Liturgia del Domingo 5ºC de Pascua
Avanzamos en el Tiempo Pascual, con mensajes de optimismo a la vez que
realistas. En la 1ª lectura (Hech 14, 21-27 Pablo y Bernabé vuelven a
Antioquía, de donde les había expulsado la persecución originada por las
personas religiosas que no querían que les complicasen sus prácticas, en las
que se sentían acomodadas, con una parte dada a Dios y la otra a las propias
conveniencias. Cuando Pablo reúne a la comunidad de cristianos les traslada su
propia experiencia: que por muchas
tribulaciones hay que entrar en el reino de Dios. Y por eso hay que
perseverar en medio de las dificultades. Mensaje completamente real y actual,
en el que debemos sentirnos implicados nosotros, sabiendo y reconociendo que
vivir la vida cristiana –la vida del reino- no es un paseo cómodo o triunfal,
sino en el que va a suceder alguna tribulación.
El evangelio de Juan (13, 31-33. 34-35) está tomado del
momento en que sale Judas del Cenáculo en la noche de la Cena. Jesús tiene un
momento de exaltación con doble sentido. Ahora
es glorificado el Hijo del hombre, expresaba en ese instante algo así como:
“la suerte está echada”. Y por otra parte, lo que es el dolor de la traición
queda compensado por la paz de estar haciendo lo que da gloria a Dios: “el Padre me glorificará”, que ya apunta
a lo que vendrá después de la muerte: precisamente la gloria de la
resurrección.
Y con ese doble sentido se concluye este texto evangélico
porque les advierte a los apóstoles que van a sufrir por un poco de tiempo (los
días de la Pasión y muerte) en que no le verán, pero luego –al cabo de otro
poco- le volverán a ver y sus corazones se llenarán de alegría.
Ahora bien: para ese “poco” en que no me veréis, vivid el mandamiento nuevo: que os améis los unos a
los otros como Yo os he amado. Será la señal de que sois mis discípulos.
Ni que decir tiene que esto ha de picarnos. Estamos en ese
“poco” en que no vemos a Jesús. Nuestro examen de conciencia tiene que
plantearse cuál es nuestro caudal de amor, nuestras actitudes concretas de
amor, nuestras palabras, nuestros sentimientos, nuestra capacidad de amor.
Porque echamos una mirada al mundo de las noticias que nos llegan a diario y lo
que aparece bien claro es que hay una ausencia de amor, de comprensión, de acogida
del que es distinto de uno. El mundo vive una agresividad infernal. Y que se
quiera que no, nos contagiamos en nuestros niveles correspondientes. Por eso no
podemos pasar por alto esta despedida de Jesús.
Jesús estaba preparando a sus Once para ese “poco que le
queda que estar con ellos”, en que no verán a Jesús porque se va al Cielo. Y
sin embargo tenía que quedarse en la tierra, viviendo en el amor cristiano de
aquellos hombres y de aquella iglesia que había de surgir cuando Jesús se
hubiere marchado. Es ese nuevo “poco” en que lo verán de nuevo, precisamente en
ese vivir el mandamiento del amor.
La 2ª lectura nos pone delante la profecía de ese Cielo
hacia el que caminamos. Es un Cielo de verdad que sobrepasa esencialmente las
dichas y goces de la tierra. Será un Cielo en el que ya no hay muerte, ni
dolor, ni luto ni llanto, porque es Dios quien “hace nuevas todas las cosas”.
La tierra que ahora pisamos desaparecerá. Pero el bagaje
que llevaremos hacia la otra nueva tierra y nuevo cielo es la capacidad de amor
mutuo que tengamos. Y para excitar ese amor, y para hacernos vivir ya una
antesala del nuevo Cielo, el mandamiento nuevo, el mandamiento del
amor, COMO YO OS HE AMADO. Y para que ese mandamiento no quede en una
formulación bonita, LA EUCARISTÍA, vivida mucho más allá de la devoción. Vivida
como exigencia, como estímulo, como pregunta interior de Jesucristo a nosotros;
¿estamos siendo el SIGNO de Jesús en nuestra
manera de vivir el amor cristiano?
Pidamos a Dios que nos impulse a
vivir como personas renovadas desde el interior de nuestro corazón.
-
Por el
Papa, y por los hermanos necesitados de nuestra oración, Roguemos al Señor.
-
Porque seamos
SIGNO de Jesús, a través del amor que pongamos en otros, Roguemos al Señor.
-
Porque
adelantemos el nuevo Cielo a base de dar a la Eucaristía un valor eficaz en
nuestra vida, Roguemos al Señor.
Danos a sentir interiormente que no hay vida cristiana sin sacrificio,
y que vivir la fe no es un paso de mera devoción espiritual.
Por Jesucristo N.S.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)
ResponderEliminarQUINTO MANDAMIENTO:"NO MATARÁS"
"Si un ser humano no está seguro en el seno de su madre,¿dónde podrá entonces estar seguro en este mundo"?.
"Tanto el aborto como el infanticio son crímenes abominables"
¿POR QUÈ NO ES ACEPTABLE EL ABORTO EN NINGUNA FASE DEL DESARROLLO DEL EMBRIÓN?.-La vida humana es un don de Dios y propiedad directa de él; es "sagrada" desde el primer momento y escapa a toda intervención humana."Antes de formarte en el vientre, te elegí;antes de que salieras del seno materno , te consagré" (Jr 1,15).
Sólo Dios es señor de la vida y de la muerte. Ni siquiera "mi"vida es mía; no me pertenece en exclusiva.Todo niño tiene derecho a la vida desde su concepción. Desde el principio el ser humano que va a nacer es una persona independiente, cuyo ámbito de derecho no puede der invadido por nadie externo a él, ni el Estado,ni un médico, ni siquiera su padre o su madre.La claridad de la Iglesia en este punto no es ausencia de misericordia; más bien quiere señalar el dañoirreparable que se cusa al niño inocente a quien se da muerte, a sus padres y a toda la sociedad. Proteger la vida humana inocente es uno de los deberes más nobles del Estado. Si el Estado se sustrae a esta obligación, socava él mismo los cimientos del Estado de derecho.
"Todo lo que hay que saber acerca del aborto està en el quinto mandamiento.
¿SE PUEDE ABORTAR A UN NIÑO CON MINUSVALÍAS?.- NO.Abortar a un niño con minusvalías es siempre un crimen grave, incluso cuando se aduce el motivo de ahorrarle a esta persona un sufrimiento en el futuro.
La minusvalía previsible de un niño no puede ser un moptivo para interrumpir el embarazo, porque también la vida con minusvalías es igualmente valiosa y afirmada por Dios y porque en esta tierra nunca puede nadie tener garantía de una vida sin limitaciones corporales,espirituales o intelectuales.
Continuará
...¡Y,porque si Dios no hubiera querido ese niño minusválido, no lo hubiera creado!
ResponderEliminarAnA, te dejo un beso de ternura. MªJosé.
" Y, en ese "poco" que no me veréis, vivid el mandamiento nuevo: amaos los unos a los otros como Yo os he amado". El mandamiento nuevo de Jesús nos coloca en el centro mismo de lo esencial de la Ley de Dios. El contenido del mandamiento es que nos amemos los unos a los otros , pero no con un amor abstracto; este amor tiene una referencia muy concreta: como Jesús nos ha amado. Y una consecuencia: en esto verán que somos sus discípulos. Después ya todo estará bien: un cielo nuevo y una tierra nueva. Todos seremos un solo pueblo, y Dios vivirá entre nosotros.
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