Remar en la
misma dirección
En
la visión negativa, Oseas (8, 4-7; 11-13] nos presenta el dolor de Dios ante
Israel –esposa infiel- a la que ayer pretendió cortejarla en el desierto, y a
la que hoy describe como quien pretendió hacer las cosas a su manera sin contar conmigo…, e incluso actuando
contra mí. Y cuando yo les dictaba mi doctrina, ellos se volvían contra mí,
porque les resultaba “extraña”. ¡Claro! Si no está conmigo, están contra mí. Destruyen
en vez de construir, porque han tomado la dirección contraria.
Queda
patente en el Evangelio (Mt 9, 32-38) cuando Jesús se topa con un mudo que está
así porque un demonio le tiene trabada la lengua. Jesús se va directamente
contra el demonio y lo lanza, y el mudo habla expeditamente. “Nunca se había
visto algo igual en Israel”…, es el comentario común de las gentes. Lo lógico para
todos sería unirse a Jesús, que trae salvación a los mordidos por el diablo.
Pero los fariseos, en el ridículo afán de quitarle fuerza a Jesús y su obra, no
tienen otra salida que acusar a Jesús de actuar con poder del demonio.
Según
San Mateo no hay discusión posterior; sencillamente Jesús los deja con la
palabra en la boca, prescinde de ellos, y se va por aldeas, ciudades y cortijadas
enseñando en sus sinagogas, anunciando el Reino de Dios, y curando todas las
enfermedades y dolencias. ¡Obra que es propia de Dios, y no del demonio! Y conforme
veía el hambre de Palabra verdadera que tenían aquellas gentes, siente esa
profunda compasión de su alma porque estaban abandonadas como ovejas que no
tienen pastor. Y no es que no hubiera “pastores”, sino quye aquellos fariseos
era malos pastores que estaba dando malos pastos a las ovejas…
Extendiendo
Jesús la mirada por aquellos campos, y fijándose en las abundantes mieses que
había, toma pie de la comparación –tomada de la misma vida- y lanza aquella
súplica a las muchedumbres que le acompañaban: Rogad al dueño de la mies que
envíe obreros a su mies. Había una mirada primera…: los amplios
trigales de una tierra fértil… La necesidad de muchas manos segando en la misma
faena y para el mismo fin… La necesidad de los propietarios de aquellas fincas
de contratar muchas manos para recoger la amplia cosecha. Luego, sobre el hecho
material, Jesús estaba viendo muchedumbres que también necesitaban de “segadores” que les recogiesen en buenas
gavillas para el Reino. Pero su grito no obtenía respuesta adecuada: mientras
Él quería recoger para el Reino, los fariseos iban en dirección egoísta
contraria. Y en vez de unir bracos en la misma dirección, Jesús echa demonios…,
y los fariseos dicen que lom hace con el poder del príncipe de los demonios.
Lo
curioso es que podemos estar leyendo todo esto con el seráfico sentido que nos
aísla de la realidad…, que todos firmaríamos esas frases como propia oración y
deseo. Pero que podemos al mismo tiempo ser barcas en el mismo río…, una que remonta las
aguas y otra que se va hacia el mar… Porque todos tenemos muy presente y metido
en el alma que son muchas las mieses y
pocos los obreros…, y nos iremos a pedir vocaciones.
Pero
a mí me preocupa mucho más esas barcas que reman en dirección contraria… Esos “grupos”
o “colectivos” que están ante “la misma mies” y se pierden en disputas inmaduras
de sí mismos…, en egoísmos ridículos…, en ignorar la labor del otro segador…,
porque con extrema miopía sólo se ve el pequeño espacio que tiene delante de
uno mismo. Porque somos una Iglesia –y hablemos en plural total sin excluir personas
e instituciones, familias y comunidades, laicos y religiosos- capaz de estar mirando
a tan corta distancia que se pierde el sentido de la amplia mies, desde las
gafas “de cerca” de cada individuo o cada colectivo.
Y
ahí me vuelvo al evangelio, a la mirada y palabra de Jesús; ahí vuelvo al “principio fundamental”, el que ha planteado
Jesús, y me da una pena imponente que estemos algunos demonizando a otros…
Jesús, que hace hablar al mudo; los fariseos que dicen que fue el poder del
demonio. Uno que dice o escribe una cosa y otro que deja de hacerlo, o no
permite ser juzgado. Unos que proceden con libertad cristiana, y otros que
juzgan. ¿Acaso no sería también todo eso lo que Jesús veía en aquella tarde,
ante las mieses necesitadas de obreros, que van al tajo al unísono, en la misma
dirección? Unos con hoz, otros con guadaña, y –si es necesario- otros con tijeras.
El hecho es ir en la misma dirección para hacer la misma obra en la labor
inmensa y noble del Reino de Dios.
San
Ignacio puso en las Constituciones un principio esencial de acción: “Todos sepamos lo mismo y digamos las mismas
cosas” conforme al Apóstol, y doctrinas diferentes no se admitan, ni de
palabra, ni en sermones o lecciones públicas, ni por libros… Y aun en el juicio
de las cosas discutibles, la diversidad –cuanto es posible- se evite, que suele
ser madre de la discordia y enemiga de la unión de las voluntades; la cual
unión y conformidad de unos con otros debe muy diligentemente procurarse…, para
que el con el vínculo de la fraterna caridad, unidos entre sí, mejor puedan y más
eficazmente emplearse en el servicio divino y ayuda de los prójimos”.
Ahora, que el Cielo nos juzgue. Y nos dé la conciencia clara de que así debemos
ser y proceder. Y empezando por nosotros, trasmitamos la misma idea y espíritu
a quienes entran en nuestro ámbito. REMAR EN LA MISMA DIRECCIÓN
La mies es mucha.......Hoy el campo apostólico es inmenso :países de tradicción cristiana que es ne4cesario evangelizarde nuevo, naciones que han sufrido durante años persecución a causa de su fe,nuevos pueblos sedientos de doctrina;echemos una mirada a nuestro alrededor.
ResponderEliminarPaises en que el bienestar y el consumismo se entremezclan con situaciones de pobreza y miseria y sostienen una existencia"como si no hubiera Dios"
Ahora es tiempo de sembrar y cosechar.Hay lugares donde no se puede sembrar por falta de operarios,y mieses que se pierden porque no hay quien las recoja
Ese grito salido de la baca de Cristo es siempre actual,que se lamenta de que la mies es mucha y los operarios pocos lo ha dicho para que lo oigas "TU y YO"¿Cómo le respondemos?...¿Rezamos al menos diarimente por esa intención?
Sólo los cristanos convencidos,tienen la posibilidad de convencer a los demás.Los cristianos convencidos a medias no convencerán a nadie.