que tuvimos ayer
mostró la tendencia de crecimiento
a la que se está llegando:
se sobrepasaron bastante los 40 asistentes.
19 oct.:
Blasfemia contra el Espíritu Santo
D
No sé si es un acierto o una idea fija mía. Yo trasluzco que el evangelista
sigue desenvolviendo, ampliando y abriendo luces sobre los sucesos del capítulo
11: ahí han roto ya mañamente los fariseos, y ahí ha roto también su paciencia
el propio Jesús. Y se mete el evangelista en el capítulo 12 y empieza
previniendo de la levadura de los
fariseos, sigue advirtiendo que la verdad va a saberse porque se va a
imponer la verdad, “predicada desde las
azoteas”… Todo el mundo de mentiras e hipocresías y toda la nitidez de la
verdad, van a quedar al descubierto.
Hoy,
en Lc 12, 8-11, Jesús avanza sobre un tema de mucha importancia: los que se pongan de su parte y los que renieguen de Él. Los primeros,
tendrán de su lado al propio Jesús…, y con ello ese Reino que está a las
puertas (sólo queda que abrirle), y Él dará la cara por ellos. Al otro lado, los que lo rechazan…, que se
ganan así ese apartamiento de la verdad de Dios. Con una paráfrasis dice que renegarán de esos ante los ángeles de Dios.
Y
da ahora un salto esencial, y gran trascendencia: Al que hable contra el Hijo del hombre, se le podrá perdonar. Pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo,
no se le perdonará. Jesús está
admitiendo que pueden los hombres no fiare de Él, porque lo ven un simple hombre
y hasta lo pueden creer un intruso, uno de los muchos falsos profetas que
pululaban por a entonces. Cierto que Jesús ha dejado ya “su firma” en tantos hechos
sobrenaturales…, en su doctrina, en su vida misma. Pero –con esa grandeza de
comprensión y paciencia, da salida y dice que puede perdonarse. Cuando veamos lo siguiente comprenderemos que Jesús
está dando espacio y tiempo a la posible conversión…, a que se haga la luz en
aquellas mentes y se supere la falsía de sus lo sentimientos… ¡Es posible! Nadie está apartado de antemano, ni a nadie se
le niega esa posibilidad de rendirse ante la luz. Por eso no habla aquí Jesús
de “blasfemia”.
“Pero el que blasfeme contra el Espíritu
Santo, no tendrá perdón”. Jesucristo puede ser visto tan como hombre que
hasta los fariseos se pueden engañar… Jesús se marchará. Jesús puede predicar, y que se diga aquello
de “por un oído me entra y por otro me
sale”. Jesús puede hacer “signos”.
Pero la Biblia es también testigo de los “signos” iguales de magos y
adivinos. Pero hay una diferencia
substancial: El Espíritu de Jesús, Espíritu
de verdad, ESPÍRITU SANTO, toma el relevo…, habla
de lo mío, y actúa en el interior de las personas. Uno cualquiera se puede equivocar, puede
errar… Pero el Espíritu que está en el interior enfrenta a la persona consigo
misma constantemente. “Remuerde la conciencia”, decimos; que sería igual que
decir: “el Espíritu de la verdad no me deja dormir porque no estoy en la verdad”. Pero la conciencia es capaz de hacerse la
sorda, de rechazar ese “gusanillo” que le muerde… La soberbia humana que no
quiere bajarse de su postura… Las “conveniencias” o “intereses” personales son
capaces de ir acallando el grito salvador del Espíritu… Y puede llegar a
aparcarlo…, a despreciarlo, a “matar su voz”…
Y como eso es una opción que sitúa a la persona en una posición CONTRA
LA VERDAD –contra el Espíritu de la verdad- y es capaz de hacer de la verdad,
mentira; de lo blanco, negro…, se ha
producido la blasfemia contra el Espíritu
Santo, la negativa abierta a su acción. Y como eso es anclarse en el “lado
de allá”, en contra del Espíritu que actuaba para salvar, el individuo queda en
la zona de la mentira. Y esa es la que no tiene salvación.
El tema que ha
planteado Jesús –como siempre ocurre- no gusta a nuestras posturas piadosas “de
mantequilla”. Pero es que nos basta abrir los ojos para ver lo que está
ocurriendo en un mundo nuestro en el que se está tomando –por parte de una masa
de gentes, y muy planificado por grupos conocidos o desconocidos- un movimiento
de distanciamiento de lo que huele a espíritu, valores fijos, puntos de agarre
esenciales… Aquel famoso slogan: “Posiblemente Dios no existe. VIVE TU VIDA”,
es la gran blasfemia de hoy contra el Espíritu Santo. Es insinuar que cortar
las amarras con lo absoluto, lo
superior, lo inalterable, lo seguro para asirse a algo fijo, es el modo de vivir MI vida. Ni siquiera la del que tengo a mi lado…
¡Mucho menos la que podría infundir el Espíritu de Dios! ¡¡Es la
blasfemia contra el Espíritu Santo!!, es castrarse para volver a la
Verdad. Y eso, en generaciones, tiene
mala solución.
¿Nos
podemos quedar ajenos a esa situación?
Jesús advierte a los discípulos que los
van a echar de la sinagoga (no tendrán cabida en un mundo así y en un mundo
“religioso” alejado de la Verdad de Jesús. Y
os juzgarán ante magistrados y autoridades. Pero no os preocupéis de pensar qué
respuesta habéis de dar: El Espíritu
Santo os sugerirá lo que en ese momento tenéis que decir.
Jesús
está llegando al fondo… Está adelantando el camino que Él mismo va a tener que
pasar. Y ahora cobra enorme fuerza la
palabra anterior: quien se ponga de mi
parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante
los ángeles de Dios. Y quitado el
circunloquio tan propio de la expresión semítica, “se pondrá de su parte ante DIOS mismo”.
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