Miércoles
17-2-2016
Buscamos
y leemos: Jonás 3, 1-10
No
olvidemos que el libro de Jonás es una obra de ficción, de carácter parabólico,
al estilo de algunas parábolas evangélicas, como “El hijo pródigo” o la de “Los
trabajadores de la viña”, que tienen una finalidad didáctica. Lo que quiere
subrayar el libro de Jonás es el amor y la misericordia de Dios.
En
el capítulo de hoy el narrador pone a Jonás en Nínive, que desde el recuerdo
del pasado, la describe como una gran ciudad. En contraste con la reticencia de
Jonás, que predica a la fuerza, aparece lo extraordinario del resultado: la
conversión en masa y las manifestaciones penitenciales de los ninivitas,
comenzando por el rey y terminando por los animales.
La
Nínive histórica no se convirtió jamás. La Nínive convertida de nuestra
parábola, aun resultando inverosímil, aporta elementos muy valiosos, que
denuncia particularismos y exclusivismos, apuntando claramente a la apertura y
a la universalidad.
Viendo
su conversión, Dios no castiga a la cruel y opresora Nínive.
El libro de Jonás es una extensa parábola con un mensaje central: la misericordia de Dios, que no se limita al pueblo elegido, sino que afecta a todos los hombres. El Señor envía a Jonás a la capital del reino asirio, ciudad destacada por su grandeza y por la perversión de sus habitantes. Jonás se hace el loco y se fuga,¿cómo puede un hombrecillo profetizar la ruina de esta "superpotencia? Pero, oblgado a obedecer, regresa y comienza a cumplir la misión que se le confió. Su predicación penetra en el corazón de los ninivitas y de su rey y creyeron en Dios. A partir de ahi, se entregaron a la Oración y a la penitencia y vino la conversión
ResponderEliminarSon muy interesantes los versículos 9-10: el cambio de vida espera que los decretos de Jahvé no sean irrevocables, sino que al arrepentimiento sincero de los hombres siga el "arrepentimiento" de Dios y que el castigo que merecían por sus pecados se cambie en perdón.Aquel pueblo pagano demostró que ya conocía el verdadero Rostro del Dios de Israel, un Dios lento a la cólera y rico en misericordia, un Dios que "no quiere la muerte del pecador; sino que se convierta y viva"
Jesús es un Dios con las manos clavadas en la cruz, pobre,convertido en un despojo, rendido impotente, que ha quedado así para darnos la libertad. Es conveniente contemplarlo así...Es el comienzo de la conversión. Ante su Rostro desfigurado, doliente, todos, los "paganos" como los ninivitas o los "creyentes" como los contemporáneos de Jesús, estamos llamados a decidir si cerramos el corazón o lo abrimos a una nueva vida. Acudirán muchos, de muy lejos, desde el pecado,desde otras mentalidades, desde otras culturas y todos quieren aprender la Sabiduría del Crucificado: "aquí hay alguien que es más que Salomón". Muchos se convertirán viendo a Jesús, convertido en Siervo Doliente por amor:"aquí hay uno que es más que Jonás"
"Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu Rostro, no me quites tu santo Espíritu".