven” no es simplemente
un dar el paso sin saber qué te vas a encontrar. Si has de seguir, has de
empezar por saber qué sigues o a quién sigues. “Ven” provoca ese movimiento de
cercanía que hace más lógico el SEGUIR a la persona, conociendo cómo es, qué
piensa, qué le gusta, qué le desagrada, qué preferencias tiene.
A los cristianos se nos pide
el SEGUIMIENTO DE JESÚS tras conocerlo.
Lo que nos está llevando a un meternos de lleno en el Evangelio y ser como
abejas que succionan el néctar que hay en cada flor. No basta “leer el
evangelio”, y mucho menos sirve “sabérselo de memoria”. Al evangelio se va con
el ansia de conocer los entresijos de Jesucristo…, en definitiva, SU CORAZÓN,
sus entrañas, desmenuzando cada relato y quedándose parados ante él para
preguntarse: ¿Qué me dice esto A MÍ? ¿En
qué me coge a mí este hecho o esta palabra de Jesús? ¿Cómo imagino el gesto, el
tono, la ternura de la misericordia de Jesús? ¿Cómo interpreto esta expresión
de Jesús que no entiendo a primera vista? Porque hay una clave fundamental para
interpretar: Jesucristo es puro amor y misericordia, PURO CORAZÓN, y entonces
lo que no he entendido a primera vista, tiene que tener un sentido muy
comprensible desde el amor.
Y así amarlo. Es la Petición que pone San
Ignacio en los Ejercicios para hablar de la vida de Jesús, el Señor. SEGUIR abrasados de amor, y seducidos por ese
amor, en dinamismo radical en el seguimiento. El amor que expresamos a
Jesucristo no es gratuito. Es la respuesta a la que está llevándonos haber
conocido lo mucho que Jesucristo me ha
amado, que ha llegado hasta los extremos del sacrificio y aun de la muerte.
Podremos preguntarnos cómo
es posible que haya quienes no amen a Jesucristo. Evidentemente es que no lo
han conocido, o que les han trasmitido una imagen falsa, no evangélica,
sesgada. Porque quien va al Evangelio y lo lee con el alma abierta, no puede
menos que entender que Jesús es UN CORAZÓN ABIERTO, lo mismo a hacer el bien,
que a liberar al que sufre, que a perdonar al que ha fallado.
Descubrirá un Jesús que se
vuelca en el más necesitado y que distingue el pobre. El Evangelio de las BIENAVENTURANZAS es la proclama del Amor. Los pobres, los que sufren, los que lloran,
los que trabajan por la paz, los que tienen hambre de justicia y hasta padecen
por ser justos. El Amor se entiende en el dolor. ¡Claro!: solamente si se tiene
a Jesús. Entonces se puede sufrir siendo dichosos. Las bienaventuranzas marcan la importancia de
seguir a Jesús por encima de todo. El SEGUIMIENTO es lo importante. A los reticentes, a los
críticos de la fe cristiana, a los desalmados que han perdido el sentido de la
fe, no les queda más salida a su desgracia que la de CONOCER A JESUCRISTO…,
poner siquiera la buena voluntad de no detestar esa oportunidad de conocerlo.
Luego, que actúen en consecuencia. Pero desde aquí les puedo lanzar el reto de
que CONOZCAN A JESÚS, y el resto será una adhesión. ¿Inicialmente sólo de
cabeza? –Quizás. Pero si se mantiene esa búsqueda, pasará al corazón de la
persona, y hallará que ha encontrado el tesoro que más buscaba: la felicidad.
Esto
es lo que nos da la mirada al Corazón de Jesús, porque ese es el estilo de
Jesús. Y es el estilo propio de quienes
seguimos a un Jesús, de Corazón abierto por amor. Quizás sea ahí donde
tendremos que mirarnos dentro, porque en alguna forma la imagen más directa que
los demás van a tener de Jesucristo, es la imagen que le demos en nuestro modo
de vivir y actuar. Y así obtenemos la vida y brindaremos a otros
la posibilidad también de alcanzarla.
¡VEN Jesucristo nos invita de mil maneras a seguirlo y, cuando lo conocemos ya no podemos dejarlo nunca. Los cristianos que hemos recibido el Sadramento del Bautismo, junto con el sacramento, hemos recibido la gracia santificante y nuestra vida es sobrenatural bien distinta de antes porque, ahora poseemos una vida particular exclusiva de los que creen en Cristu.Unos hombres queno nacen de la sangre ni de la voluntad de la carne, ni del querer del hombre, sino que nacen de Dios, En el Bautismo cada cristiano comienza a vivir la misma vida de Cristo pues hemos sido hechos hijos de Dios y esto es como un nuevo nacimiento que produce unos cambios en la criatura que recibe el Sacramento.Nosotros somos hijos de Dios. Somos partícipes de SU NATURALEZA.
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