Elevando el tono
Si mal no he escuchado, hace 40 años que en EE.UU.se
inventaba la fiesta del Trabajo, con un sentido hondamente reivindicativo por
derechos fundamentales de una población laboral que padecía injusticias y
humillaciones. La fiesta se extiende por el mundo libre y queda constituido el
1 de Mayo como Fiesta del trabajo,
que no logra liberarse de ese aspecto reivindicativo y se constituye una fiesta
hostil de “clases” en las que cabe la agresividad verbal y –por vicio tan
antiguo- atentadora contra los valores eclesiales y espirituales.
La Iglesia, según su costumbre, “bautiza” dicha fiesta del
trabajo con el ejemplo de un trabajador digno y fiel, SAN JOSÉ, que también
vivió una sociedad injusta y abusiva, pero en la que él se desenvolvió como
hombre cabal que ganó el pan dignamente con el sudor de su frente, y dio al
trabajo un impuso de dignidad porque su labor no consistió en reivindicar
derechos humanos sino en colaborar en el perfeccionamiento de la misma obra de
Dios, en la que él colaboró, en la medida de sus fuerzas y posibilidades, como
el obrero que se esforzó por hacer un trabajo bien hecho al servicio de todos
los que podían necesitar de su labor. Unas veces en una carpintería, otras en
el tajo, junto a otros obreros, codo a codo, pero con la alegría de estar haciendo
lo que tenía que hacer y como lo tenía que hacer.
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Hay que reconocer que ha rebajado mucho el sentido profundo
mariano del mes. En las casas no se destaca
tanto la imagen adornada de María, la luz que permanece encendida como una mariposa
de aceite a los pies de su imagen, el rezo en familia a la Madre de la Casa. Es
cierto que se conservan ciertas exageraciones parciales a determinadas imágenes
pero muchas veces en contraposición con otras imágenes igualmente dignas, pero
que corresponden a otras “asociaciones”, dejando más un sentido un tanto
idolátrico a una “imagen (permítaseme expresarlo como “la muñeca” de un grupo
concreto, que llega a menospreciar a la otra imagen del otro grupo), pero que
no se traduce en una devoción que influya vitalmente en una mayor bondad,
acogida, respeto religioso, cambio de actitudes, ofrendas de lo más personal y
propio de cada persona: es decir, una
devoción que modifique caracteres, actitudes, formas auténticamente religiosas
y evangélicas.
De esta carencia se produce una rebaja notable en la vida
cristiana porque lo peor que puede pasar es perder el sentido tierno y filial y
amoroso hacia la Virgen Santísima, la Madre de Jesucristo, la Madre del Hijo de
Dios.
Finalmente el Evangelio de hoy que guarda relación con los
dos anteriores pero que San Juan está ya orientando a su finalidad: la de
presentar el futuro. No era normal que San Juan repitiera un hecho narrado por
los otros evangelistas. Si lo hizo es porque pretendía conducirlo a algo… Y
aquí el tema se plantea sobre la extrañeza de las gentes que habían quedado
rezagadas en el desierto, que observaron una sola barca, en la que se embarcaron
los apóstoles, mientras Jesús se iba a la montaña. ¿Cómo es posible –se preguntan
ahora-que Jesús esté allí con ellos? ¿Cómo ha venido?
Y Jesús les desvía la atención: no es eso lo que a ellos
les preocupa, sino que sólo les ha interesado comer el pan misterioso del que
se han saciado. Pero no deben pararse
ahí, sino trabajar por el alimento que no
perece. Ya les está llevando al otro terreno. ¿Y cuál es el trabajo que deben realizar, preguntan aun de buena
fe. El trabajo que deben realizar es hacer
lo que Dios quiere. -¿Hacer lo que Dios quiere? –¿Cuál es ese trabajo? Y
aquí Jesús se mete ya en el terreno de lo difícil: El trabajo que Dios quiere es que creáis
en el que él ha enviado. A esto iba todo lo anterior en el relato de
San Juan, que se va a meter en terreno tan difícil como el de dar a conocer EL
PAN DE LA VIDA.
Hoy celebramos la fiesta de San José Obrero. Esta fiesta está fijada por Pío XII en 1955. Él ha querido cristianizar la fiesta del Trabajo, dando relieve a la dignidadcde cualquier trabajo, por sencillo que sea. José es el hombre "justo"(Mt,1) al que ha sido confiada la misión de Esposo virgen de la criatura más excelsa entre todas las criaturas y de padre virginal del Hijo del Altísimo; "hombre fuerte ,trabajador, valiente, que en su alma enamorada siente una gran ternura, que no es la debilidad de los débiles, sino todo lo contrario"( Papa Francisco).
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