Liturgia
El “credo” de un israelita era eso que narra la 1ª lectura: Deut 26,
4-10: Éramos unos pobres que hubimos de emigrar a Egipto, donde fuimos
maltratados con dura esclavitud. Pero Dios nos sacó de Egipto con su mano
poderosa y nos introdujo en esta tierra fértil. Por eso ahora le ofrecemos los primeros frutos del suelo. Lo pondrás
ante el Señor tu Dios y te postrarás en presencia del Señor tu Dios
Agradecimiento y adoración a Dios.
Cuando surge la tentación de saciar el hambre en el
desierto, convirtiendo en pan una piedra en provecho propio, Jesús reacciona
con esa única idea de postrarse en
presencia del Señor su Dios y no para propio beneficio, sino en
reconocimiento de Dios.
Es toda una teología esencial: La misión de Jesús obedece
a la voluntad de Dios y no a conveniencias ni oportunismos. Jesús tiene su
cabeza sobre sus hombros y tiene su sentido de Dios por encima de su propia
cabeza porque nace de su fe. Por eso sabe que no solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de
Dios.
Otra tentación que también viene en la vida diaria es
buscar alcanzar un objetivo sea como sea. La tentación se presenta con una
astucia muy de vida diaria. Las cosas se han dado de manera que aquí medra el
que mejor sabe arrastrarse por tal de conseguir su fin. La tentación que nos
describe el evangelio es la de ofrecerle a Jesús poder tener parte en el botín
si se arrastra ante las conveniencias y adora al ídolo de metal… Y Jesús no
transige con algo tan burdo. El sabe que la lucha está servida y acepta el
cuerpo a cuerpo. Pero dando el pecho y no cediendo ante la oferta tentadora. A tu Dios adorarás y a Él solo servirás. Va a costarle la vida,
pero preferible es eso a ceder de mala manera.
No es una tentación que esté tan lejos de nosotros. Y más
bien tendremos que saber mirar si no hay situaciones que se ceden demasiado
fácilmente y ponen a la persona en servilismo de una conveniencia o de una
persona.
Y surge una tercera tentación que es la de la falsedad,
la del engaño mentiroso con visos de verdad… Como era verdad que estaba escrito
que Dios enviará sus ángeles para que tu
pie no tropiece en las piedras, podía pensarse que Dios está detrás de cada
situación con el milagro preparado. La mentira esta en que está cambiado el
contexto, y aquí se presenta lanzarse
desde el pináculo del templo como una forma de manifestación excelente para
ser admirado… O desde otro punto de vista será un Jesús que le pide pruebas a
Dios para creer en la misión y para realizar así la voluntad de Dios. Y Jesús
se aferra a otra Palabra de Dios: No
pondrás a prueba al Señor tu Dios. No hay ninguna razón para obligar a Dios
al milagro. Más aún: no va a hacer Dios tal milagro. No va Dios a tener una
prueba preparada para cada acción suya. O se acepta la voluntad de Dios,
manifestada en lo corriente diario, o no hay razón para pretender que Dios
venga a tener que estar haciendo milagros a derecha e izquierda por el capricho
de unos u otros. A veces habría que decirle a los creyentes que tengan una idea
más respetuosa de Dios, como para pretender tenerlo a la medida de las cosas
diarias.
Ha dicho la 2ª lectura que hay que tener la Palabra de Dios en los labios y en el corazón, y
añade: se refiere al mensaje de la fe.
Creer en la Palabra de Dios es creer lo que él dice por el hecho mismo de que
lo dice, y no por “las pruebas” que tenga que dar Dios para que creamos. En
Dios se cree porque es Dios. Y nadie que
cree en él queda defraudado. Sencillamente así.
Desembocamos en la actualidad que nos viene con la
Eucaristía. Creer en Jesús es creer en ese Jesús que pasa por la tentación y la
resuelve con la fidelidad de ojos cerrados ante la forma de manifestarse Dios.
Podría Dios haberlo hecho de otra manera, pero Jesús no necesitó más garantía
de voluntad de Dios que el hecho mismo de que las cosas fueron como fueron en
su desenvolvimiento normal. Y así aceptó.
Acaba el Evangelio con una afirmación de mucho calado: El demonio lo dejó hasta otra ocasión.
Lo que significa que la tentación siempre acompaña, siempre aparece…, y que por
eso siempre hemos de estar alertas. Jesús mismo no se vio libre de situaciones
tentadoras. Lo que queda ahí finalmente es que nunca cedió, ni cuando en la
cruz le prometieron creer en él si bajaba de la cruz. Él permaneció en ella y
ahí mantuvo su fidelidad al proyecto salvador de Dios.
Pedimos a Dios creer en su Palabra por ser palabra de Dios.
-
Que no pretendamos hacer de la religión nuestro propio provecho y
ventaja humanos. Roguemos al Señor.
-
Que jamás nos arrastremos ante conveniencias humanas con tal de
alcanzar un fin. Roguemos al Señor.
-
Que no pidamos pruebas a Dios para creer en su bondad y providencia,
sino que creamos en él por ser quien es, y en su palabra que nos enseña. Roguemos al Señor.
-
Que sepamos estar alerta ante las múltiples tentaciones de la vida
diaria. Roguemos al Señor.
Danos, Señor,
afrontar la Cuaresma con la voluntad firme de vivir de acuerdo con nuestros
principios cristianos, y de ganar terreno en nuestra actitud de fidelidad a
Dios.
Lo pedimos por medio de Jesucristo N. S.
Las tentaciones de Jesús son también las tentaciones de sus servidores de un modo individual.El demonio no va a ofrecernos a nosotros todos los reinos del mundo.Conoce el mercado y, como buen vendedor, ofrece lo que calcula que el comprador tomará.El demonio piensa que la mayor parte de nosotros podemos ser comprados por mucho menos y sus ofertas vienen envueltas en toda especie de formas bonitas.Si ve oportunidad no tardará en señalar como podemos conseguir aquello que queremos si aceptamos ser infieles a nosotros mismos y en muchas ocasiones si aceptamos ser infieles a nuestro Dios y a la fe que profesamos.
ResponderEliminarEn el corazón del hombre tiene lugar una lucha constante y, Jesús, tampoco se libró de ella: consecución de bienes materiales, obtención del poder sobre los demás y toda clase de seguridades contra cualquier infortunio que se nos pueda presentar. Son tres tentaciones que cada día afectan más al hombre de hoy: una sed de riquezas, de poder y de seguridad que lo llevan desorientado persiguiendo cosas que no le reportan la felicidad, porque ésta sólo la puede encontrar si la busca en el corazón de Dios.
ResponderEliminarPor eso, sólo podemos alcanzar la salvación si con los labios y con el corazón, tomamos a Jesús como nuestro modeloy creemos que Él es el único camino que lleva a la vida auténtica.
Todos andábamos errantes, desorientados, tras el pecado de Adán y el Señor nos sacó del pecado para entrar en su Reino. Por eso tenemos que darle todo lo que somos, y estar vigilantes porque el diablo, desde lejos siempre espera su oportunidad.