30 agosto: PREPARANDO EL
VIAJE
Dejamos a Jesús en u diatriba
con los fariseos y doctores. Para lo no entendidos, Jesús ataca fuerte y los
humilla. Para los que leemos el Reino de Dios. Jesús ha decidido quemar el
último cartucho, como revulsivo, porque aquellos hombres y aquella manera es un
suicidio religioso que pone a los fariseos
y doctores fuera de ese Reino de salvación. Si obtuvo alguno resultados
positivos, no se nos dice nada. Peo Jesús lo intentó ya de una forma abierta.
Ayer se trasladaba el mensaje a
los propios discípulos. [No lo vimos porque nos quedamos en Juan Bautista y su
espeluznante martirio manos de la
superficialidad e inconsciencia], Pero en la lectura continua de ayer, Jesús se
encerraba con sus discípulos para trasmitirles el mismo mensaje: en la vida hay
que estar preparados siempre, como criados y servidores de un amo que no se
sabe cuándo regresará. Los criados honrados esperan sin más. Ellos estarán allí
en el momento oportuno, cuando él regrese, a la hora que regrese. Si es así,
serán alabados por el amo, Si no es así –y hasta uno se enzarzan con los otros
y los maltratan-, el amo despedirá a unos sirvientes que no le sirvieron y que
le sirvieron mal.
Hoy avanza en la explicación,
con unas comparaciones afectivas y realistas. Unas muchachas esperan a sus
novios para celebrar la boda. Como no saben a qué hora llegarán, si antes o más
a medianoche, todas se presentan pertrechadas con sus candiles, Con una diferencia:
las hay tan ilusionadas, responsables, previsoras,,,, que se han venido preparadas
bien, y hasta dispuestas a pasar la noche en vela. Pero el reencuentro con su
novio es algo que les da toda la fuerza y capacidad de espera que sea necesaria.
Las otras pertenecen al grupo superficial de amor superficial (aunque se crean
más enamoradas que nadie. Pero un poco “a
la buena de Dios” (como malamente se suele decir). Han traído sus lámparas,
porque –al fin y al cabo- era para esperar de noche. El resto queda a la
improvisación. O a la inconsciencia… Un buen reflejo de siglo XXI.
Los novios se tardan… Todas
descabezan el sueño, Mientras duermen se acaba el aceite de los candiles… Y en
esto se anuncia con alegría y algazara
que los novios ya llegan. Y las primeras
–que venían prevenidas con alcuzas de aceite de repuesto, arreglan sus
lámparas, que lucen ya perfectamente.
Las otras pretenden encender…, pero no hay combustible; no lo previnieron…,
vivieron a lo que sale… Y ahora “no sale” cuando el momento es urgente.
Solución fácil que conciben: que
quienes trajeron aceite les den a ellas y les saquen del problema. Pero las que trajeron el aceite no pueden
darlo porque pueden necesitarlo todavía, y el momento es límite… Tendrán que ir
a comprarlo… Y, en efecto, han de volver grupas y pretender ahora
precipitadamente, resolver lo que no previnieron a su tiempo-
Los novios llegan. Las novias preparadas
los reciben con gran gozo. Los dos enamorados son felices, y entran así de
satisfechos en la Sala del Banquete [es el símbolo evangélico del Reino]. Todo
es alegría: se ha consumado esa felicidad que ha exigió sacrificios y perseverancia.
El hecho es que han entrado, y ue ahora cundo se cierra y definitivamente la
puerta- están dentro.
Y ahora llegan nerviosas,
desaliñadas por la carrera que han tenido que darse, las otras que también habían
deseado el encuentro. Sus novios, despechados, dolidos, fracasados, se han ido…
Ellas vienen en su inconsciencia a golpear nerviosamente la puerta. La puerta
ya no se abre, y desde la parte de dentro algún novio destrozado por la
infidelidad de su prometida, le dice: NO TE CONOZCO.
Jesús ha dibujado preciosamente
la realidad del Reino, y ese momento supremo en que no queda lugar a la
improvisación. Como hoy estamos tan parecidos a esas descuidadas que pretenden
una vida de mantequilla, no nos queremos hacer cargo de esa puerta cerrada a la
definitiva. Todavía pretendemos irnos
ahora a aderezar los candiles… Y Jesús nos ha puesto muy a las claras que NO ES
ASÍ. Antes, ¡todo el tiempo para
nosotros! Cerrada la puerta, cerrada
está.
Todavía hay quien le discute a
las novias previsoras “su egoísmo” de no haber prestad su aceite. [Hoy corre
por ahí la parábola de la chicharra que lleva al sindicato a la hormiga porque
la hormiga fue insolidaria recogiendo víveres para el invierno mientras ella cantaba;
y reclama sus derechos de reparto de bines, mientras acusa de “esquirol” a la
hormiga trabajadora, porque eso les perjudicó en su dignidad]. En esta mentalidad
aberrante, es fácil la queja contra la novia que preparó todo a conciencia.
Pero basta abrir los ojo a la
realidad y bien fácil s de comprender que en el momento supremo, nadie pude
prestar a nadie. El que estuvo preparado, el que vivió en orden, el que cumplió
sus deberes…, nada puede prestar al vago o descuidado que pretendió hacer de la
vida un juego de diversiones, y al final se encuentra absolutamente vacío de
valores y recursos. Como mi migo, que dejó su fe a un lado, y me dijo que ya “de
mayor” la viviría. Hoy es un hombre que
nunca encontró la felicidad-
Muy interesante la meditación de esta parábola de las diez vírgenes.El esposo es Cristo que llega a una hora desconocida.Las vírgenes representan a la humanidad:unos se encontrarán vigilantes,con buenas obras;otros descuidados,sin aceite en sus lámparas.
ResponderEliminarLa parábola se centra en el instante que llega Dios para cada alma:el momento de la muerte.
Hay olvidos que no son falta de memoria,sino de amor.La persona que ama no se olvida nunca de la persona amada.Cuando el Señor es lo primero no nos olvidamos de El.Estamos en actitud vigilante ,no adormecidos.
Para estar vigilantes,no podemos hacerlo solos;necesitamos caminar de la mano de nuestra Señora,Reina y Madre de misericordia,vida dulzura y esperanza nuestra.Por eso cantamos "Mientras recrres la vida,tú nunca sola estás,contigo por el camino Santa María va.....