Liturgia
La Iglesia se abre a los gentiles…, al mundo. Nosotros somos
beneficiarios de aquel momento (Hech. 11, 1-18) en que se revela a Pedro que también
los gentiles pueden recibir la Buena Noticia. Pedro era cuestionado por los
partidarios judíos porque se había abierto a los paganos, y Pedro explica la
revelación que ha tenido a través de una visión mientras oraba: aquel lienzo
que viene del cielo con animales de todas clases, y se le dice que mate y coma.
Pedro ve que hay animales impuros (para aquella cultura) y se niega. Y recibe
una palabra: lo que Dios declara puro, tú
no lo llames profano. Y simultáneamente se le presentan en la casa unos
hermanos que lo conducen a una casa pagana. El Espíritu Santo desciende sobre
ellos y Pedro ve claro que cuando el Espíritu de Dios, el mismo que vino sobre
los apóstoles, viene sobre aquellos paganos, nadie puede ya negarles su entrada
en esta nueva Iglesia que representa Pedro. La Iglesia de Jesús.
No en vano Jesucristo es la puerta de las ovejas (Jn 10, 1-10), y todo el que entra por la
puerta es amigo y le pertenece. El que es enemigo pretende asaltar por otro
sitio. Pero Jesús es la Puerta, y el guarda deja pasar a los que son de su
rebaño. Por su parte es también el Pastor que saca a sus ovejas a buenos pastos,
y sus ovejas le siguen porque lo conocen. A un extraño no le seguirán.
VIDA GLORIOSA
No quiero dejar pasar por alto la última señal que acompañará a los que creen: impondrán las manos en los enfermos, y
sanarán. Es de un consuelo inmenso saber que el creyente en Cristo
Resucitado es un sanador. ¡Cuántas veces se pudo poner una palabra de aliento
al que estaba caído! ¡Cuantos se levantaron de su postración gracias a aquella
atención que recibieron del que creyó en la fuerza que sale de Cristo
resucitado! ¡Cuantos que vinieron tristes y deprimidos por sus mismos errores
salieron confortados por aquella “señal” que Cristo había prometido a los que
creyeren…! Auténticos enfermos del alma, hundidos en sus conciencias, que se
creyeron desahuciados y sin remedio posible, y sanaron por la palabra luminosa
del testigo de la resurrección… ¡Tantas lágrimas de arrepentimiento que se
trocaron en lágrimas de gozo porque una palabra les abrió a la luz de una nueva
realidad, que hizo patente la misericordia de Jesús que sale al encuentro de la
oveja perdida…
Verdaderamente todo creyente que ha tenido esta experiencia
del poder de sanación que encierra la fe, es buen testigo de la señal que
Jesucristo anunció. Y lo que toca es seguir siéndolo, precisamente en esta
etapa de la vida en la que parece que se nos hunde el mundo a los pies… Cuando
parece que no es válido aportar palabras de consuelo espiritual a personas
recalcitrantes en su empeño de eliminar lo religioso, sigue siendo una vía de
ayuda y de luz orientarles hacia Dios y hacia la paz y el sosiego que da al
alma elevarse sobre la burda materialidad de la vida.
El mundo está ahíto de materia, de carne, de promesas del
oro y el moro, y lleva la experiencia de la inutilidad de las soluciones
políticas y sociales, plagadas de mentira e intereses espurios. Cuando son
tocados por una palabra distinta, que les llega al fondo del alma (porque en el
fondo de sus almas conectan con Dios), se produce una ráfaga de luz y
esperanza.
El otro sector del mundo, negado por completo a ese
relámpago de esperanza, es el mundo vacío que anda como zombis por la vida,
hundidos en sus mismas pequeñeces y sin tener horizonte hacia el que dirigirse.
Muchas veces no están lejos de Dios sino ausentes, ignorantes, infestados por
teorías y engaños de quienes pretenden manipularlos y para eso empiezan por
robarles su conciencia, su capacidad de discernir, su valor de personas, su
posibilidad de conocer más allá, ese referente que les hiciera redescubrir
su dimensión espiritual.
Los que CREEMOS, los que llevamos en nuestras manos el instrumento de la esperanza, no podemos
vivir al margen de esta realidad… Estamos llamados a imponer nuestras manos en los
enfermos, PARA SANARLOS.
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ResponderEliminarCATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (continuación)
CUARTO MANDAMIENTO:"HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE"
¿POR QUÈ ES DIOS MÁS IMPORTANTE QUE LA FAMILIA?.-El hombre no puede vivir sin relaciones.La relación más importante que tiene el hombre es la que tiene con Dios. Tiene prioridad sobre btodad las relaciones humanas incluidas las familiares.
Los hijos no "pertenecen" a sus padres ni los padres a sus hijos.Toda persona pertenece directamente a Dios. Sólo con Dios existe un vínculo absoluto y perpetuo.Así se comprende la palabra de Jesús a quienes son llamados:"El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí;el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí"(Mt 10,37).Por ello los padres deben poner a sus hijos en manos de Dios, llenos de confianza,cundo el Señor los llame a una vida de entrega en una comunidad religiosa o como sacerdotes.
Continuará
Nuestra oración de hoy. El Egoismo.
ResponderEliminarhttps://youtu.be/wNFbCpNqqBo
El Papa Francisco nos explica muy bien cómo debems vivir nuestra misión de pastores. Todos participamos de ella, porque estamos llamados a cuidar los unos de los otros. Él es nuestro ejemplo; como Él, debemos caminar animados por el fuego del Espíritu e incendiar el corazón de los hermanos para que todos unidos respondamos cada día mejor a la llamada de Dios. Debemos crear actitudes misioneras comprometidas, no solo de conservación; tenemos que ir más lejos, allí dónde haga falta, para comunicar el Evangelio.
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