Liturgia
POR LA MAÑANA se centra la liturgia en el cántico de
alabanza y acción de gracias de Zacarías por el nacimiento de Juan. Es un himno
solemne que tiene un verso referido expresamente al Bautista: Y a ti, niño, te llamarán profeta del
Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su
pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.
La liturgia de la
Navidad es muy rica: Tiene 4 formularios: uno para la TARDE: Misa de la víspera,
y tres Misas más: una a la media noche, otra para la aurora y otra para el día.
Todo así para abarcar los diversos sentidos de la fiesta.
La Misa de la víspera se centra nuevamente en el tema de
José, para afirmar que María había concebido sin que él hubiera tenido relación con ella. El hijo que ella lleva
viene del Espíritu Santo.
La Misa de
Medianoche (o “Misa del gallo”) se centra en el nacimiento de Jesús en
Belén, y el anuncio a los pastores por los ángeles de Dios.
La Misa de la Aurora
es la adoración de los pastores.
Y la Misa “del día”
da un salto vertiginoso y nos presenta la eternidad del Verbo o Hijo de Dios,
el que se ha hecho hombre y ha nacido en Belén.
La inseguridad de los tiempos actuales y el envejecimiento
de la población han dado lugar a que la Misa de medianoche se adelante a la
tarde-noche, y con eso “se ha comido” la Misa de la víspera en muchos lugares.
[Síntesis del libro: “Quién
es éste”] BELÉN
Final de trayecto y necesidad de descanso. María va en la
borriquilla con semblante cansado. José se dirige al grupo de hombres de la
plaza y les recita de corrida su ascendencia betlemita y davídica,
identificándose así entre las familias de aquella ciudad. Lo escuchan con esa
proverbial paciencia tranquila, sin reloj, sin límite de tiempo. Para José
había algo más urgente: saber dónde vivían sus ascendientes más cercanos. Hasta
donde son las palabras, no hay problema. El final, es que no hay sitio.
Y con la belleza de sus ojos limpios, (como quien vuelve a
leer renglones de misterio). María le dice a José. “– José: ¿no sospechas ya
que aquí hay algo distinto? ¿No estará Dios hablando otra vez por boca de tus
parientes?”
José se quedó parado. No era fácil entender, pero bien sabía
Él que a Dios “no se le entiende”…; a
Dios se le acepta… Por intentarlo que no quede. “Vamos a la posada…” Que no
tenían dinero para pagar las habitaciones, pero se encaminaron hacia allá.
Sitio había. Las habitaciones de pago estaban disponibles… Y el patio, con su
fuente para atar a las bestias, y sus soportales para acoger a los que iban a
pasar una noche arrebujados en una manta, también. ¡Sitio había naturalmente!
El problema es que María no iba en situación de quedarse en el patio común,
cuando se acercaba el momento de parir.
María miró a José. “José -le dijo- sólo Dios sabe, y Dios
lleva todo en su mano”. “¡Hay cosas, José, que no se piensan, ni se razonan, ni
se discuten, cuando es Dios quien entra por medio!”.
Cuando José y María hubieron de volver a la mula para seguir
camino sin dirección concreta, a mí se me partía el alma. Cojo las bridas –las
cuerdas- de la caballería y con los ojos bajos y la tristeza en el alma, tiré
hacia adelante en la dirección que indicó José. Ellos iban muy juntos, pegado
José a la borriquilla, y María cada vez más cansada.
Cuando José se adelantó para vislumbrar lo que podía hacerse,
lo que vio fue un recinto lleno de estiércol, más o menos habitable, con
rincones o todo corrido… Y partiéndosele el alma, mira a María y pregunta con
los ojos… María asintió. ¡Ya no podía más!
“Esclavito indigno”, ato la borriquilla donde mejor puedo, y
salgo raudo a buscar unas ramas con las que hacer una escoba y tratar de
limpiar –cuanto es posible- aquel suelo sucio. José por su parte busca heno con
que medio formar un jergón para que pueda recostarse María. Mejor si hubiera un
rincón en aquel lugar, un lugar más resguardado… Tendió una manta, ayudó
amorosamente a su esposa y la cubrió. Luego salió de nuevo, buscó leña con la
que hacer un fuego a la entrada, cuyo calor pudiera conseguir –en algún grado-
secar aquel ambiente húmedo e inhóspito. Yo, desde mi amorosa esclavitud de
amor, estoy a lo que pueda contribuir. ¿Quizás buscar un poco de agua, aunque ya
se está echando la tarde y no se camina muy cómodamente?
Finalmente todo aquello quedó “adecentado” (si es que esa
palabra pudiera emplearse en estas circunstancias). ¿Tenía que ser así? Y
parece que oían la respuesta de Dios, esa que no se da ni en sueños, ni por
ángeles. Dios lleva las situaciones hasta el precipicio, hasta el límite. Deja
actuar a la persona como si todo lo tuviera que resolver ella. Luego interviene
Él. Pero Él tiene “su manera”. Y lo entendamos o no lo entendamos, los modos de
Dios son los de Dios y no los de los hombres.
María se quedó dormida. Por supuesto que yo me salí de
puntillas. Miré a José, metido de lleno en sus pensamientos, y tampoco dije
nada. Empecé a darme cuenta de mil cosas, que yo nunca había pensado… Sólo me
quedaba suspirar. José mantenía su mirada en las estrellas, aunque
traspasándolas… “¡En la que me has metido, Dios! Y te adoro. Pero no me niegues
que me tenga que sentir perplejo, extrañado, boquiabierto, y -casi te diría-
“aterrado”, porque ¿hasta dónde piensas llegar? Si no fuera porque Tú eres
Dios, yo te diría que casi me faltan las fuerzas… Pero sé que me basta tu
Gracia”. Y José siguió allí silencioso. Vigilaba también, y no sin cierto
recelo a peligro de bandoleros o de gente sin sentido… La noche se iba
cerrando. Yo me situé junto a José. Apenas cruzamos palabras. Unas veces
entraba él para ver si María necesitaba algo; otras yo. Y me admiraba la
placidez del sueño de María, que bien podía decirse que estaba durmiendo en la
más profunda paz de quienes dejaron a Dios ser dueño de su vida.
Mi primer programa dedicado a la Navidad realizado para Radio María en 2010.
ResponderEliminar"White Christmas", un clásico cantado por Bing Crosby, abre este programa emitido en Diciembre de 2010. Bueno, esto es lo que tiene la magia de internet. Aquí no hay tiempo. Vivimos en un eterno presente, como anticipo de lo que un día será una realidad junto a Dios, para todos los que le aman. A lo mejor no te apetece escuchar este programa ahora. No pasa nada, era el que tocaba colgar siguiendo el orden de los emitidos. Junto a músicas tradicionales, este especial de "Clásica en Radio María" se acompaña de "Ha aparecido la Gracia de Dios", texto del P. Manuel Cantero, S.I.
http://www.ivoox.com/clasica-radio-maria-n-11-audios-mp3_rf_473910_1.html
Yo me ofrezco como "esclavita indigna" para lo que haga falta.Acurrucada en el último rincón de la cuadra,observo a María y observo a José, eL Espíritu Santo no se ve pero Zacarías ya dijo que la redención y la visita de Dios estaban presentes, que Aquél que nos visita como Luz del sol, está en el seno de María...Ya, ya se siente la Paz, el Gozo y el Perdón. Todo fruto de su misericordia divina. Te bendecimos y te adoramos , acurrucaditos como esclavitos inútiles que desean amarte mucho.
ResponderEliminar