Días de poco, vísperas de mucho y
días de mucho,
vísperas de ¿?
Se
resolverá el jeroglífico sin mucha dificultad. Hemos pasado días de difícil
materia a la hora de exponer unas reflexiones. Hoy hay “plato combinado”. Por
una parte, las lecturas del día (y que son las que deben prevalecer en la
liturgia), son dignas de parada. Porque en la primera, Miqueas (7, 14-15; 18-20) habla con el Señor y le pide que
sea Él quien pastoree a su Pueblo, liberando de la maleza a las ovejas que se
han desviado, repitiendo los prodigios amorosos que ya realizó un día con el
pueblo esclavizado en Egipto. Y el profeta, bien consciente de esa bondad de
Dios, prorrumpe en una exclamación que le brota del alma: ¿Qué Dios hay como nuestro Dios, que perdona y absuelve la culpa, y se
compadece en la misericordia. ¡Y volverá a compadecerse y extinguirá nuestras culpas! [Posiblemente una de las
expresiones más consoladoras en el seguimiento de la Palabra de Dios: no sólo
perdona sino que extingue. Lo que
dicho en lenguaje popular es: Dios perdona y hace desaparecer la culpa que alguien cometió. Porque perdona,
perdona, y no se queda ya ni con el recuerdo. Sólo el día que se asimile
plenamente esto y se convenzan algunos de esa verdad, será el día que se liberen
de las angustias casi patológicas que encierran en sus falseadas conciencias].
El
broche lo sitúa Jesús en el Evangelio. [Mt 12, 46-50]. Mucho quiere Jesús a su
madre y a sus parientes. Pero no tanto que se puedan sobreponer a su misión mesiánica. Porque Él está hablando a
las gentes y exponiéndoles el Reino de Dios, y en ese momento “se olvida de
todo lo demás”, porque EL REINO DE DIOS y quienes están en Él, son el todo de
su vida; son su misma familia. [Ni que decir tiene que Jesús sabía que su madre
estaba a la cabeza de esa fidelidad al Reino; no así sus parientes que no acababan
de entenderlo. Y Jesús les daba “la clase práctica” de que antes que los mismos
lazos de familia, tiene la persona fiel que rendirse a la voluntad y caminos de
Dios. Que no es tampoco una lección para hace 2000 años…; que es una lección a
poner en práctica HOY…, y ¡con mucha urgencia!].
Un
segundo plato opíparo lo brinda hoy
la fiesta de Santa María Magdalena. El libro místico del Cantar de los Cantares [3, 1-4] es aplicado a la vida de María
Magdalena. La noche-víspera del primer
día de la semana (ya concluido el Gran Sábado de la fiesta), ella estaba en
la cama pero como quien no puede estar, porque le han matado al Maestro y ella
quiere salirle al encuentro, aunque sea en su sepulcro de muerto. Y se levanta,
recorre la ciudad y no lo encuentra.
¡No!, no estaba en la ciudad; no se le podía encontrar en la ciudad que lo
había matado, Buscaba, pero allí no lo encontraba, Y llegó a las puertas ee la
ciudad, custodiadas por la ronda de los soldados. Y a ellos les pregunta…
Tampoco ellos saben nada. [Algo así como aquellos despavoridos soldados del
sepulcro, que salen huyendo cuando la losa del sepulcro de corre sola. Ellos no
saben nada y lo que hacen es desaparecer]. Pasados los soldados vigías es
cuando la amante de El Cantar
encuentra al amado de su alma. ¡Fuera de la ciudad!, fuera del mundo anterior,
fuera de esa realidad hostil que es la vida diaria.
María
Magdalena encontrará a Jesús “fuera”, en “otra dimensión”, desde otro aspecto…,
¡no cadáver!, no tal como ella lo imaginara. Jesús Resucitado es Señor de las
sorpresas, y viene a ella para constituirla misionera. Es lo que
recibe como encargo, como misión: Ve y dile a mis hermanos… María
Magdalena no puede hacer su “cielo particular” a los pies de Jesús; tiene que
soltarse ya de allí porque es necesaria en otro lado. Y ha de ser embajadora
fiel de dos realidades; HE VISTO AL SEÑOR. La primera que lo ha visto. Y ME HA
DICHO ESTO Y ESTO. Sin añadir ni
quitar. Sin ponerle más emotividades. Lo que me ha dicho, lo comunico. Otra
cosa era que su semblante, su porte, habían cambiado totalmente en unas horas.
En este momento era otra persona. Los efectos de la Resurrección le aparecen
asus ojos, a su alegría, a su nueva trasmisión de las cosas… Sabe que su misión
ahora es otra forma de “servicio”. En vida de Jesús, atendiéndole en sus
necesidades. Ahora, volcándose en las necesidades de esa comunidad naciente de hermanos.
Y
llega el “segundo enigma” del enunciado: Días
de mucho, vísperas de¿?... Quiero decir que del 25 al 31 me ausento de mi base
y no sé con las posibilidades que me pueda encontrar para atender al blog. No
tanto por el tiempo cuanto por los “medios informáticos” de que voy a disponer.
Así, también, como el horario… Dado que pueda entrar en el blog, ¿a qué hora me
será posible colgarlo?
Acabo
con mi referencia a San Ignacio en este mes dedicado él, por celebrarse su
FIESTA el día 31. Su orientación 17 en el Sumario de las Constituciones, dice: en todas las coas pretendiendo puramente
servir y complacer a su Divina Bondad por si misma, y por el amor y beneficios
tan singulares que nos dio (y no por la penas, o por las esperanzas de
premios). Aparrando de sí, cuanto es posible el amor de las criaturas, ponerlo todo en el Creador
de ellas, a Él en todas amando, y a
todas en Él, conforme a su santísima y divina voluntad.
Consideramos hoy el amor que ardía en el corazón de María Magdalena ,que no se separaba del sepulcro
ResponderEliminaraunque los discípulos se habían marchado de allí.Buscaba al que no había hallado,lo buscaba llorando y encendido su corazón en el fuego de su amor por el Mestro.Por su perseverancia en buscarle,María Magdalena recibió el don de ser la primera persona a la que Jesús se apereció.y la primera en anunciar la Resurrección.
La noticia de la Resurrección se propagó como un incendio en los primeros siglos;los cristianos eran conscientes de ser portadores de la BUENA NUEVA,,los discípylosgozosos de Aquel que había muerto y había resucitado al tercer día,como había predicho..Eran un pueblo feliz en medio de un mundo trite:y su alegría ,como la nuestra es estar cerca de CRISTO vivo.