Día
29-2-2016. Lunes
Buscamos
y leemos: 2 Reyes 5, 1-15ª
El relato de la curación del
general sirio Naamán continúa la serie de milagros de Eliseo, aunque añade a
los anteriores una dimensión nueva: el poder universal del Dios de Israel, que
beneficia incluso a los enemigos de su pueblo. A nivel literario, hay que
mencionar su colorido y vivacidad y la maestría en su estructura narrativa.
Para
captar la intencionalidad del relato hay que subrayar las conflictivas
relaciones que mantienen israelitas y sirios. Por otro lado que las victorias
del general extranjero y enemigo ¡son atribuidas al Señor! Esto ya indica que
es el Señor absoluto de todos los pueblos.
El
proceso narrativo se pone en marcha por la sugerencia de una humilde esclava
israelita. Sin detenernos en el desarrollo del relato, que está muy claro, nos
fijamos en el contraste entre las sencillas órdenes del profeta y el complicado
ritual que Naamán esperaba. La obediencia a la palabra profética y el baño
ritual producen la curación.
Es
importante lo que dice el general sirio cuando se presenta al profeta: “Ahora reconozco que no hay Dios en toda la
tierra más que el de Israel”.
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