Mañana, Viernes 17
HAY ESCUELA DE ORACIÓN.
17’30, Salón de Actos
Jesuitas.- Málaga
Liturgia:
Sab.7,22 a 8,1 es todo un himno a la
Sabiduría. Un himno que hay que “rezar” más que el simple leer u oír. Ventiun
calificativos abren la solemne descripción de la Sabiduría. Leerlos simplemente
es como profanar la profundidad del mensaje que nos deja el texto. Queda que
“rezarlos”, que acogerlos con un sentido espiritual, religioso, en el que cada
palabra nos suscite un sentimiento. Y en el fondo nos acerque a Dios mismo como
fuente de Sabiduría, en quien se plasman todos esos calificativos.
Luego añade más: móvil
más que cualquier movimiento, pura, penetrante que traviesa todo, y es efluvio
del poder divino y emanación genuina de la gloria del Omnipotente…, reflejo de
la luz eterna, espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su bondad.
Todo lo puede, renueva el universo, hace amigos de Dios y profetas; es más
bella que el sol y que todas las constelaciones y, comparada con la luz del día
sale ganando porque al día le sucede la noche, pero la sabiduría no conoce el
ocaso. Alcanza con vigor de extremo a extremo y gobierna el universo con
acierto
No he podido hacer otra cosa que copiar. Y confieso que he
ido sintiendo un movimiento de adoración hacia la Sabiduría, porque ha habido
momento en que la he encontrado como algo que supera lo humano y llega a
confundirse con Dios. Por eso la transcribo con mayúscula, porque acerca a la
experiencia de Dios. Con razón decía que es para “rezar” y no para escuchar o leer.
Estamos entrando en el evangelio de Lucas en las
descripciones escatológicas en las que Jesús anuncia ya la llegada inminente
del Reino de Dios. Lo han preguntado unos fariseos, y Jesús le responde que el
Reino no está lejano, no hay que esperarlo, porque el Reino de Dios está dentro de
vosotros. He ahí la gran revelación. Esperaban ellos un reino que
aparecería entre relumbrones, espectacularmente. Y Jesús dice que no; que no
acudan a este sitio o al otro el día que les digan que está allí o aquí. Porque
el Reino de Dios está en nosotros, los que hemos acogido la Palabra de Dios.
No se trata, pues, de aquel tipo de reino que esperaban,
que era casi una mitología fantástica. Lo que Jesús ha hecho es poner los
puntos sobre las íes, mostrando que el Reinado de Dios es interior y que cada
individuo ha de vivirlo en su mundo personal. ¡Ah!: y no como un reino que
triunfa aquí abajo, sino como el Hijo del
hombre, que tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación. Por
tanto está hablando Jesús de un reino que viven tantas personas justas que
padecen las burlas o el desprecio de este mundo. Pero aun así el reino de Dios
permanece en medio de esas persecuciones y martirios que se siguen dando hoy
como se han dado a través de la historia de la Iglesia, unas veces con más eco
y reconocimiento oficial, y otras en el silencio de la vida corriente.
Esa realidad nos plantea algo a los que vivimos
piadosamente el día a día, y nuestra vivencia del Reino es placentera y
tranquila y sin que nos altere mucho nuestra vida cotidiana. No es que no pueda
ser que haya períodos de serenidad. Lo que se plantea es si nuestra vida ya es
“habitualmente serena” hasta el punto de no surgir alguna exigencia que nos
saca de nuestras casillas. No es normal que el evangelio se pueda vivir sin que
altere nada nuestro desenvolvimiento diario. No es normal que podamos hacer
oración sin que surjan aspectos que nos inviten a alguna forma de compromiso
más allá de lo habitual. Y no digo que cada oración vaya a abrirse a una novedad,
sino que una vida de oración tiene que acabar pidiendo algún cambio, alguna
implicación propia de ese Reino de Dios que trajo Jesucristo, y que no se puede
quedar en agua de borrajas.
"El Reino de Dios está dentro de nosotros" El Reino de Dios está en cada cristiano; pero no es evaluable en términos humanos...No se puede valorar su presencia por asistir mucho a Misa ni por la falta de personas comprometidas. El Reino de Dios sufre violencia en los cristianos y en los que no cristianos perseguidos, en los parados y en todas las personas que sufren opresión. Señor,te lo ruego: que Tú seas lo más importante en mi vida.
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