La belleza del
amor
La
lectura continua de la profecía de Oseas va grandes saltos sobre el texto
completo. El texto tiene momentos muy duros que expresan los sufrimientos y
reacciones del profeta ante la infidelidad de la esposa. Y va proyectando en
Dios todos esos vaivenes de su propio sentir. Hoy, saltando al capítulo 11, y
entresacando versículos, nos ha legado una de las páginas más bellas y tiernas
del amor de Dios. Dios se muestra como la madre que ha llevado al hijo en los
brazos y que –al verlo esclavizado en Egipto- Él mismo lo sacó de allí. Lo
condujo a tierra fértil (a través de un desierto, para que mejor comprendiera
cuál es la mano de Dios). “Lo llevaba en
brazos y el pueblo no comprendía que lo
curaba. Con ataduras humanas, con LAZOS DE AMOR le atraía…; le levantaba el
yugo de su cerviz, me inclinaba y le daba de comer.
¿Acaso
aquel pueblo comprendió y aceptó tanta ternura de Dios? Bien muestra toda la
profecía –y la historia de Israel- que no lo comprendió ni se plegó a su Dios.
Oseas piensa en sus reacciones ante la esposa infiel y tiene la tentación de
humillarla; de dejar rienda suelta a su cólera. Pero amaina, se le pone blando
el corazón y no cederé a mi cólera,
porque soy Dios y no hombre. Oseas ha dado el salto desde la reacción que
pediría el sentir humano a la maravilla que es el Corazón de Dios. Y concluye: que
soy santo en medio de ti, y no enemigo a la puerta. ¡Si esto se supiera
captar y hubiera nobleza de alma para responder a ese Dios que es así…!
Nos
metemos en un evangelio muy conocido: la
misión apostólica, el envío que
hace Jesús de sus apóstoles para estrenarse como agentes del Reino de Dios. En
tres puntos cifraría yo este envío: Id…¸alforjas vacías…, paz como instrumento.
ID…,
signo del reino, y expresión que repite Jesús nuevamente antes de irse al
Cielo. “Id” es un imperativo. No es algo que se hace o se puede dejar de hacer.
El Reino es un imperativo en el que ha sido elegido. IR para proclamar que el Reino de Dios está llegando…,
y para dar los signos inequívocos de esa inminente llegada: curar enfermos, resucitar muertos, limpiar
leprosos, echar demonios. [Desde luego que esos “concretos” son sólo “signos”;
lo que hay bajo esas realidades materiales es el verdadero Reino de Dios: almas
sanadas de sus pecados y tendencias mundanas; pecadores que perdieron ya la
Gracia de Dios y han de resucitar a la Vida; costras de maldad que carcome los
tejidos del alma –vicios- que han de ser limpiadas, esclavitudes de cualquier
tipo –también las espirituales- que han de ser echadas fuera porque son “posesiones
del mal” que van minando todos los terrenos. Con razón, aquella expresión de un
maestro espiritual: “ser ‘buenos’ es la
antesala de ser perversos”.
El
segundo aspecto básico es LA POBREZA: alforjas vacías y fajas sin calderilla…,
ni túnicas, ni sandalias, ni bastón, es la suma carencia. Pero aquí volvemos a
lo profundo: el egoísta de ideas propias; el “suficiente” que todo quiere
tenerlo de su mano; el que se cree semi-dios y que lleva todo en su puño; el “aprovechado”
que domina en la sombra (que tira la piedra y esconde la mano…, ¡pero tira la
piedra con mano ajena!, y se constituye en dominador oculto que hace de su capa
un sayo); el que aparenta pobreza no llevando calderilla y teniendo “horror al
dinero”…, pero hace lo que le da la gana; el egocéntrico que vive para sí y
para su idea y vive al margen de todas las necesidades de alrededor; el que
siembra tales vientos que recoge tempestades (que son arrasadoras en un
colectivo: familiar, social, o como sea)…: todos
esos son los PELIGROSÍSIMOS RICOS que impiden el Reino de Dios. Parecerán
desprovistos de “todo”, pero manejan todas las teclas. Así no hay Reino ni
clima para vivir el Reino.
Y
la consecuencia: el tercer aspecto que me impacta: LA PAZ. La paz no se compra
ni se vende. La paz no se fuerza. La paz no se impone. La paz o se lleva dentro o
convierte en guerra lo que toca. Jesucristo sólo entiende el Reino
desde la paz. Y no la paz de los bobos ni de los cementerios. La PAZ DE
JESUCRISTO es la que se construye desde la misma paz interior de la persona que
va enviada. Sin brizna de guerra asolapada, de “mano izquierda”, de palabras
vacías, de falsas espiritualidades y experiencias. La paz es la base para aquella
POBREZA Y aquellos SIGNOS… y a su vez es el resultado de ellos.
IR
EN PAZ presupone pobreza sincera. SER POBRES presupone saberse inmerso en
aquellos signos. PODER IR al mundo, es en pobreza y en paz. Y que donde la paz
no es posible (por causa de quien va o de quien no recibe), la solución es
retirarse y buscar otros lugares…, o tomar otras posturas personales. Porque LA
PAZ no se impone con “teatritos” espirituales y apariencias para escribir un
diario. LA PAZ es mucho más honda, cuando es verdadera. Y la misión apostólica
a la que Cristo envía –la CRISTIANA- tiene que vivirse dentro y expandirse
desde ese interno foco de paz.
Como
es lógico, bajo todo esto se está trazando una línea muy honda de examen de la
propia realidad. Quedarse murando hacia “afuera” es el recurso de la mentira,
de la superficialidad, del “trinchante”
que acaba siempre pensando “lo bien que
le encaja esto a Fulanito o Menganita”, mientras él se hace a un lado como quien
no ha roto un plato. Y me lo tengo que aplicar.
PAZ A ESTA CASA...Después de tantos años el mundo no encuentra la paz.La ansía y clama por ella ,pero no la encuentra.Pocas veces la palabra PAZ ha estado más alejada del mundo :Guerras, secuestros ,terrorismo,lucha de razas,lucha de clases,atentados,motines ,conflictos,inseguridad ,odios, resentimientos....¿Por qué tanta violencia?.¿Por qué tanta inquietud si todos desean la PAZ?
ResponderEliminarQuizá el mundo esté buscando la PAZ donde no la puede encontrar.Quizá la confunde con tranquilidad...
La PAZ viene de Dios y es un don divino que sólo se otorga a lo hombres de buena voluntad, a los que procuran acomodar su vida al querer de Dios" La PAZ,lleva consigo la alegría y el mundo no puede darla.
Siempre hablando los hombres de paz y siempre enzarzados con guerras porque olvidan acudir al auxilio divino para que ÉL venza..