Día
27-2-2016. Sábado
Buscamos
y leemos: Miqueas 7, 14-15. 18-20
Es
la primera vez, en este tiempo de Cuaresma, que la liturgia del día nos trae un
texto del profeta Miqueas.
El
nombre de Miqueas es una abreviatura de la pregunta: ¿Quién como el Señor? Que
ya es todo un símbolo. Fue contemporáneo de Isaías, cuando Asiria conquista
Samaría en el año 722 a.C. y convierte a Judá en reino vasallo.
Estamos
hoy en la conclusión del libro, que es una puerta abierta a la esperanza.
Miqueas ve un cambio de suerte: la reconstrucción de la ciudad, el retorno de
los dispersos y para los enemigos el destierro. La situación nueva está
presentada en forma de súplica. Se recurre a la imagen tradicional del
pastoreo. Se une “rebaño de tu heredad” como
referencia a la alianza restablecida. La maleza y los matorrales describen la
situación hostil en que vive el pueblo solitario y disperso. Contrapuesta a
esta situación se describe la del pueblo reunido y paciendo en los abundantes
pastos de Basán y Galaad. Tiempos nuevos de prosperidad, como los de antaño en
la salida de Egipto.
Termina
con la exaltación de la misericordia y del perdón del Señor. Dos imágenes para
expresar la radicalidad del perdón: las culpas son sepultadas y los pecados,
arrojados al fondo del mar. Perdón y olvido del pecado. La razón última del
perdón es la fidelidad y el amor del Señor, fruto de una promesa a la que Dios
no puede faltar.
Miqueas, 7 14,15. 18-20.-¿Quién como Jahvé?Este es el profeta del exilio contemporáneo de los profetas Oseas, Amós el "pincha higos" e Isaías. Su ministerio lo realiza entre el 740 al 695.
ResponderEliminarEste texto anuncia la restauración de Jerusalén. El pueblo que vuelve del destierro se siente apurado y siente la nostalgia de aquellos pastos de la Transjordania y el profeta le dirige una lamentación que suena a elegía fúnebre, (v14)¡ Que el Señor vuelva a tener con ellos los detalles del Éxodo,(v15! Pero, de repente aparece el Dios que va a protagonizar grandes acontecimientos probar su fidelidad y su amor a Abrahán , Isaac y Jacob,(v18-20), porque Dios es un Padre que se conmueve ante los sufrimientos de los hijos que yerran(v19), y su compasión , como en los tiempos del Éxodo le obliga, con instinto casi maternal,(jesed) a perdonar todas sus culpas y a arrojarlas al mar. Su fidelidad es gratuidad suma en el perdón, para que el "resto"de su pueblo pueda permanecer fiel a la Alianza, (v,20).