Mañana 19, ESCUELA DE ORACIÓN
Liturgia
Entre las diversas actitudes que nos pide la Cuaresma para ir
realizando en nosotros la conversión que nos abra más de par en par a Dios, hoy
se hace parada en LA ORACION. Y la 1ª lectura nos pone delante la oracion de
Esther ante un inminente peligro de su pueblo y de su raza (14, 1. 3-5. 12-14).
En el evangelio (Mt 7, 7-12) es Jesus quien nos exhorta a
una oracion de petición a Dios, porque hemos de tener conciencia de nuestra
indigencia y de la generosidad de Dios. Con tres formas nos incita: Pedid y recibiréis, buscad y hallaréis,
llamad y se os abrirá. Porque Dios escucha siempre la oración del que
humildemente le pide y da cosas buenas a
quienes le piden. Si ya vosotros -nos dice Jesús- atendéis y ayudáis a quienes
os piden algo, ¡cuánto más Dios!
PASIÓN DE JESÚS
Jesús sigue departiendo con sus Once. Es su última
oportunidad de llevar hasta ellos el pensamiento que debe quedar como
testamento espiritual.
Y lo primero es el
odio del mundo. Un mundo negado al evangelio, negado a Cristo y perseguidor
de Cristo. Por lo mismo, os perseguirá a
vosotros porque el discípulo no es mayor que su maestro. Pero el mundo no
es inocente ni ignorante porque yo he hecho mis obras en medio de él, y he
enseñado en él. Por eso tiene pecado, está viviendo en el pecado (en la
oposición a Dios mismo). Cuando os envié el Espíritu Consolador, él dará
testimonio de mi verdad. Y vosotros, con su fuerza, daréis también testimonio.
Todo esto os lo digo para que no os escandalicéis cuando os expulsen de las
sinagogas y –matándoos- piensen que hacen un servicio a Dios. Os lo aviso de
antemano!
Os conviene que yo me
vaya porque así os envío al Espíritu Santo… Muchas cosas me queda por deciros
pero no podéis ahora recibirlas. Cuando venga el Espíritu de la verdad os lo
enseñará:os anunciará todo lo que oiga de mí.
De ahí pasa Jesús a una última parte de su sobremesa con
los apóstoles, anunciándoles ya la DESPEDIDA. Dentro de un poco no me veréis. Es el anuncio de su muerte. Dentro de otro poco me volveréis a ver:
su resurrección. Vosotros pasaréis tristeza mientras el mundo se ríe; pero
vuestra tristeza se convertirá en gozo, como la mujer que da a luz. En
el mundo tendréis tribulación, pero yo
he vencido el mundo.
Y concluye con 3 peticiones: una, por él mismo, para que
por su vida y por su muerte glorifique al Padre. La vida verdadera consiste en
reconocer a Cristo y reconocer al Padre. Padre:
glorifícame con la gloria que tenía antes de la creación del mundo.
Una segunda petición va hecha por sus apóstoles: a ellos les he manifestado tu nombre; por ellos
ruego porque son tuyos. Ninguno se ha perdido de aquellos que me diste, salvo
el hijo de la perdición. Y aquí –pienso yo- se le hizo a Jesús un nudo en
la garganta. Porque también a él lo había elegido para ser apóstol y estar con
él y formar parte de ese núcleo que había de cambiar al mundo. Lo más lejano al
pensamiento de Jesús era que uno de los doce fuera oveja negra en el redil. Sin
embargo –misterios terribles de la libertad humana- ese hombre ha elegido el
camino de la perdición.
El mundo os ha odiado
a vosotros –dice a los Once- porque
no sois del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Y dirigiéndose a Dios, le
pide: no que los saque del mundo sino que
los libres del maligno. Del mismo modo que a mí me enviaste al mundo, así los
envío yo a ellos en medio del mundo. Santifícalos
en la verdad.
La tercera petición extiende ya la mirada hacia los siglos,
hacia lo que ha de ser después…, A LA IGLESIA…, a nosotros. Y pide Jesús que
todos sean uno como el Padre y él
son uno; que sean uno para dar al mundo la prueba fehaciente de que tú me has
enviado. Ni que decir tiene que aquí estamos jugando un papel muy
importante los que somos Iglesia, los que debemos llevar en nuestras carnes el
dolor de la separación, de la división. Pidió Jesús que sean perfectos en la unidad, y se basaba en que ellos están en mí y Yo estoy en ti. Y
pide que los que me has dado estén conmigo
donde yo estoy para que contemplen la gloria que tú me has dado. Yo les he
revelado tu nombre para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo
en ellos.
Cuando concluyó Jesús rezó el himno y levantó la mesa.
Ahora se irían al huerto de Getsemaní, que –como dice San Lucas- era su
costumbre, al otro lado del torrente Cedrón.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)
ResponderEliminarLA MISERICORDIA DIVINA Y EL PECADO.
"Quien no es tentado, no es puesto a prueba; quien no es puesto a prueba , no progresa (San Agustín).
¿SOMOS RESPONSABLES DE LOS PECADOS DE OTRAS PERSONAS?.-No, no somos responsables de los pecados de otras personas, a no der que seamos culpables por haber inducido a alguien a pecar, por haber colaborado en su pecado, por haber animado a otros en su pecado o por haber omitido a tiempo una advertencia o una ayuda.
¿EXISTEN ESTRUCTURAS DE PECADO?.-Existen estructuras de pecado sólo en sentido figurado. Un pecado siempre está vinculado a una persona que aprueba un mal consciente y voluntariamente.
No obstante existen estructuras e instituciones sociales que están de tal forma en contradicción con los mandamientos de Dios que se puede hablar de estructura de pecados, pues en definitiva son la consecuencia de pecados personales.
Continuará
Recordando alguna palabras de Jesús durante la “CENA”. Acaba de anunciar a Pedro que “antes de que cante el gallo le habrá negado tres veces…” ¡cómo se quedaría Pedro, al oír esas palabras de su Maestro… él que estaba dispuesto a dar su vida por Él… pero Jesús, en ese ambiente tan cargado les dijo: “No os inquietéis. CONFIAD en DIOS y CONFIAD también EN MÍ”…// Gracias a Tomás que quería saber a dónde se iba a ir Jesús… tuvimos una respuesta sublime: “YO SOY el CAMINO, la VERDAD y la VIDA…” // Felipe también ‘preguntón’ y confiado le dijo: “SEÑOR, muéstranos al PADRE; eso nos basta…” – “El que ME ve a MÍ, ve al PADRE…¿No crees que YO estoy en el PADRE y el PADRE en mí…?” // “SI ME AMÁIS, OBEDECERÉIS MIS MANDAMIENTOS Y YO ROGARÉ AL PADRE PARA QUE OS ENVÍE OTRO ‘PARÁCLITO’ PARA QUE ESTÉ SIEMPRE CON VOSOTROS…” // Y justo antes de salir del cenáculo JESÚS quiere darles algo muy suyo: “Os dejo LA PAZ, OS DOY MI PROPIA PAZ…” // PAZ, que recibimos todos los días antes de comulgar, a través del sacerdote…¡SU propia paz…! y a ÉL MISMO… Cuando pienso lo que es una COMUNIÓN…JESÚS DENTRO DE NUESTRA ALMA , purificándola… perdonando… su Corazón enseñándonos a AMAR y si no le ‘echamos’… se queda siempre con nosotros… // Termino con la Antífona de esta mañana en la Misa…”Recuerda, SEÑOR, que TU TERNURA y MISERICORDIA son ‘eternas’’…
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